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La tensión en el aire era palpable, como un fino velo de incertidumbre que envolvía cada palabra y gesto. Nos encontrábamos en una encrucijada, entre la esperanza y el abismo, mientras las sombras de la noche conspiraban con los murmullos del viento. Las tropas de Mike, Nanaba y Gunther marchaban hacia el agujero, su búsqueda impregnada de urgencia y determinación, mientras nosotros, en nuestra pequeña cohorte, nos apresurábamos hacia la promesa de seguridad.

"Oye, cuatro ojos", llamó Levi con su característica brusquedad, interrumpiendo el silencio que envolvía nuestro grupo.

"No sabía que tu pasatiempo incluía contemplar piedras tan peculiares", continuó con su voz áspera, delineando el misterio que envolvía nuestras conversaciones.

"Es más que una simple piedra, Levi. Es una parte de la piel endurecida de un titán hembra", respondió Hange, su voz vibrante con una mezcla de emoción y fascinación. El descubrimiento provocó una ola de inquietud entre nosotros, pero Armin, con sus ojos azules brillando con la intensidad del conocimiento recién adquirido, fue el más efusivo.

"¿No desapareció?" preguntó, su voz temblorosa con la emoción del descubrimiento.

"No, Armin. Ni siquiera con Annie, distante de su cuerpo en su forma humana. No se desvanece ni se desintegra. He llegado a una conclusión, una teoría que podría cambiarlo todo. Las marcas de composición de este fragmento se asemejan a las de la muralla misma. Los titanes colosales, en su esencia, podrían ser los cimientos de nuestras defensas", explicó Hange con una mirada penetrante, como si estuviera vislumbrando un universo de posibilidades aún por explorar. Y sin embargo, en mi mente, resonaba una extraña sensación de déjà vu, como si este conocimiento ya hubiera sido insinuado en algún recóndito rincón de mi conciencia.

"Armin tenía razón", murmuró la joven de la bufanda roja, su voz suave. Armin se dispuso a responder, pero Hange colocó una mano en su rostro, silenciándolo con un gesto.

"Cerrar el agujero en la muralla Rose será un desafío imposible, a menos que encontremos una roca que encaje perfectamente. Pero si Eren pudiera transformarse en titán y usar su poder para sellar el vacío... podríamos tener una oportunidad de éxito", reflexioné en voz alta, mi mente tejiendo estrategias en medio de la oscuridad de la noche.

"Diablos, yo quería decirlo, pero exactamente", protestó Hange con su habitual excentricidad.

"¿Yo? ¿Tapar el agujero?" preguntó Eren, el miedo destellando en sus ojos como estrellas fugaces en la negrura de la noche.

"El material es el mismo. Si logras dejar un rastro que perdure mientras mantengas la transformación, podríamos cerrar la Muralla Rose sin complicaciones", agregó Hange, su voz cargada de una extraña mezcla de esperanza y duda.

"Vale la pena intentarlo. Además, si esto es posible, significaría una luz de esperanza para la Muralla María", intervino Armin, su tono lleno de determinación y esperanza.

"Los métodos convencionales requerirían el transporte de innumerables rocas, con rutas de suministro meticulosamente planificadas. Pero si eliminamos esa necesidad, podríamos llegar a Shiganshina mucho más rápido", añadí, mi mente maquinando los detalles de nuestro plan audaz.

"¿Qué les parece si realizamos el viaje durante la noche, cuando los titanes estén menos activos?", propuso Armin una vez más, su inteligencia brillando como una estrella en la noche más oscura.

Paraíso Oscuro {Levi y Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora