𝟏𝟒

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Un copo de nieve se posa en la palma de la mano de Giyū, mientras contemplaba la danza de motas blancas y cristalinas que caían de las nubes que tiñen el cielo. Una sonrisa se dibujó en sus labios al percibir el dulce tintineo de una melodiosa risa.

Desde la engawa de su casa, su atención se centraba completamente en la escena ante sí, con el semblante empapado de regocijo.

Una pequeña mano se extiende hacia delante, tratando de atrapar los brillantes copos de nieve que forman ilusiones frente a sí, soltando una risita llena de alegría y júbilo, al ver diversas figuras mostrarse en un centelleante espectáculo frente a sus ojos zafiros.

Por curiosidad infantil, tomó uno y lo metió uno en la boca, haciendo que se derritiera.

─Eso no se come, Dai─ Sonríe para ponerse de pie alzándolo entre sus brazos. ─¿Por qué eres tan adorable, eh? ¿será porque eres igualito a tu padre?─

El bebé no hacía más que mostrar un brillo enérgico mientras sus gorditos miembros se estiraban para atrapar las motas blancas que caían del cielo.

Con un movimiento de su muñeca, comenzó a proyectar diferentes e incandescentes mariposas que se elevaban frente a su hijo.

Otra presencia se acercó a la escena, rodeando su aún pequeña cintura desde atrás, provocando que la dama se gire para toparse con sus oscuros ojos oceánicos.

─E-espera, Dai-─

El pequeño comenzó a retorcerse al ver a su padre, acercándose super emocionado a él.

─Creo que Dai quiere que le carges, amor─ Le entregó el bebé a Giyū. Segundos después el pequeño querubín comenzó a mostrar rasgos de euforia. ─Vaya, creo que se siente mejor conmigo─ Una risita divertida y sarcástica salió desde los labios de Khione.

Giyū miró a su hijo, para luego levantarlo hacia el cielo, haciendo que chille con infantil deleite.

─Na, conmigo se divierte más─ Explica Giyū con burla en sus facciones, mirando luego con cariño al pequeño Dai.

Khione se cruzó de brazos mirando a la pareja de padre e hijo. ─Pero, Dai, a ti lo que más te gusta son las ilusiones brillantes que mamá hace para ti, ¿verdad?─

La atención de Dai se centró nuevamente en la nueva luz que formó su madre tejiendo en el aire otro espejismo con un leve giro de sus dedos; era una débil demostración de sus menguantes poderes empíreos. Su bebé rió alegremente, intentando sujetar los espejismos.

─Supongo que eso es un rotundo 'sí'─ Dice, tocándole cariñosamente la nariz.

Giyū miró a su familia con una expresión cariñosa y nostálgica dándole un beso en la cabeza a su hijo y luego a su mujer mientras la acercaba a él, ganándose la mirada de Dai.

─Khione─ Giyū pronuncia suavemente, sus ojos se volvieron cada vez más vibrantes. ─Recordé cómo llegaste a mi vida-─ Dice mientras la nostalgia envuelve el timbre de su voz con cariño y honestidad. ─Apareciste de la nada. Y mucho antes de que me diera cuenta, ya te habías robado mi corazón─ Sus palabras desprenden calidez.

Los ojos son las ventanas del corazón, no había necesidad de hablar nada.

─Es tuyo, Khione, siempre lo fue─ Giyū se acercó a ella para sellar su amor con un un beso tierno y sincero.

─Es tuyo, Khione, siempre lo fue─ Giyū se acercó a ella para sellar su amor con un un beso tierno y sincero

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