4. El universo conspira para lograr un cambio

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Apenas tenía 14 años cuando encontré a esa gatita negra que cambió mi vida. Su nombre era Luna y tenía la figura de la luna en su frente. Al principio creí que había enloquecido al descubrir que esa gatita podía hablar pero después acepté que existía un mundo mágico en donde todo era posible. Luego comenzaron a aparecer unos seres malignos que intentaron sembrar el caos en el mundo que conocía. Tuve que aprender a pelear sin saber cómo, por suerte encontré a otras chicas que también eran guardianas, nos hicimos buenas amigas y compañeras de combate, teníamos diferentes cualidades pero eso no impidió que se forjara un fuerte lazo de amistad entre nosotras; Amy era muy aplicada, obtenía las mejores calificaciones y no había algún tema que desconociera, yo era todo lo contrario, no me gustaba estudiar ni pararme temprano, amaba leer historietas. Rei era muy segura de sí misma, meditaba mucho ya que su abuelo tenía un templo, ella tenía mayor interacción con el mundo espiritual. Lita era la más fuerte de todas nosotras pero a la vez era muy dulce y adoraba cocinar, me gustaba mucho acompañarla porque disfrutaba de los platillos que ella preparaba, si por mí fuera me mudaría con ella así me deleitaría cada día con un manjar diferente. Mina era muy hermosa, siempre estaba a la moda, era casi una celebridad pues fue la primera en convertirse en guerrera, en su otra identidad era muy conocida como una valiente heroína, la admiraba por su forma de ser, pero en si era una chica muy alegre y extrovertida, soñaba con ser una cantante muy famosa. Más adelante conocimos a las sailor outers quienes tenían otra perspectiva de nuestra situación, ellas eran más estrictas y no querían que tuviésemos algún tipo de contacto con seres de otro planeta, para ellas cualquiera que venga del exterior era una amenaza.

A pesar de nuestra corta edad y de la falta de experiencia adquirimos el sentido de justicia y responsabilidad, queríamos proteger a nuestros seres queridos de las garras de los villanos que cada vez eran más como si existiera una fábrica del mal que los enviara para destruirnos, cuando nos deshacíamos de uno siempre aparecían otros, nuestro instinto de supervivencia nos ayudaba para dar lo mejor de nosotras, combatimos en grupo en busca de una princesa a quien debíamos proteger. Nuestros guías, Luna y Artemis nos dijeron que esa princesa era muy poderosa que debíamos protegerla a costa de nuestras vidas, que nuestro deber era cuidarla.

La historia de nuestra princesa me pareció como un cuento de hadas, era tan mágico, hermoso, a la vez muy triste y cruel por la manera en que murió y no pudo cumplir sus sueños con el amor de su vida. Cuando pensaba en eso sentía como un cosquilleo en el estómago, debe ser maravilloso amar a alguien y que te ame con la misma intensidad.

A medida que fuimos luchando contra las fuerzas oscuras un apuesto hombre nos ayudaba de vez en cuando, era un enmascarado que siempre utilizaba una rosa roja como símbolo de combate, a la vez conocí a un universitario muy apuesto pero odioso, era algo mayor pero me gustaba encontrarme con él, es como si lo conociera de alguna parte.
Nos adaptamos rápido a nuestra nueva vida, todo iba bien hasta que nos enteramos que yo no era una simple guerrera como las demás chicas, en una de las batallas decisivas de nuestras vidas descubrimos que yo era esa princesa a quien estábamos buscando. En mi despertó el poder del cristal de plata y consigo me trajo algunos recuerdos de mi vida pasada, algo había ocurrido, esto fue una señal del universo, ¿Cómo era posible que yo sea la reencarnación de la princesa de la luna además de ser una guerrera? ¿Acaso en esta vida era una guerrera para conocer a otra? Normalmente solo sería una princesa que se involucraría con un príncipe , o una simple estudiante para estar con otro, pero una guerrera, eso no encajaba con mi destino esperado, no había una lógica pero no nos dimos cuenta, la ilusión por alcanzar la felicidad frustrada en el pasado nos cerró otras opciones, además el enmascarado resultó ser la reencarnación de mi amado príncipe Endymion, el hombre con quién podía ser feliz. Al fin nos habíamos encontrado, teníamos una nueva oportunidad. Con el tiempo descubrimos que en el futuro seríamos los gobernantes de Tokio Cristal y que juntos tendríamos una hermosa hija. Eso significaba que ya no necesitaba conocer a más nadie para formar una relación de pareja, ya tenía a mi lado al hombre con quién sería feliz el resto de mi vida, no importaba si no nos llevábamos tan bien como debería, no necesitaba enamorarme otra vez porqué ya estaba enamorada desde mi vida anterior, había encontrado a mi alma gemela, a mi compañero de vida, era una historia tan romántica de reencarnación, no sabía de la existencia de las llamas gemelas hasta que más adelante el universo me mostró muchas sincronicidades pero no fui capaz de ver más allá del ojo común, todavía seguía atada a las etiquetas establecidas.

A pesar de que me encontraba atrapada en mi supuesto destino, mi intuición me hablaba pero le ignoraba, sentía que algo me faltaba, no sabría cómo explicarlo, tenía todo; una hermosa historia, un futuro prometedor pero no me sentía completa.

Me ponía muy triste el trato de Darien, a veces no me comprendía como quisiera, no teníamos los mismos gustos e intereses, sé que él velaba por mi bienestar, pero me tenía que esforzar más para estar a su altura, odiaba estar tan seria, el protocolo de la sociedad no era mi fuerte, no era buena en la cocina, pero por él lo intentaba, deseaba ser esa princesa que todos anhelaban, supuse que esa incompatibilidad era por la diferencia de edad, además si ya habíamos vislumbrado nuestro futuro nada saldría mal.

 

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Llamas Gemelas. Fanfic de Sailor MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora