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Craig

Tenía que aclararme.

Tweek estaba durmiendo a mi lado y era una sensación reconfortante.

Sabía que tenía que salir de aquel pueblo junto a él y mi hermana, tal vez comenzar una nueva vida, solo sé que en este pueblo no me podía quedar.

Agarré mi teléfono y me puse a buscar pisos fuera de South Park, todos eran caros, pero el dinero no me importaba, sabía a quien se lo podría pedir, claro, primero tendría que reconciliarme con él.

Yo: ¿podemos hablar?

Respondió casi al segundo.

Token: ¿ahora si quieres hablar conmigo? He oído que sales con Tweek, felicidades.

Yo: Lo siento, fui un idiota, no quería aceptar que él me gustaba y la pagué contigo.

No respondió.

Yo: Eres mi mejor amigo y te aprecio como tal, llevamos muchos años juntos, tampoco podemos echarlo todo a perder por una estúpida pelea.

Token: No te quito la razón, pero realmente has sido un idiota.

Yo: Ya te he pedido perdón, ¿qué más quieres?

Obviamente era una pregunta retórica, que pena que no se pueda pasar el tono sarcástico tras los mensajes.

Token: Te quiero a ti, Tweek y Clyde a primera ahora de la mañana en mi casa.

Y con eso se desconectó.

En ese momento me arrepentí hasta de haber nacido, puse mis manos en mi cara y susurré insultos con odio.

Conocía a Token lo suficiente como para temer lo peor.

- ¿te encuentras bien?- la voz dulce de un Tweek medio dormido apareció.

Le miré y sonreí con un poco de falsedad.

- Toca excursión matutina.- puse cara de asco pero desapareció cuando noté el beso del rubio en mi mejilla.

- Entonces hay que dormir.- me abrazó y cerró los ojos, así acomodándose los más pegado a mi posible y los dos nos quedamos dormidos.

»»»»»»»»

Estaba frente a la casa de mi amigo, al lado de los otros dos.

- ¿qué hacemos aquí?- Clyde parecía cansado, él y todos, al fin y al cabo eran las cinco de la mañana.

Token nos abrió la puerta.- Pasad.- sonrió con maldad.

Al entrar lo primero que vimos fue un gran desayuno que Clyde no dudó en arrasar.

- Adelante, tendréis hambre.- dijo en un tono extraño, no dejaba esa maldita sonrisa.

Los tres nos sentamos a desayunar mientras Token se iba a quien sabe dónde.

Claro, hasta que escuché pasos detrás de mi y noté como un montón de agua congelada caía sobre mi, me levanté lo más rápido y agresivo que pude, así asustando a todos, en especial a Tweek.

- ¡HIJO DE!

Té, el idiota me había tirado una jarra entera de té encima.

- Oh Dios mío, Craig, lo siento me he tropezado.- dijo con el tono más falso posible tratando de aguantar su sonrisa.- creo que tengo ropa arriba, sígueme.

Con rabia en mis ojos miré a los otros dos que miraban la escena sorprendidos.

Seguí al moreno hasta su habitación donde pude ducharme, al salir de la ducha no había nadie, solo ropa hecha una bola en la cama, suspiré en alivio al ver que no me iba a hacer andar desnudo por la escuela o lo que fuera.