••Keigo es bonito y muy mimado.
Enji adora mimarlo••
Enji a sus cuarenta y cinco años está completamente feliz en mantener una relación amorosa con un jóven de veintidós, a pesar de que sus hijos vean esto con mala cara por la diferencia de edades...
Ambos estaban abrazados, el rubio sollozaba levemente en el cuerpo contrario, haciéndolo sentir una sensación de culpa enorme. El té ya había llegado, pero Keigo no tenía ganas de beberlo, -"Mi amor, intentá beber un sorbito de té, ¿No has comido nada en todo el día cierto?"- El blondo se aferró más a él negando con su cabecita mientras acariciaba su cara en el pecho del mayor, Enji se sentó en la cama, mientras sostenía el cuerpo del más pequeño en sus brazos, haciéndolo soltar un gemido de dolor. -"Lo siento, pero no puedes quedarte todo el día así"- Tomó la taza en sus manos y la acercó a los labios del rubio, quién al principio los apretó con fuerza, hasta que luego cedió, bebiendo un par de tragos con dificultad. Tras vaciar la mitad de la taza el pelirrojo la dejó sobre la mesita de noche, tomó su móvil y llamó al doctor familiar, acordando verlo en la clínica en poco tiempo. -"¿Podemos abrazarnos mientras vamos al hospital? Por favor"- -"Mi amor no podemos ir abrazados, necesito mis brazos para conducir pero, te estaré abrazando todo el rato mientras estés siendo atendido"- -"No, Enji-San, no me sueltes, no quiero, no me dejes solito"- nuevamente comenzó a llorar fuertemente, sus ojos completamente hinchados por el llanto y su garganta comenzaba a cerrarse de tanto esfuerzo. Después de un largo suspiro el pelirrojo respondió, -"Está bien, iremos abrazados, pediré... Un taxi"-
Durante el camino el mayor no soltó el sensible cuerpo, lo tapó con su chaqueta mientras temblaba fuertemente, quedó dormido pocos minutos después de subir al taxi, pero a mitad de camino despertó exaltado, -"Tuve una pesadilla, E-enji-San volvamos a la habitación, estaba... Abandonado, sufriendo solo"- -"Keigo, vamos a ver porque estás tan adolorido y enfermo, después, haré todo lo que tú quieras, pero déjame cuidar tu salud ahora"- el mayor acarició su cabecita y dejó un pequeño beso en su frente, la cual estaba algo húmeda. El más pequeño no protestó, simplemente cerró sus ojitos suspirando, mientras sostenía su abdomen, una pequeña mueca de dolor en su rostro, y leves gemidos escapaban de sus labios.
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-"El paciente presenta un severo caso de agotamiento, a ésto se debe el dolor de cabeza y la temperatura alta, el dolor abdominal fuerte no puedo decirle certeramente de que trata, pero ¿Usted dice que mantuvieron relaciones sexuales antes de que eso sucediera?"- -"S-si"- carraspeó con incomodidad el pelirrojo mientras Keigo frotaba su carita en el pecho del mayor. -"Probablemente se deba a eso, si no hay sangrado, y el dolor se va en menos de cuarenta y ocho horas no tiene de que preocuparse"-
El mayor salió del hospital para dirigirse a la farmacia, por analgésicos y vitaminas. -"Keigo bebé"- besó suavemente la coronilla del rubio mientras esperaba a un taxi. -"¿Mggh?"- gimió suavemente el de ojos dorados en respuesta. -"Vamos a casa, yo... Hablaré con Rumi después, pero ahora déjame cuidarte, descansas un poco y comes algo, luego regresas con ella si quieres"- No obtuvo respuesta y notó que el blondo ya estaba completamente dormido en su regazo. Subió a un taxi dirigiéndose al hotel donde estaban alojados anteriormente.
Al recoger su auto, dejó el delgado cuerpo en el asiento de copiloto y condujo hasta su hogar.
Cuando entró en la casa notó que estaba completamente vacía, subió las escaleras cargando a su pequeño pajarito, se recostó con el rubio durmiendo cómodamente encima de él. -"No sabes cuánta falta me hacía tenerte a mi lado de esta forma"- Susurró para si mientras acariciaba los dorados mechones.
