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ㅤㅤDIA 8: Tarde del 11 de agosto del 2022. 17:50 P.M.

Nahoya sentía que estaba haciendo una locura. Mientras daba pasos un poco largos y recorría aquella calle, entre más avanzaba mayor era su sensación de que debía parar y darse la vuelta: pero la sensación de estar haciendo algo emocionante era aún más alta que cualquier cosa.

Su cabello bailaba con la suave brisa que le brindaba el ambiente. Un suave color naranja adornaba el cielo, y conforme sus cabellos se meneaban también lo hacía la pequeña bolsa de papel que mantenía sujeta por los cordones.

Estaba atenta en los letreros que mostraban las casas, si Souya no estaba mal la casa del Haitani estaría sobre esa misma calle, así que esperaba no perderse o perder el tiempo en vano; nunca había hecho algo como eso, y ya que su hermana tampoco tuvo el valor de preguntarle a Rindō dónde vivía no tuvo más remedio que ir con fé ciega.

Tras algunos minutos de exhausta revisión en cada placa familiar, al fin pudo toparse con la que se leía el apellido 'Haitani' tallada en metálico. Dió un vistazo primero desde fuera; era una de las casas con reputación, muy bonita por fuera, acogedora y bastante amplia, suponía que sus padres ganaban bastante bien para vivir en algo como eso.

Abrió el pequeño portón que separaba la calle con la entrada principal, atravesando por el camino empedrado el pequeño jardín delantero que había hasta llegar al frente de la puerta. Un suspiro soltó, ya había llegado demasiado lejos para acobardarse, además de que un pensamiento era la que la mantenía aún ahí: ella nunca perdía ante ningún hombre.

Tras arreglarse un poco el cabello levantó su dedo índice de la mano zurda, acercó este mismo dedo al botón del timbre y delicadamente presionó este. Un tintineo sonó, bajando la mano dejó la misma reposar al frente suyo justo por encima de su falda escolar.

Se dedicó a escuchar atentamente a ver si escuchaba algún sonido que delatara a alguien detrás de la puerta, pero no escuchó nada. Aquello se le hizo extraño, el Haitani debía de estar ahí adentro. Sin más volvió a presionar el timbre y pegó una vez más su oido a la puerta. Concentrada, esperó una señal de alguien, algo como pisadas u otro ruido pero no había nada.

En esos instantes la de cabellos melones frunció el ceño ¡No se iba a ir sin ver a Ran, no iba a aceptar el haber hecho todo ese esfuerzo por nada! Con desesperación se puso a apretar muchas veces el timbre de la puerta, una tras otra y tras otra vez, fácilmente tocó el timbre una diez veces hasta que escuchó el sonido de la manija girarse de un lado a otro.

Ahí fue que se detuvo, y lo siguiente que miró fue al chico pero, ante su aspecto abrió los ojos de par en par. El chico lucía el cabello suelto, en la frente mantenía una compresa de agua fría pegada, mientras vestía una playera blanca y un short holgado.

En primeras no pudo decir nada, era la primera vez que veía al chico de esa manera y esa vez fue suficiente para ella como para que sintiera el corazón alborotarse. En cambio, Ran con todo su esfuerzo pudo mirar a la chica y juró que al mirarla frente a la puerta pensó que estaba soñando.

─ ¿N-Nahoya? No... Debo estar soñando... ─

─ ¡No estás soñando, si soy yo! Te ves... Horrible. ─

En cuanto escuchó la voz de la de cabellos melones, Ran intentó ocultar su rostro con la palma de su mano, dejando ver apenas entre sus dedos uno de sus ojos.

─ ¿C-Cómo supiste que vivía aquí? ─

Nahoya no sabía como explicar que tuvo que preguntarle a su hermana ya que ella sabía, así que se lo mantendría ese detalle en secreto al sonreir y soltar una risilla traviesa.

Blow Your Heart. © 〔❛ HaitanixKawata's Fem! ❜〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora