Serena pensó que al fin sería feliz junto a Darien, el gran amor de su vida pasada; lo que ella no sabe es que su vida ya estaba envuelta en un viaje de llamas gemelas donde descubrirá su enorme conexión hacia una simple estrella fugaz.
La princesa...
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La compañía de Seiya era muy agradable, no se parecía al resto de los chicos ni a sus hermanos que se guiaban mucho por las apariencias, aunque no lo demostraba me gustaba mucho sus atenciones.
Sé que parece una locura pero verlo detrás de mí es como si me viera a mi misma detrás de Darien. Seiya se veía tan alegre, decidido, extrovertido, a la vez ingenúo...me reflejó la necesidad que yo tenía de ser amada, pero lo mas curioso es que me hacía sentir auténtica y eso me colmaba de una felicidad inexplicable.
Todos saben que soy muy dormilona pero algo alteró mi rutina diaria. De forma extraña me dio insomnio, me sentía inquieta, no entendía porque me despertaba siempre a esa hora, de 3 a 4 am, es como si mi mente tuviera un despertador. Para no pensar en tantas cosas sin sentido me ponía a escuchar música o a leer historietas que me entretenían hasta que se asomaba el sol, luego me daba sueño cuando ya tenía que alistarme para ir a la escuela. Los demás me veían igual porque nunca supieron lo que estaba sintiendo en ese momento.
Las cosas no terminaron allí, por la noche me llenaba de ansiedad y me ponía a llamar repetidamente a Darien, me volví muy intensa tratando de comunicarme con él porque quería que me devolviera mi paz y tranquilidad. Pensaba que si se comunicaba conmigo eso haría que sacara a Seiya de mis pensamientos, que me haría pisar tierra otra vez para olvidarme de esta locura de emociones que me inquietaban como un torbellino que amenazaba con destruir todo a su paso.
Fue durante esas horas de desvelo en que me di cuenta de que ya no pensaba tanto en mi novio, o no lo hacía con la misma intensidad y eso me hizo sentir culpable, es como si lo estuviese traicionando, con mas razón le enviaba cartas a diario que nunca fueron respondidas.
Era inevitable no pensar en Seiya porque me lo encontraba en todas partes. Cuando mis pensamientos se enfocaban en él, se me erizaba la piel y una sensación inexplicable recorría todo mi cuerpo comenzando desde los dedos de los pies hasta la cabeza, estaba cargada de una calidez tan placentera y plena que me hacía sentir tan viva.
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Su miraba era tan cautivante, a veces me descuidaba y se notaba el rubor en mis mejillas producido por su cercanía. Su sonrisa y la picardía con que se me acercaba me descontrolaba completamente y me ponía a la defensiva para no derretirme a sus pies. Lo hizo en nuestra cita, casi se me sale el corazón con su cercanía; en la cabaña, esa caída con la posición en la que quedamos era como echarle más leña a la candela, también en mi casa cuando se me quería declarar, menos mal que Chibi Chibi estaba con nosotros. En cada momento deseaba con locura tener más contacto con él, lo anhelaba tanto pero no podía por mi situación. No era libre para amar a alguien más, por eso siempre lo rechacé delante de todos.
