El Grom.

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NARRA LILITH.

Al día siguiente, Amity llegó tarde a nuestra clase, pero la vi tan cansada y nerviosa, que preferí no regañarla.

-¿Estás bien, Amity?

-Sí, claro-dijo con desgana-. Es sólo que... nada, olvídalo, vamos a entrenar.

Sabía cuando algo le pasaba a Amity. Era algo parecido a un instinto maternal. Pero como era obvio que por si sola no me contaría las cosas, saqué la carta.

-Olvidaste esto ayer.

Los ojos de Amity se abrieron como platos y rápidamente me quitó la carta.

-¿La... la leíste?

-Sí, lo siento, no quise...

-Está bien-dijo metiéndose la carta en el bolsillo-. Igual no importa, es una tontería.

-¿Lo es?

Ambas nos quedamos en silencio durante varios minutos. Amity no era capaz de verme a la cara. Decidí retomar la plática.

-Esa humana, Luz, ¿te gusta?

-Sí, digo, es amable, inteligente, buena amiga...

-No, no me refiero a eso-aclaré-¿Te gusta... como mujer?

Amity se puso roja al escuchar eso.

-No... no lo sé. Es bonita, talentosa, siempre saca lo mejor de mí...

-¿Cuando estás cerca de ella, sientes mariposas en el estómago?

-Últimamente, sí.

-Entonces te gusta. Te enamoraste de ella.

Amity se ocultó las manos tras el rostro. 

-¡AAAHHH! 

Empezó a correr dando vueltas en círculos por todo el lugar. Cuando se cansó, cayó rendida en el piso.

-Soy tan tonta.

Me miró, preocupada.

-¿Se lo dirás a mis padres?

-Creo que no-dije sonriendo-. Odalia se volvería loca si se entera de que a su hija le gustan las chicas.

-¿Y tú?-preguntó preocupada-¿Estás enojada conmigo por eso?

-¿Por qué estaría enojada?

-Porque las dos somos chicas...

-¿Y qué? En cualquier caso, debería molestarme más el hecho de que te guste una humana. Pero la verdad, ni siquiera eso me molesta.

Amity se sentó, mirándome sorprendida.

-¿En serio?

-Mira, yo no soy nadie para decirte con quien puedes o con quien no puedes salir. Después de todo, es tu vida, tú decides qué quieres hacer con ella. Y en cuanto a tus preferencias, bueno, tampoco puedo hacer nada para cambiarlas.

Me acerqué a ella para sentarme a su lado.

-Y tampoco las cambiaría, de hecho, no cambiaría nada de ti aunque pudiera.

Amity sonrió, aunque parecía seguir preocupada.

-¿Qué debo hacer? Mis padres quieren casarme con el Guardia Dorado, no sé si tengo el valor de invitar a Luz al Grom, y no quiero darle falsas esperanzas.

¡¿Que la quieren casar con quién?!

-¡¿En serio?! ¡¿Con ese idiota?!-de pronto, miré a Amity-¿Lo dije o lo...?

Mi verdadera mamá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora