Capítulo 2.

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Ya van varias semanas desde que Dylan se ha vuelto amigo del pelirrojo. Prácticamente, son uña y mugre, a donde sea que uno vaya el otro lo sigue, muchos se han intentado acercar a él, a lo cual algunos se ganaron semejantes puñetazos por querer pasarse de listos o insultar a Ian, a lo segundo no le tomó problema porque es algo que nunca le ha importado. Desde que le dijo que su cumpleaños es en unos cuantos días, se ha propuesto a prepararle una sorpresa, que según él le conviene y que no puede protestar. Se siente bien que no sean solo sus padres, hermanos y parejas de estos que hagan algo por él, le basta con que estén presentes ese día.

Aunque existe algo que sí lo pondría muy feliz y sería que Brady este presente, desde que cumplió los diez años nunca más volvió a venir a uno de estos, ni siquiera a dirigirle la palabra o una mirada y lo peor de todo es que le duele, le duele mucho que no sienta lo mismo, solo espera que si no puede ser él sea otra persona que lo haga sentir especial.

—Ian ¿Alguna vez te ha gustado alguien?

—La verdad si me ha gustado una persona, y me sigue gustando, pero desde hace ya varios años no ha vuelto a hablarme —dijo bajando la mirada.

—Perdón amigo, no sabía qué decirte, eso te pondría mal —le dio un abrazo a lo que empezó a sollozar en su hombro.

—Desde que éramos pequeños, siempre andábamos juntos de un lado para el otro, nuestras familias siempre han sabido convivir una con la otra, ya que somos manadas aliadas y más ahora que sus hijos han sido bendecidos con la unión de pareja con mis hermanos.

—Espera —Dylan pensó un momento—. La manada aliada, me estás queriendo decir ¿Qué te gusta Brady Tate, próximo Alfa de la manada Cuervo Negro?.

—Sí, desde que éramos niños siempre me ha gustado, con él me sentía protegido, a salvo y amado, pensé que sentía lo mismo que yo, pero cuando se le acercaron personas que se hacen llamar "amigos" me botó como un trapo viejo.

—No trataste de hablar con él, acercarte y descubrir si sentía lo mismo que tú o por lo menos quedar como amigos.

—Crees que no lo intente —miro a otro lado—. Cada vez que lo veía aquí, en el instituto, cuando había juntas o reuniones de las familias, siempre trataba de hablarle, pero siempre que me acercaba a él se alejaba de mí o hacía una cara de desagrado, no volví a intentar hablarle —volvió a ver a Dylan.

Apretó sus labios en una línea recta. — Después que se hizo novio de Jean, así que fue la respuesta definitiva que necesité para no intentar nada con él.

—¿Quién rayos es Jean? —Pregunto el castaño sin saber de aquella chica.

—Es Jean Martín —respondió la duda de su amigo—. Todos dicen que la han visto coquetear con medio instituto, igual no sé si Brady sabe que tipo de chica es ella, pero sus padres y hermanos no la aceptan.

—¿Cómo sabes que no la aceptan? Tal vez estén celosos de que ella les esté robando la atención de Brady o algo así.

—No miento, sé que ellos no la aceptan por más buen físico que tenga —continuó relatando a Dylan—, su familia desde el primer momento no aceptaron esa relación,

—A razón dé.

—Primero intentó fijarse en mi hermano Alec, pero nunca lo consiguió, después lo intentó con mi hermana y terminó en las mismas, siguió con Simón y Lina, ya te podrás imaginar los resultados, por último se fijó en Brady y pues si logró atraparlo.

Dylan no podía creer la fichita que era aquella chica, intentó con todos y al final obtuvo lo que quería.

—Sus padres me pedían que lo convenciera de que terminará con ella, ya que él siempre me escuchaba o lo calmaba, pero dejó de hablarme e importarle un pepino mi vida y todo lo que le dijera.

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