Efectivamente, no

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Bueno, ¿me estoy volviendo loco? No, para nada, de ninguna manera, no es como sí Caleb no me estuviera enviando cartas hace unos 3 días, no estoy preocupado de haberlo asustado, quizás notó que me lo estaba comiendo con la mirada, eso sí me hubiera dado pena, quizás sintió que soy un acosador...

¡ENCIMA ACTUÓ COMO SI YO FUERA MUCHO!

Caleb si lees esto no me importa si me llevas a una cita bajo la lluvia hirviente, solo invitame a salir, ya no te comeré con los ojos, lo prometo.

—Edric, llorar por un hombre es muy tonto, si no lo conoces bien— Emira paso soltando risitas, a mí no me daba risa.

—¡CALLATE QUE TU QUE VAS A SABER A TI TE GUSTAN LAS MUJERES ELLAS POR LO MENOS NO TE DAN EL GHOSTEO DE TU VIDA LUEGO DE DEJARTE PLANTADO!— Quizás, tal vez, solte un lloriqueo

—De hecho, me pasó— Emira se río, para luego sentarse en la cama, aveces mi hermana es cruel —¿por qué no hablas con manoplas? ella estaba saliendo con Luz, ¿no?—

—creo que no, tipo, Luz aún no sabe, aunque...—

—Es algo obvio— completo la frase Emira para luego empezar a jugar con sus uñas — No te pregunte, ¿qué tal la protesta? Oí que el guardia dorado casi casi te jala del pelo al conformatorio— ¡Viney es una traidora! ¿Necesidad de contar ese detalle?

—Pues, Jerbo me salvó, aunque pude haber escapado yo solito, yo soy casi casi mejor que el caballero de plata—

—¿Te refieres al Guardia Dorado? ¿el mejor combatiente, el más hábil y más joven scout del titán? Si, te creo mucho—

Solte un suspiro y miré a la ventana, una carta cayó en mis manos, solte un chillido.

Efectivamente, no era de Caleb.

Correspondencia errónea (Goldric/Hundric)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora