Los primeros meses fueron los más difíciles porqué teníamos que adaptarnos a una cultura diferente a la nuestra, a una sociedad que tenía otra mentalidad. Lo bueno de ese planeta es que las personas fueron muy solidarias con nosotros, tenían una actitud muy familiar, nos acogieron como uno más de su especie.
Logramos trabajar como mesoneros en un restaurante, allí mismo nos dieron arriendo, eso sólo duró un par de semanas mientras nos familiarizamos con todo, fue durante ese corto tiempo en donde nos dimos cuenta que los cantantes tenían muchas ventajas para interactuar con la multitud, así que decidimos dedicarnos a ese oficio para transmitir nuestro mensaje.
Después de ver cómo funcionaba todo decidimos crear nuestra imagen , y ubicamos a un mánager que se impactó con nuestra presentación y desde ese momento se encargó de todas nuestras presentaciones en los medios, en muy poco tiempo ganamos fama, nuestra apariencia era muy atrayente para las chicas jóvenes en todo Japón y en otros países; al parecer éramos muy guapos según su estándar de belleza, así que utilizamos eso a nuestro favor.
De forma precipitada nos convertimos en el grupo número uno, habíamos hecho entrevistas y salíamos en las revistas más conocidas.
Me di cuenta que en este planeta los seres humanos se deslumbraban mucho con las estrellas, se ilusionaban y se enamoraban fácilmente. Si un día veían a alguien que les gustaba, simplemente se los decía, ya estaban enamorados, formaban muchas relaciones pasajeras, por eso existían tantos divorcios, los seres humanos se comprometían sin tener la certeza de la profundidad de su amor.
Todas las chicas querían salir con nosotros, éramos cordiales para seguir con el plan, a pesar que nos llamaban, nos enviaban infinidad de cartas y regalos inimaginables nunca nos importó lograr algún tipo de acercamiento afectivo ni siquiera para conocerlas ya que no tenía caso entablar algún tipo de amistad porque cuando encontremos a nuestra princesa regresaremos a nuestro planeta.
Ya teníamos varios meses metidos en nuestro rol como cantantes, los tres éramos muy buenos en el canto, no fue difícil hacerlo porqué al pertenecer a la guardia principal de la princesa Kakyuu habíamos recibido todo tipo de enseñanzas, tanto de técnicas de combate hasta de canto y toque de instrumentos musicales para entretener a nuestra soberana ya que no se podía arriesgar su seguridad dejándola con cualquier persona, la mayoría de esos instrumentos eran muy parecidos a los que se utilizaban en este planeta.
El plan marchaba bien hasta que llegamos a Tokio, nos encontrábamos de gira, fue precisamente en el aeropuerto donde nos esperaba una multitud de fans desesperadas por vernos, en ese momento sentí un resplandor muy fuerte era parecido al de la princesa Kakyuu pero era mucho más hermoso, mi corazón se agitó de forma acelerada, quería sentir esa calidez que me embriagó, pero esa muchedumbre me estorbaba, me sofocaba con sus gritos y cercanía, no pude detectar bien la energía por lo que me adelanté un poco molesto, quería ver de quién era esa energía que me atraía tanto, pero solo pude ver a una chica rubia con su novio.
Era una chica muy tierna, no se parecía en nada a las mujeres que nos perseguían, ellas siempre venían con intenciones de seducirnos, lo más curioso es que desde ese instante no pude sacarla de mi mente, cada vez que la veía sentía su energía tan pura atrayéndome como un imán , al principio me recordaba a mi princesa, luego ella ocupaba todo mi pensamiento.
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Llamas Gemelas. Fanfic de Sailor Moon
Hayran KurguSerena pensó que al fin sería feliz junto a Darien, el gran amor de su vida pasada; lo que ella no sabe es que su vida ya estaba envuelta en un viaje de llamas gemelas donde descubrirá su enorme conexión hacia una simple estrella fugaz. La princesa...