El frío invernal chocaba en sus mejillas. El vapor de su respiración se condensaba al comenzar a jadear.
Apretó con fuerza la empuñadura de su katana. Lanzando miradas afiladas, más penetrantes que la espada que empuña.
─Así que esta es la famosa princesa guerrera...─ Musitó mientras se desplomaba boca abajo, y gotas rubí marchaban el suelo cubierto de nieve.
Su reputación era de esperarse, su padre era una de las deidades más fuertes, derrotó sin ayuda a centenares de soldados tengu con sus puños.
Ella no era diferente de su padre; con un último movimiento acabó con todos los mercenarios en un abrir y cerrar de ojos; como dice el dicho: 'de tal palo, tal astilla'.
Sus rodillas comenzaron a doblegarse tras acabar con su último oponente, clavando la su espada en el profundo y blanco suelo, para utilizarla como apoyo, deseando descansar un momento.
Se le escapó una risita burlona, quizás Kima tenía razón después de todo, ahora no es ni la mitad de lo que era era el pasado.
Segundos después, una silueta imponente e inconfundible se dibujó cerca de la chica.
Khione contempló sus inquebrantables orbes que observaban su forma cansada por la batalla. Se inclinó en señal de respeto, tocando el suelo en una reverencia mientras ahoga un endeble saludo. ─Padre...─
Respondió tarareando, mientras observaba a los hombres que había derrotado. Todos estában inconscientes y llenos de heridas, no mortales, aunque fueran sus contrincantes no quiso acabar con sus vidas, pues, después de todo seguía siendo su pueblo natal.
─Ya veo...─ Comienza a decir. ─Aún conservas tu fuerza, me alegro─ Una sonrisa se curva en sus labios, haciéndole señas para que se levante.
Cintas de humo ondeaban sobre la taza en sus manos. Sus ojos platas, iguales a la de su hija, miraban el líquido verde de su té, antes de desviarla hacia Khione. La nostalgia fluye por sus pensamientos, rememorando viejos tiempos.
─Si hubiera sabido que llegaríamos a esto... habría hecho lo que estuviera en mis manos, y lo que no también, por desafiar a los ancianos para que no te exiliaran─
Al oírle decir esas palabras, su semblante se suavizó. ─Todo está bien, padre. Soy feliz donde estoy ahora─
Se queda en silencio un momento, con los ojos clavados en su taza. ─Kima me contó cómo no sólo enamoraste al humano, si no que te enamoraste tu también. Hija, tu poder se marchita lentamente, dentro de unos años serás igual que estos mortales ¿no has pensado en eso?─ Dice entrecerrando los ojos. ─Has de saber que esto no augura nada bueno para los nuestros─ Suspiró. ─ Nuestra gente... ¿qué dirán?─
La chica mostró un semblante amable, entrelazando las manos, consciente de que su padre sólo piensa en lo mejor para ella.
─He venido porque estoy preocupado por ti, no para obligarte a hacer algo que no quieres, solo con mirar tus ojos puedo saber lo que sientes, y se que por mucho que insista, no vas a cambiar de opinión, e incluso si te obligo, no te doblegarás─ Sus ojos se clavaron en los de Khione, biselados de sabiduría ancestral. ─Mejor olvídalo, no debería haber hablado de esas cosas─ La deidad la miraba amablemente, sorbiendo su té, reflejando su gran afecto hacia su hija. ─También me ha dicho tu amiguita que tienes noticias─
Una pequeña sonrisa brotó de sus labios, asintiendo en respuesta. Mientras que se acaricia el vientre con cariño, la rotundidad de su vientre aún no era muy notable. ─Está previsto para mediados del próximo verano─
La deidad asiente. ─Me emociona mucho oírlo─
Un silencio confortable bañaba el lugar. El sonido de las brasas crepitando era lo único que resonaba en los alrededores. El hombre la observó durante un largo momento, realmente su hija había crecido tanto física como mentalmente. Soltó un profundo suspiro, dejando la taza sobre la mesa. ─Si esto es lo que realmente deseas, entonces no te molestaré más. Además, hablaré con los ancianos sobre tu decisión─
Los rasgos de la dama reflejaron gran sorpresa. Sus ojos se clavaron en él antes de que sus labios se curven en una sonrisa radiante. ─Gracias, Padre─ Comienza a inclinarte en señal de gratitud; mientras, cuentas salinas empiezan a caer libremente por sus mejillas debido a la felicidad que sentía por poder contar con la aprobación de queridísimo padre.
Él sonríe en respuesta. ─Pero te lo preguntaré una vez más, hija. ¿No deseas volver a casa?─
Sus ojos calan en decidida negación. ─No, padre. Mi corazón está ahora con Giyū─
La deidad suspira asintiendo.
─Mi hogar es donde sea que esté con él─
Un suave y agradable zumbido pronto saluda a Giyū. La chica se desabrocha la capa y se quita la bufanda, guardándolas antes de entrar en casa.
─Amor─ Giyū llama, con los brazos abiertos hacia su esposa; quien sin demora, se lanzó hacia él, para undirse en su abrazo con una sonrisa resplandeciente en el rostro.
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➛ 𝐋𝐎𝐂𝐊𝐄𝐃 𝐎𝐔𝐓 𝐎𝐅 𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 || ➵ ᴛ. ɢɪʏᴜ̄
Fanfiction⇝ Un día una ninfa celestial es exiliada de su hogar por salvar a un simple mortal de las lúgubres garras del invierno. Y para poder regresar necesita su corazón. Pero no es una tarea sencilla como creyó al principio que sería, porque el hombre que...