Capítulo 11

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Ibrahim se despertó todo despeinado, se relamio sus labios, aún tenía secuelas de vomito en su boca, bostezo y se desesperezo en la cama.

Miro la mesita de luz y allí vio unas pastillas y una bebida con gas, tomó las pastillas mientras daba pequeños sorbos a la bebida, su corazón dio un vuelco cuando pensó que Suleyman había salido a medianoche por los medicamentos para él.

Suleyman había salido del baño, únicamente envuelto en una toalla sus caderas, el corazón de Ibrahim latía y sus ojos comían vivo al sultán. Su cabello castaño, esos ojos verdes y esa barbita que volvía loco a Ibrahim.

Era sexy, pese a no tener musculatura como los jenizaros o los principes pero ante la vista de Ibrahim, era perfecto.

Él ya lo había visto sin camisa, pero esta vez era diferente.

—Hey, estas despierto. —Suleyman le sonrio— ¿te sientes mejor?

Si eso creo —sonrió y se paso la mano por su boca— debía cepillarse los dientes. Gracias por la medicina, no debías molestarte

—No es nada, limpiar el vomito de Ibrahim Paşa es un honor

El sultán río y esquivo la botella vacía que el paşa le tiraba

El virus del estómago de Ibrahim se fue fácilmente. Aparentemente, había terminado de vaciar sus entrañas, pero su cuerpo siguió doliendo durante todo el día. Se las había arreglado para ducharse y limpiarse la boca con el cepillo de dientes nuevo que Suleyman le había comprado. El solo hecho de estar limpio y ponerse ropa limpia influyó mucho su estado de ánimo y se encontró disfrutando de su día libre con Suleyman. La pareja permaneció en la cama todo el día; Ibrahim se acurrucó en las mantas, mientras Suleyman se destapaba. Este no se había molestado en ponerse una camisa; algo que a el le distraía constantemente.

Suleyman coloco la película y empezó a sonar una música siniestra, era de terror.

—¿Enserió Suleyman? —dijo Ibrahim dándole una mirada seria al sultán— Sabes que odio las películas de terror.

— Tranquilo, será buena. Si te asusta la apago, palabra de sultán

Ibrahim sonrió mientras lo miraba, se acurrucó más al sultán quedando pegado a él. Disfrutaba este momento. Solos, él y su sultán.

𝗨𝗡𝗔 𝗦𝗘𝗠𝗔𝗡𝗔 | Ibrahim & Süleyman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora