➛ 𝐋𝐎𝐂𝐊𝐄𝐃 𝐎𝐔𝐓 𝐎𝐅 𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 || ➵ ᴛ. ɢɪʏᴜ̄

𝟎𝟕

Suave y cálido; son las primeras palabras que le vinieron a la mente cuando se liberó del hechizo del sueño. Abrió los párpados poco a poco, encontrándose con el resplandor de la luz matutina que se filtra a través de las láminas translúcidas de la puerta y las ventanas, haciendo que parpadee varias veces para acostumbrarse a la claridad. Tras moverse un poco notó un peso sobre si, desplazó la mirada hacía allí para toparse con su compañera, la cual seguía durmiendo.

La chica apoyaba su cabeza en su pecho como si fuera una almohada y lo abrazaba con su brazo derecho. Después de haber gastado todas sus energías sanándolo se quedó dormida sin darse cuenta e inconscientemente quedó así sobre él.

Aunque no parece importarle que lo use de cojín y lo abrace como si fuera un peluche.

No queriendo perturbar aún su profundo sueño, Giyū aprovechó la ocasión para desviar su mirada hacia su nacarado rostro dormido. Con un suave gesto apartó uno de sus plateados mechones que se había deslizado sobre su rostro.

Un fervor sereno se extendió en sí sorprendiéndose a sí mismo por lo que hizo, una extraña sensación le llenaba el pecho y el estómago, dicho efecto se acentuaba cuanto más tiempo la miraba.

El Hashira es incapaz de describir con precisión lo que es, nunca había tenido esa sensación en el pasado.

Giyū nunca lo admitirá en voz alta, pero está empezando a gustarle lo calidez y la paz que siente cada vez que estás cerca de ella.

Tras un delicado movimiento suyo los ojos plata de la chica comenzaron a abrirse. Lo primero que vió al hacerlo fue el efímero rostro del Pilar del Agua. Sus orbes azules se clavaron en los suyos. Provocando que la chica se aparte con un movimiento brusco cayendo sobre su retaguardia para luego levantarse con torpeza y huir.

Mientras tanto, la alegría rozó brevemente el habitual comportamiento reservado de Giyū.

─¡V-voy a preparar el desayuno!─ Soltó una excusa antes de salir de sus aposentos con un profundo rubor acentuando su aspecto.

Ahora el único sonido en la habitación es el ligero golpeteo de los veloces pasos de la chica en retirada y los latidos de su corazón.

La incomodidad hemanaba su desayuno. La chica evitaba el contacto visual a toda costa, tan nerviosa que tras llenarse las mejillas de arroz como si fuera una ardilla o un hamster sorbió la sopa de miso hasta dejar el cuenco vacío, los ojos cerúleos de Giyū la miraron con extrañeza y confusión.

─¿Estás bi-?─

─Sí─ Respondió inmediatamente sin dejarle terminar la frase, negándose a mirarle a los ojos. Mientras que, otra vez, el rubor coloreó sus mejillas.

Giyū la examinó con la mirada, muy confuso ante su comportamiento, para luego seguir con su desayuno.

Rato después, al notar que su mirada ya no se centraba sobre sí, aprovechó para echar un vistazo furtivo por el rabillo de sus ojos. Al ver que sus labios comenzarían a moverse instantáneamente apartó la mirada.

─El desayuno está delicioso─ La elogió.

─G-gracias─ Disparó con rapidez.

Giyū volvió a poner sus orbes en la chica frente a él mientras que una sonrisita se formaba en sus labios.

─No hay de qué, gracias a ti─

[ᴛɪᴍᴇ sᴋɪᴘ]

─Estaré en casa al anochecer─

Incluso el más leve contacto entre sus manos hacía que su corazón se acelerara. Giyū se volteó una vez que ha tomado el bento que su "esposa" le preparó.

─De acuerdo, te estaré esperando─ Pronuncia con tono envuelto de dulzura. ─¡Que tengas un buen día, mi amor!─

Una risita despreocupada se mostró en sus labios al ver la mirada inexpresiva que mantenía, aunque, por un breve instante sus ojos fueron testigos de el tono rubescente que tiñó la coronilla de sus orejas.

Ella lo observó partir hasta que su figura desapareció del alcance de su vista, para luego girar y entrar nuevamente en el bungalow para toparse con la mirada de su pequeña compañera.

─Tch, ¿qué ha sido eso?─ Cuestionó la yōkai, mirándole con desaprobación.

─¿Qué pasa ahora, Kima? Sólo estaba despidiéndolo antes de que se vaya a trabajar─

─No me refería a eso. Me refiero a la mirada que tienes─

─¿Qué mirada?─ Pregunta con las cejas fruncidas, ajena a su acusación.

La pequeña duendecilla emitió un suspiro y se golpeó su frente con la palma de su mano. ─Esa mirada─ Escupe Kima señalando sus brillantes ojos color plata y la sonrisita que aún mantenía en sus labios, sus miedos empezaban a cobrar vida. ─No te estarás enamorando de ese mortal, ¿verdad, Khione-sama?─

La pregunta la hizo detenerse en seco, la sonrisa en su rostro desapareció y fue reemplazada por facciones de sorpresa. La de cabellos plata miró a su amiga a los ojos, ella mantenía una expresión malhumorada espera una respuesta de parte de Khione.

─No puedes hacer eso─ Kima continúa, sacudiendo la cabeza con incredulidad. ─¿Haz olvidando por qué estamos aquí?. ¡Él es quien tiene que enamorarse de ti, no al revés!─ En su voz era notable la exasperación.

─Lo sé, lo sé─ Dijo con un tono meloso. ─No te preocupes...─