Black and White (Lena G!P)

Capítulo 5

Las lágrimas de Kara comenzaron a caer mientras apretaba el cuello de Lena. La pelinegra se dio cuenta de que estaba presionando pero no tanto como para matarla. Le acarició los brazos con suavidad.—Kara, soy Lena—susurró y con lentitud tomó sus manos y las apartó.—Mírame.

Kara la miró llorando—Tres bebés, tres—sollozó—tengo miedo ¿Qué tal si estoy muerta y jamás me levanté? ¿Qué tal si estoy en coma y esto es un sueño de mi mente por mis traumas?

—No lo es—Lena le acarició el rostro y la acomodó a su lado en la cama, luego se levantó y encendió la luz. Miró a Kara y caminó hacia ella—No me tengas miedo, mírame de cerca, estoy segura de que tengo muchas cosas diferentes a ella.

Allí cerca, a plena luz, Kara fue aún más consciente de las diferencias entre las gemelas. El rostro de Lena era pacífico, tenía esa marca en su ojo, sus ojos eran ligeramente diferentes. 

—Lena—susurró bajito para sí misma memorizándola.

—Así es, toca mi rostro, Kara—sonrió.

La rubia lo hizo, acarició aquel rostro y se sorprendió al sentir que la piel de Lena era mucho más suave que la de Saskia. Lena la miraba con ternura, algo que Saskia jamás hacía. Luego miró el cuello enrojecido de Lena—Perdón—señaló—te hice daño perdóname.

Lena la abrazó suavemente cuando la chica comenzó a llorar de nuevo, ahora más alto.—Kara, te juro por mi vida, que nadie te volverá a dañar—se miraron a los ojos y Kara vio la promesa en los de Lena, que brillaban como dos gemas.

—Gracias—susurró la Danvers hundiéndose entre los brazos de Lena.—Gracias Lena.

La Luthor la sostuvo allí hasta que la rubia se quedó dormida y luego la arropó contemplando su rostro—Saskia pagará—dijo en un susurro que casi fue inaudible—nadie te volverá a dañar Kara.

Lena salió de allí y encargó a los sirvientes que al día siguiente le trajeran donas y helado a Kara, que alistaran al cachorro y no la dejaran sola mientras ella trabajaba. Triplicó la vigilancia incluso.

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Kara se despertó sobresaltada, pensó que lo de la noche anterior había sido un sueño, o que Saskia la había dañado, era tal su temor que se miró al espejo. No había nada, no habían moretones nuevos, nada.

—Lena—susurró y vio por el espejo una pequeña nota en la mesita de noche. Corrió y la leyó.

Prometí halagarte cada día hasta que te lo creas, buenos días, ayer estabas preciosa, pero confío con todo mi ser en que hoy lo estarás aún más. Disfruta tu desayuno y si necesitas algo llámame, estaré trabajando.

Los ojos de Kara brillaron, era verdad, era Lena. Guardó la nota en una de las gavetas de la mesita y salió de su habitación después de asearse.

—Buenos días señorita, se ve mejor hoy.—Comentó una de las sirvientas.

—La verdad sí, poco a poco comienzo a separar a Saskia de Lena—se notaba mejor que cuando había llegado.

—Poco a poco va teniendo mejor semblante—sonrió la mujer colocando la mesa y luego sirvió el desayuno para Kara. 

La chica sintió su estómago rugir y miró todo—Hay donas y helado—sus ojitos brillaban.—¿De quién fue idea?

—De Lena por supuesto.

Kara brincó de alegría y se sentó a comer de todo lo que había hasta que su estómago quedó saciado. Lena en serio era otro mundo.—¿En serio?

—Muy en serio, también ordenó que—el cachorro llegó corriendo jalando a Mike de su cadena—ah ahí están ellos.