9 años después.

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NARRA LILITH.

-Y... ¡comienza!

Mi joven aprendiz, ahora toda una mujercita, empezó conmigo un duelo de brujas. Había logrado progresar mucho en estos nueve años. Bajo mi tutela, aprendió varios tipos de magia y cómo combinarlas, pero su especialidad eran las abominaciones. Para mí no había problema, pero parecía que a Odalia no le gustaba mucho que su hija no se desarrollara en otros tipos de magia al mismo nivel que lo hacía con las abominaciones. Aunque de cualquier manera no se me ocurrían tres cosas que me importaran menos que la opinión de Odalia sobre cómo tenía que educar a mi aprendiz.

-¡Bola va!-Amity me lanzó una bola de fuego. La bloqueé sin problemas, desde luego, pero no pude evitar felicitarla.

-Muy bien, Amity, has progresado mucho. ¿Pero puedes progresar más rápido?

Conjuré varias raíces para intentar atraparla. 

-¿Eso es todo?

Invocó una de sus abominaciones para cortar las raíces y luego las usó como plataformas para llegar hasta mí y lanzarme un puñetazo.

-Bien-dije esquivándola-. Realmente bien.

Hice aparecer una pista de hielo bajo sus pies que por poco hace que se resbale, lo cual aproveché para tirarla.

-¿Te rindes?

-¡Nunca!

Se puso de pie como pudo y volvió a conjurar abominaciones para no tener que pisar el hielo y luego me volvió a atacar. Esta vez, logró tomarme desprevenida y derribarme, dando por finalizado el duelo.

-¿Y bien?-me preguntó mientras limpiaba todo-¿Qué tal lo hice?

-Bueno, te falta mejorar tu defensa y tus ataques necesitan ser más rápidos-le dije-. Pero en general, estuviste bien niña.

Amity sonrió. Nos conocíamos desde hace nueve años y aunque seguía siendo estricta y dura con ella, debo admitir que ya me había encariñado con ella desde hace mucho, casi desde el día en que nos conocimos. Odalia y Alador, como siempre, no le prestaban mucha atención, así que era yo quien estaba al pendiente de casi todas sus cosas. Por suerte, Amity se había vuelto una chica muy fuerte y valiente, a veces se pasaba un poco. Yo intentaba corregirla, pero no me hacía mucho caso. Aun así, yo estaba segura de que había bondad en su corazón, lo cual me gustaba. No quería que en su búsqueda de poder esa niña acabara cometiendo los mismos errores que yo y no pudiera corregirlos.

-Bueno, termina de leer estas páginas y después te puedes ir.

-Sí, señora.

Mientras se iba, un guardia del emperador entró.

-Mi señora.

-Habla.

-Su hermana, Edalyn Clawthorne, mejor conocida como...

-Sé cómo la conocen, ¿qué hizo ahora?

-Irrumpió en el Conformatorio y provocó la fuga de varios prisioneros.

-¡¿Qué?! ¡¿Y por qué demonios no la detuvieron?!

-¡Lo intentamos, mi señora! Pero por desgracia, no estaba sola.

-¿Qué quieres decir?

-Varios testigos afirman que su hermana fue vista junto a una criatura pequeña y adorable, y que junto a ellos venía una niña. Una niña humana.

Me llevé la mano a la cabeza.

-Ay, Eda, ¿qué hiciste esta vez?-volteé a ver al guardia-¿Alguna idea de dónde está la humana? Ella no pertenece aquí, debe ser enviada de vuelta a su mundo.

Mi verdadera mamá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora