Todo había vuelto a la normalidad después de vencer a Caos. Darien regresó a mi lado, las chicas estaban sanas y salvas, mi familia se encontraba bien, las cosas salieron como debe ser pero algo no encajaba en ese presente...yo no era feliz a pesar de que lo tenía todo.
En nuestra despedida le dije a Seiya que siempre seríamos buenos amigos, creí que mi vida volvería a la normalidad, estaba segura que me iba olvidar de ese sentimiento que amenazaba con destruir mi estabilidad, tenía la esperanza de olvidarlo cuando la distancia formara una enorme barrera entre los dos, pero la verdad no fui capaz de hacerlo. El universo fue testigo de que luché conmigo misma para enterrar ese sentimiento en lo más profundo de mi alma pero nunca pude olvidarlo. Cada dia lo extrañaba más, en vez de ceder lo que sentía por Seiya se intensificaba con más fuerza y me dolía estar lejos suyo.
Su recuerdo se volvió como una obsesión para mí. A la vez que me sucedieron varias cosas extrañas que al principio no le tomé mayor importancia.
Cada día no me hallaba en mi casa, no me soportaba a mi misma, es como si me asfixiara y todo lo que antes valoraba ahora perdía sentido, ya no me ilusionaba ese futuro que antes anhelaba, no quería ser una reina.
En uno de esos días en que sentí ese gran vacío en mi alma, me fui caminando bajo la lluvia, no tenía hambre, dejé mi desayuno guardado, cosa que jamás haría la Serena de antes. Mientras mi piel se mojaba, el cielo lloraba a cantaros como si me acompañara en mi dolor, deseaba tanto que Seiya se apareciera y me pidiera reemplazar a Darién, pero nadie llegó, ni siquiera un enemigo que me pudiera destruir en ese momento de debilidad. No pude mas y me tumbé en el suelo llorando, no sé cuánto tiempo permanecí así pero me pareció una eternidad. Cuando escampó miré mi reloj que marcaba 11:11 am, en muchas ocasiones veía esas sincronicidades numéricas, a veces me despertaba 11:11 pm si es que lograba dormir, otras veces lo veia en un número telefónico, en una pancarta, o me tocaba ese número cuando tenía que pagar algún servicio de la casa, pero eso no tenía ningún significado para mí. Me sentí tan impotente, tan culpable por haberlo alejado de mi...
A los tres meses después de su partida decidí ir al parque de nuestra cita para despejar mi mente, no creí que eso me despertara tanta nostalgia, fue como una tortura, me imaginaba a Seiya conmigo haciendo bromas, comiendo, hablando, luego me invadió una horrible sensación de soledad que me oprimía el pecho, me sentí tan sola a pesar de estar rodeada de mucha gente, de la nada comencé a llorar, me sentí abandonada, un vacío se apoderó de mi y me fui corriendo lejos de allí porque no quería que me vieran llorando, no sé cuanto tiempo corrí, solo sé que sentía que mi alma se hacía pedazos por ese vacío incontrolable, recobré la calma cuando una pluma blanca se posó en mi mano, lo agarré entre los dedos, era tan suave al tacto y tan blanca como el algodón, miré alrededor para ver de dónde provenía, era extraño ver una pluma en la zona donde se encontraban las jirafas, me despertó la curiosidad y caminé a unos metros de allí, me encontré con unas focas marinas aplaudiendo, pareciera que me animarán a seguir en mi busqueda "¿y qué pensaba encontrar? era un zoológico, seguro deben tener muchas aves adentro, si hasta la misma Michiru me dijo aquella vez que solo venían los novios y las palomas a estos lugares". Al doblar una esquina se me mostró otro panorama; se veian tan hermosos, no recuerdo haberlos visto cuando vine con Seiya, eran dos cisnes que nadaban de forma armoniosa en una fuente, suspiré hondo y me senté en una banca para observarlos. Desde ese entonces solo iba al parque a mirar los cisnes porque me producía una sensación de tranquilidad.
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Llamas Gemelas. Fanfic de Sailor Moon
FanfictionSerena pensó que al fin sería feliz junto a Darien, el gran amor de su vida pasada; lo que ella no sabe es que su vida ya estaba envuelta en un viaje de llamas gemelas donde descubrirá su enorme conexión hacia una simple estrella fugaz. La princesa...