Antes de la competencia

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Era sábado por la mañana, los papás de Mati ya estaban en casa y ella estaba desayunando. Cuando se escuchó como tocaban el timbre. La mamá de Mati fue quien abrió la puerta y se encontró con una chica, linda y de ojos oscuros, quien en el mismo instante le pareció muy simpática.

- ¡Buenos días! No quise molestar. – Se disculpó Eve. Puesto que era la primera vez que veía en persona a la mamá de Mati.

- Buenos días, no te preocupes, ¿en qué puedo ayudarte? – le sonrió. Era alguien muy amable y a Eve le pareció muy linda. Era obvio por qué Mati era tan bonita.

- ¿Estás bien? – esta pregunta la sacó de sus pensamientos. – Si, perdón, me distraje un poco. ¿Está Mati? – Preguntó.

- ¡Claro! Ahora le hablo, pero por favor, pasa. – le dijo mientras la invitaba. Eve sonrió y entró. Todo se sentía diferente. Y saber que los padres de Mati ya estaban en casa la ponía más nerviosa.

- ¡Hola Eve! – Saludó Mati mientras caminaba hacia ella. Eve se puso de pie y se dieron un abrazo. – Te presento a mi mamá. Mamá ella es Evelyn Guijarro, se integró a la escuela hace algunas semanas ya. – Las presentó

- Encantada Evelyn, me da gusto conocer a las amigas de Mati, eres bienvenida cuando quieras. – La abrazó.

- Muchas gracias, es también un gusto conocerla. – Mientras tanto el papá de Mati también se hizo presente en la sala y saludó a Eve, todo estaba siendo bastante movido para Eve, prácticamente estaba conociendo a sus suegros, por lo que los nervios estaban a flor de piel para ella.

- ¿Van a salir? – Preguntó la mamá de Mati.

- ¡Por favor llévatela! – Bromeó su papá. – Hace mucho que mi pequeña no sale los fines de semana. – la molestó su papá. Eve veía aquella escena, se sentía un poco celosa, pero también alegre por Mati.

- Ya basta. – Se rio Mati. – Si vamos a salir, solo iré a cambiarme. – Dijo mientras iba a su cuarto, dejando a Eve con sus papás.

Mientras Mati se vestía, sus papás aprovecharon para conversar un poco más con Eve, pudo darse cuenta de que eran dueños de algunas empresas alrededor de México, también se enteró de que el hermano de Mati se encontraba estudiando en Europa y que apoyaban inmensamente a Mati en su vida deportiva. En menos de lo que pensaba había descubierto varias cosas de ella.

Justo en ese momento Mati volvía de su cuarto, llevaba unos jeans negros y una camiseta gris. – Listo, ya volví, ahora podemos irnos. – Dijo mientras entraba a la sala.

- Hija, Oscar puede llevarlas, así no tienen que preocuparse porque se les haga tarde, puede estar con ustedes. – Comentó el papá.

- No hace falta pá, mejor lo llamo si se nos hace tarde, pero preferiríamos caminar ¿cierto? – Se dirigió a Eve.

- ¡Claro! Mejor caminamos. – Dijo mientras sonreía y ambas salieron de la casa.

Pasaron el día juntas, fueron a comer, pasearon por el parque, se divirtieron mucho ese día.

- Oye Mati, tu competencia es el miércoles, por lo que viajarás el lunes y desde el martes no tendrás acceso a tu teléfono... no te has ido y ya empiezo a extrañarte. – Dijo esto sin pensar demasiado y Mati por su parte se enterneció al escuchar aquellas palabras. Ya que estaban sentadas una junto a la otra en el parque, un tanto retiradas de las demás personas, y era un poco tarde, Mati tomó las manos de Eve quien veía hacía abajo y acercó su rostro.

- No te preocupes Eve, el lunes en cuanto llegue voy a llamarte y te prometo que el martes voy a pensar en ti todo el tiempo. – Eve estaba ya bastante nerviosa, la adrenalina iba al mil, decidió alzar la vista y sus rostros quedaron muy cerca. Era más que obvio que tenían una relación, pero podía sentirse igual que cuando apenas habían abierto sus corazones. Finalmente terminaron por unir sus labios, después de un tiempo, finalmente podían sentir la calidez de la otra, esta vez fue un beso un poco más intenso, pero a la vez tierno, muchas emociones y mucha alegría, una de las manos de Mati llegó hasta la cintura de Eve para acercarla un poco más, con la otra sostenía con mucha delicadeza el rostro de Eve, quien con sus manos rodeaba el cuello de Mati, aquel momento fue muy especial para las dos, apenas se separaron para tomar aire y ambas sonrieron, ellas eran todo lo que estaba bien en ese momento, Eve recostó su rostro en el cuello de Mati y permanecieron así un momento.

- ¡Se nos hace tarde! Creo que voy a llamar a Oscar. – Dijo Mati apartándose un poco sin soltar la mano de Eve, quien simplemente se acercó de nuevo.

- Para llamarlo no es necesario que te alejes. – La molestó mientras le alborotaba el cabello. Mati solamente le sonrió y fingió hacer un puchero, acción que a los ojos de Eve la hizo verse muy tierna. Mati terminó llamando a Oscar, quien era el chofer de sus papás, y luego ambas caminaron un rato mientras lo esperaban.

Finalmente, Oscar se hizo presente y al divisar el auto Mati tomó a Eve del brazo y ambas corrieron. Mati ofreció llevar a Eve, quien aceptó. El camino fue muy ameno, ambas bromeaban y se molestaban, invitando a la charla a aquel hombre que las acompañaba, este se limitaba a sonreír y responder en algunas ocasiones.

Después de un rato, llegaron a la casa de Eve, era un lugar muy bonito y consistía en una casa de color blanco con un amplio patio a todo alrededor. Cuando Eve bajó del auto pudieron escuchar como su mamá saludaba mientras salía de la casa.

- ¡Ya era hora! – La molestó mientras la abrazaba. – Y tú... debes ser Mati ¿no es así? – Preguntó mientras se acercaba para saludarla.

- Mucho gusto señora. – Saludó Mati.

- ¿Nos acompañas a cenar? – la invitó amablemente. – Me gustaría conocer a la amiga de la que Eve me habla tanto. – Bromeó.

- ¡Mamá! – Se quejó Eve. – Me estas exhibiendo. – Rio. – Además, Mati debe irse porque tiene preparativos que hacer. Finalizó.

- Hija, no seas descortés. – Dijo la mamá mientras se dirigía a Mati. Quien aunque le habría encantado aceptar sabía que si Eve había dado esa excusa era porque aún tenía ciertas inseguridades en casa.

- Gracias señora, enserio me encantaría, pero como dice Eve, tengo algunos preparativos que hacer, ya que prácticamente mañana es mi último día aquí, el lunes viajo por mi competencia entonces estaré fuera un par de días. – Comentó mientras se disculpaba. – Pero con gusto acepto la invitación volviendo de la competencia, ya con más tiempo y más tranquilidad. – A lo que la mamá de Eve sonrió.

- Entiendo, no te preocupes, Eve me comentó de la competencia ya que irá a apoyarte con los demás chicos ¿cierto?, también te deseo mucha suerte y muchos éxitos. – Dijo mientras se acercó para darle un abrazo y animarla. – Bueno, en ese caso, tienes la invitación abierta para cuando vuelvas. – Después de esto se despidió y volvió al auto.

En el trayecto todo fue más tranquilo. – Su amiga es muy linda. – Comentó Oscar. Esto sorprendió a Mati quien dirigió su mirada hacia aquel hombre. – A lo que me refiero, es que... se ven lindas juntas. – Soltó de forma despreocupada.

Mati se sonrojó un poco y desvió la mirada mientras permanecía en silencio. – ¿Sabe?, los conozco a los dos desde que eran unos niños, y sinceramente también me dolió un poco verla... durante esa época. – Mati permanencía en silencio. – Pero me alegra mucho ver que ha encontrado a alguien que valga la pena.

- ¿Y cómo sabes que vale la pena? – Preguntó expectante.

- Basta con ver como usted sonríe, su ánimo, cómo siempre está feliz y... hoy al ver lo mucho que se entienden, definitivamente es fácil de decir. – Estas palabras definitivamente habían llegado al corazón de Mati. – Así que si en algún momento necesita que las lleve a algún lugar o que las acompañe o ayude en algo, cuente con mi apoyo. – Le sonrió.

- Te lo agradezco mucho Oscar, sinceramente te lo agradezco. Aunque por el momento todo va bien, claro que me preocupa mucho el momento en que tenga que hacérselo saber a mis padres... digo... ya sabes lo que pasó la última vez, no quiero que Eve pase por algo desagradable...

- Tarde o temprano ellos van a darse cuenta que siempre y cuando usted sea feliz. – La interrumpió. – Ellos también lo serán, además todo lo que vale la pena es difícil de conseguir, en este caso, su felicidad. – Finalmente llegaron a la casa de Mati, quien agradeció profundamente para luego entrar y dirigirse a su cuarto, se tumbó sobre la cama abrazando una almohada mientras pensaba en la conversación con Oscar.

Fix me: Sun and MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora