MISTAKES

CAP. 14

Las horas habían pasado sin señal alguna de mi perdición en el cuerpo del hombre perfecto.

(...)

Ya pasaban de las 9:00pm, tenía puesta mi típica playera que cubría solo mis muslos, haciéndose pasar por pijama; estaba recostada en la cama, con mi celular en mano después de haber pasado el tiempo instalándome.

No sé si fue el reflejo de la pantalla de mi teléfono pero, es inexplicable el brillo que sentí brotar en mis ojos en el momento en que esos tres toques que conocía perfectamente, se hicieron presentes en la madera de mi puerta recién pintada; tal vez fue la emoción y la euforia del momento lo que evitaba que creyera lo que había escuchado así que, salté de la cama y corrí hacia la puerta para abrirla y así, ver cómo un perfecto cabello negro y la bella figura de una linda rubia corrían hasta el otro lado del pasillo, adentrándose a la habitación que si recuerdo perfectamente, es la de Jennie.

No perdí más el tiempo y corrí hacia ellas después de cerrar la puerta de mi cuarto; me adentré a la habitación y cerré la puerta a mi espalda para girar y encontrarme con el rostro sorprendido de mis tres amigas sentadas en la cama...

(...)

-No puede ser... En verdad estás aquí -los ojos de Jennie brillaban.

-Creímos que era broma -suspiró Rosé.

-Enserio volviste -esbozó Jisoo, con una sonrisa en su rostro.

Mi tortura había terminado, sus reacciones fueron las mejores y no pude resistir, caminé apresurada hacia ellas y las abracé fuertemente.

-Las extrañé...

De verdad lo hice, la extrañé demasiado, necesitaba verlas, extrañaba todo de ellas. A pesar de las situaciones, jamás dejé de pensarlas -así suene algo hipócrita.- son mis mejores amigas y, me volvía el alma al cuerpo al saber que no estaban molestas; mi abrazo fue correspondido y, fue la mejor sensación saber que aún estábamos, que aún éramos *nosotras*, que aún éramos amigas y que habíamos superado la distancia y el tiempo.

A pesar de la separación, nuestra amistad seguía siendo la misma.

Fueron unas largas vacaciones, así se sintió cuando comenzamos a platicar de lo sucedido en mi ausencia; todas habíamos cambiado, el tiempo nos hizo diferentes pero, juntas aún éramos las mismas, la confianza era la misma sin importar el poco tiempo que teníamos de conocernos antes y, sin importar lo que pasó después.

Nuestra amistad seguía igual...