THE WALKING DEAD

57

-¿De dónde has sacado ese reloj? -Preguntó Rick amenazante.

Aparecieron más gente de Terminus.

-Tendrás las respuestas cuando bajes tu arma. -Dijo Alex.

-¿De dónde has sacado ese reloj? -Repitió Rick.

-Se lo quité a un muerto, no creí que fuera necesario dejárselo.

-¿Y qué hay del poncho y el equipo de motines?

-El equipo era de un policía muerto, el poncho estaba colgando en una soga. -Dijo Gareth al llegar. -¿Hay algo más qué quede por decir? No confiáis en nosotros, así que dime Rick, ¿Qué quieres? -Dijo Gareth elevando su mano.

-¿Dónde está nuestra gente?

-No has respondido a la pregunta.

Gareth hizo su mano un puño dando la señal de disparar, las balas rompieron el silencio, comenzamos a correr evitando los disparos, entramos en un almacén y cruzamos una puerta con una A marcada en ella.

Seguimos corriendo y llegamos a una habitación llena de velas.

-No creo que está gente quiera matarnos. -Dijo Michonne.

-No, nos apuntaban a los pies. -Dijo Rick.

-¿Estás bien? -Me preguntó Daryl-

-Claro, recuerda que llevo a nuestro pequeño luchador dentro, aguantará.

-Por allí.

Salimos nuevamente y nos encontramos acorralados, había gente apuntándonos por todas partes.

-Bajad las armas. -Nos gritaron.

Todos obedecimos.

-Tú cabecilla, irás en el vagón de adelante. -Le gritó Gareth a Rick. -Si haces lo que decimos el niño irá contigo, si no lo matamos e igual tú acabas ahí.

Rick obedeció y fue al vagón. 

-Ahora el arquero. 

Daryl me miró unos segundos antes de irse.

-Sigues tu. -Me dijo Gareth. 

Caminé para ponerme al lado de Daryl, Michonne y Carl llegaron después.

-Abre la puerta y entra. -Le gritó a Rick.

Rick abrió la puerta y entramos después de él, todo estaba oscuro, la puerta se cerró al entrar Carl el último.

Vi unas sombras moverse, y por la poca luz que había vi a Glenn. Después los demás aparecieron y vi a caras no conocidas, pero reconocí a la chica del pelo corto, ella estuvo en el mismo coche que yo cuando el Gobernador nos secuestró a mí y a Michonne.

-Son nuestros amigos. Nos han ayudado. -Dijo Maggie ante las miradas de confusión.

-Ahora también son nuestros amigos. -Dije yo.

-Aunque sea por poco tiempo. -Dijo el pelirrojo.

-No. -Dijo Rick. -Saldremos de aquí. Se sentirán como estúpidos cuando se den cuenta de que se han metido con la gente equivocada.

Al cabo de unos minutos Glenn nos presentó a todos y nos pusimos al día, Rick comenzó a contar un plan para escapar, todos intentaban armarse con las cosas que hubiera dentro del vagón, si alguien abría la puerta le atacaríamos. 

Me saqué la navaja del sujetador. 

-¿Guardas una navaja en el sujetador? -Me preguntó Rosita.

-Es un buen lugar para esconder un arma pequeña, además nadie me ha registrado ahí.

Ella me asintió asintiendo con la cabeza. 

-Cuatro de esos desgraciados vienen hacía aquí. -Anunció Daryl. 

-Ya sabéis lo que hacer. -Dijo Rick. -Primero a los ojos, luego a la garganta.

Todos nos preparamos, el techo del vagón se abrió captando la atención de todos, una pequeña granada de humo cayó.

La granada explotó, intenté no respirar y cubrirme la nariz y la boca lo mejor posible, no sabía cuánto daño le podría llegar a hacer al bebé el humo. 

Cuando el humo se disipó, noté que faltaba gente.

-Se han llevado a Daryl y Rick. -Dije yo preocupada.

-También a Glenn y Bob. -Dijo Maggie. 

No pude evitar pasarme las manos por el cabello con deseperación, otra vez no, acababa de recuperar a Daryl, y de nuevo lo alejaron de mi, me acerqué a la puerta y comencé a patearla para intentar salir e ir en su busca. 

-Oye, oye. -Me detuvo Abraham. -Para, ni si quiera yo podría abrirla dándole patadas, guarda tus energías. 

-Tenemos que seguir alertas. -Dijo Maggie.

-Rick tenía razón con lo que dijo antes. -Noté todas las miradas puestas en mí. -Ellos se han metido con la gente equivocada.

Me senté en el suelo de nuevo, mientras miraba la pequeña navaja que tenía entre mis manos, Tara se sentó a mi lado.

-Hey. -Me dijo para después sonreírme. -Quería disculparme, yo no sabía de lo que Brian era capaz de hacer. 

-Tara, no tienes nada por lo que disculparte, eso es agua pasada, no estoy enfadada contigo ni nada. 

Ella asintió y cerró su mano en un puño, le sonreí y copié el mismo gesto para después chocar los puños.

-¿Cómo está el bebé? -Me preguntó.

-¿Estás embarazada? -Preguntó Abraham uniéndose a la conversación.

Rosita y Eugene me miraron. 

-Si, Daryl es el padre. 

Abraham no dijo nada y siguió con lo suyo.

-Y a decir verdad no lo sé, pero creo que pronto cumpliré dos meses. 

La conversación de vio interrumpida cuando escuchamos bombardeos y disparos, todos nos pusimos en alerta máxima, yo miré a través de las rendijas y vi que habían entrado caminantes,  nadie sabía lo que pasaba, sin embargo continuamos estando encerrados.

-¿Cuál es la cura, Eugene? -Le preguntó Sasha.

-Es secreto. -Contestó el científico.

Yo no pude evitar reír.

-Puedes decirlo, no es que vaya a venir el FBI o algo así a matarte por desvelar ese secreto. -Le dije.

-Aunque os lo explicará y os diera las instrucciones al completo y respuestas a las preguntas, si yo me infectará, la cura moriría conmigo.

-No dejaré que eso ocurra. -Le dijo Abraham.

-No sé porque tengo la sensación de que eras el típico nerd de la clase que no le dejaba los deberes a nadie... -Dije cruzándome de brazos.

-Has acertado. -Me contestó Eugene.

Eugene se levantó del suelo para mirarnos.

-Éramos un equipo de diez personas en el proyecto Geno Humano, creábamos armas biológicas para luchar contra otras armas biológicas, Microorganismos patógenos contra microorganismos patógenos. Fuego contra fuego. Hice relaciones, recibí información. Conozco a la perfección los sistemas de liberación infalibles para matar a toda persona viva en este planeta, con un ajuste en las terminales de Washington D.C, podemos cambiar la historia.

-¿Trabajaste con gente del CDC? -Le pregunté.

Todo el discurso de Eugene me recordó a lo que el doctor Jenner nos dijo sobre aquel lugar.

-Conocí a gente de ahí, si.

Escuchamos un click en la puerta y Rick apareció para liberarnos.

-Vámonos. -Nos gritó. -Tenemos que abrirnos paso hasta la valla.