Capítulo 13.

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En la manada Tate cada persona tenía su papel importante a desempeñar todos los días, en ciertas ocasiones se cambiaban por diversos motivos y no había problema alguno, eran prácticamente una familia y ayudar a los suyos pnunca era algo mal visto por cada uno de los integrantes. Lina, Simón y Brady tenían conocimiento de ellos, eran los respectivos hijos de los líderes de la manada y era su deber estar familiarizados con todo lo que en un futuro se les vendría encima, no importaba si solo uno de ellos sería quien tuviera el control de la manada en sus manos, siempre desempeñarian un papel importante.

Simón, quien por órdenes de su padre se encontraba en ese momento con las responsabilidades de Alfa, a él nunca le había llamado la atención tal título. Aquello era lo que su hermano Brady quería desde que tenía uso de razón.

—Deberías de estar prestando atención a lo que te digo, Simón —Román tenía una mirada molesta—. Es importante que tengas conocimiento de las cosas que están ocurriendo.

Mirando a su padre, era lo único que había estado haciendo en todo el momento en que se encontraban en la oficina de este, junto el el Beta de la manada, Demitri.

—¿Hasta cuándo me tendrás así? —aquella pregunta tomó por sorpresa a los dos hombres.

—Dime exactamente lo que quieres decirme.

—Bien ¿Cuándo le devolverás sus responsabilidades a Brady? ¿Cuándo podré tener las mías de vuelta?

—¿Crees que todo esto es un simple juego? —la desaprobación ante lo dicho por su hijo le hizo enojar—. Esto es importante, no algo que pasa como si nada, Brady nunca le resto importancia.

—Allí tienes razón, ese es Brady —se levantó de la silla—. Yo no soy él, desde un principio yo nunca he querido tener este título. No te estoy diciendo que no tomaré mis responsabilidades como uno de los hijos del actual Alfa, solo no quiero esta carga sobre mis hombros, nunca la he querido y nunca la querré.

Con eso salió de la habitación dejando a ambos hombres perplejos por las palabras de Simón, en su defecto más a Román. Nunca tuvo hermanos de sangre directo, todo había recaído en él desde muy temprana edad, creía que sus tres hijos tendrían los mismos objetivos con la manada, pero al parecer estaba equivocado

Román vio salir a Simón de su oficina, soltando el aire que tenía retenido se sentó en su silla.

—¿Creés que estoy haciendo lo correcto?

—Ambos jóvenes son muy diferentes, señor —le respondió Demitri—, pero los dos saben los papeles que tienen en la manada, solo que no están acostumbrados a hacer lo que él otro hace.

—Tienes razón —miró un punto fijo de la estancia—. Creo que lo mejor es hacer que todo vuelva a la normalidad.

—Usted sabe que es lo mejor para todos, señor.

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Brady estaba saliendo de sus prácticas, no había sido un día fácil, a decir verdad.

—El entrenador se pasó hoy —Eliot se quejaba.

—Deja de ser un llorón —Brady se burlaba de su amigo—. Solo fue más intenso, eso fue todo.

—¡Bien! —vociferó resignado—. Tienes razón en todo, señor perfección.

Brady al escuchar a Eliot decirle eso, Infló su pecho y tomó una postura de superioridad para luego decirle.

—Que te puedo decir, soy la estrella.

Ante lo dicho por Brady lo único que hizo Eliot fue rodar los ojos. Ya estaban de camino a sus respectivos vehículos, cuando escucho unos gritos provenientes de la esquina izquierda del estacionamiento.

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