me he dejado de esconder, es más por obligación que por gusto propio, pero al menos ahora no me siento del todo solo, me da miedo esto, me da miedo que él se convierta en mi lugar seguro, me da miedo que lo comience a comparar contigo, cuando es obvio que él no es igual a ti, pero lo mismo decía de ti, que tú eras distinto y me querías de verdad.
¿pero que tanto era esa verdad? ¿qué tanto me obligue a creer que era cierto?
a veces miro a tu mesa, te veo tan feliz, tan sonriente mientras lo besas, mientras tus brazos lo rodean, y puedo ver en él esa sonrisa, puedo ver que ambos están en la misma sintonía.
es ahí donde me digo basta, es ahí donde me obligo a salir de ese lugar lleno de color opacos que fueron mis amigos por dos meses, creo que ya fue suficiente de mirarte, sentirme triste, de sentir pena por mí.
me siento tan acabado, y siento que me acabo más con sólo verte con alguien más.
pero yo no me merezco esto, y si en algún momento creí hacerlo, es porque más jodido me encontraba, es porque ya me habías acabado, y yo acabé conmigo de paso.
veo mis manos, las veo más delgadas, y me niego a ver mi cara, porque sentiría pena, porque huiría, y no quiero huir más, yo no fui quien acabó con el corazón del que supuestamente era su amor.
yo solo fui un juego, un juego estúpido, por supuesto.
recargo mi cabeza en su hombro, le pido que por favor no me deje solo, porque es cuando más siento que lo necesito, porque es cuando por fin le doy paso a la liberación del dolor, cuando por fin lo dejo salir.
una última lágrima cae, y él la limpia con el dorso de su mano, me abraza, y a pesar de todo, me siento reconfortado, me siento bien, aunque sea solo por un momento.
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