My boy(EndeHawks)

13

Una semana después de los acontecimientos, la pareja ya se había establecido un poco más, la noticia fue impactante para Natsuo y Fuyumi, pero ambos lo tomaron de forma muy diferente.

Ahora Enji y Keigo estaban tomando una siesta en el sofá del salón, era fin de semana y estaban disfrutando de su tiempo juntos. El ojiambar es el primero en despertar.
Abrió sus ojitos dorados, su carita estaba apoyada en el pecho del mayor, se incorporó lentamente observando el masculino rostro de su pareja. Levantó  su manita descansando su palma en la mejilla contraria, las yemas de sus dedos rozaban la definida mandíbula. Acercó lentamente su rostro tratando de dejar un suave beso pero fue sorprendido por el pelirrojo quien lo tomó con fuerza de la cintura y le dio la vuelta dejándolo con la espalda recostada en el sofá.
-"¿Te gustaba lo qué veías pajarito?"- se burló el más alto, y ante eso el rubio simplemente comenzó a tartamudear sonrojado.
Sus caras estaban a centímetros y su respiración se mezclaba, estaban a punto de besarse cuando entró Natsuo.
El peliblanco miró a su padre con horror, preguntándose cómo podía estar en paz después de poner a su propio hijo en la cárcel. Estaba lleno de rabia, queriendo nada más que hacerlo sufrir por lo que le había hecho a Toya.
-"¡Tú bastardo enfermo!"- gritó, dejando que su ira se derramara.
-"Los ojos de su padre se abrieron rápidamente y se incorporó dejando al blondo sobre el sillón,
-"¿Cómo puedes estar tran tranquilo y feliz después de lo que has hecho?"-  su voz estaba llena de disgusto.
-"Natsuo, cálmate. Se que he hecho cosas horribles, pero tú hermano se salió de control, intentó lastimar a Keigo y a Shoto"-
-"¿Esperas que lo deje pasar?"- alzó nuevamente la voz -"¡Pusiste a tu hijo en la cárcel! No puedo olvidar eso"- Continuó, su enfado visible en sus expresiones.
El patriarca intentó hablar siendo interrumpido por otro arrebato del albino,
-"Creo que nunca podré perdonarte, tal vez si tu amante no hubiese existido desde el inicio las desgracias en esta familia nunca hubiesen ocurrido"-
Dicho esto se alejó dejando al pelirrojo sumido en la culpa, preguntándose si sus decisiones siempre han sido egoístas.

El rubio al notar la expresión triste en su pareja se acercó apoyando sus manitas en la musculosa espalda,
-"A-amor... Y-yo..."- Totalmente abrumado por no saber cómo actuar el ojimiel se aferró a el dándole un abrazo,
-"Enji-San no es tu culpa"-
Ante esto el más alto simplemente se dejó mimar por su novio, pero aún el remordimiento rondaba en su cabeza.

-"Pajarito ¿Si nos damos un baño juntos?"- preguntó el pelirrojo aún con algo de angustia en su voz,
Sin responder el blondo corrió hacia el baño y comenzó a llenar la bañera, el pelirrojo llegó por detrás y quito la camiseta del rubio, comenzando a besar el palido cuello mientras acariciaba su abdomen, el ojimiel simplemente se dejaba hacer soltando soniditos de satisfacción.
El mayor se separó y saco una caja de bombas de baño, entregándole una color roja a Keigo, este la coloco en la tina y el agua pronto comenzó a quedar color rosa.
Ambos se quitaron la ropa, y el más alto entro primero, jalando el delgado cuerpo junto a él mientras besaba sus dulces labios.
Keigo recostó su cabeza en el pecho contrario, mientras esté le lavaba la espalda.
Así pasaron más de treinta minutos entre charlas triviales, sin importancia hasta que la expresión del mayor se puso seria y preguntó:
-"Bebé ¿Crees que debería ir a visitar a Toya?"-
El rubio lo pensó un par de segundos, aferró su agarre abrazando al más alto con toda su fuerza,
-"Toya hizo algo malo, pero es tu hijo mayor"- con su pequeña manita acaricio la mejilla contraria y añadió,
-"Esto no debería lastimarte. No es tu culpa, pero si te sientes mejor ve"-
El ojiazul solo suspiró y dijo -"Supongo que puedo tratar de hablar con él, si no me odia"-

El albino ingresó a la sala de visitas, se sentó junto a la mesa donde lo esperaba su hermano mayor,
-"¿Trajiste la navaja?"- preguntó rápidamente el pelinegro, el de ojos grises le pasó el arma por debajo de la mesa,
-"Esperó que no tengas que usarlo"-  comentó algo nervioso,
-"¿Y drogas?"-
-"Toya, ya te dije que no puedo pasar drogas, es muy arriesgado, además... Deberías intentar rehabilitarte"-
El de ojos azules solo suspiró, su expresión era de cansancio, una semana en prisión le estaba pasando factura, y la abstinencia lo volvía loco.
-"Tu has sido el único que ha venido"- soltó con tristeza,
-"Shoto te tiene miedo y Fuyumi... Bueno sabes que ella siempre ha apoyado a Enji"-
Mirando al piso mientras escondía la navaja entre su ropa preguntó,
-"¿Y los traidores de la banda?"-
-"Firmaron un contrato, rápidamente ya tienen un disco, la gente... Los escucha, están teniendo éxito"-
La expresión del pelinegro se oscureció, su rostro se torció en una mirada llena de rabia, mientras se contenía por no golpear la mesa,
-"Me las van a pagar"- dijo más para si, pero el peliblanco logró escucharlo,
-"Toya... Dime que vas a tratar de cambiar de vida"-
No obtuvo respuesta iba a insistir, pero antes de eso su hermano mayor habló,
-"¿Como coño pasaste esto?"-
-"Tuve algo de ayuda -"Natsuo dijo en voz baja, su voz claramente llena de preocupación -"Tomó mucho esfuerzo, pero valió la pena si eso asegura que tendrás algo con lo que defenderte"- Añadió, con expresión seria.

Ya estoy pensando en un final, pero quiero desarrollar mejor todo antes de eso, por lo tanto creo que me tardaré entre tres y cuatro capítulos más en planificar un final, y no se preocupen esto no es lo único que va a sufrir Enji, aún le queda.