Fuck you |Minsung|

III

Han Jisung

Miro el marcador y me rasco los ojos de nuevo. Debo estar viéndolo mal, deben ser las horas de sueño que me faltan que me hacen imaginar cosas trágicas, como haber perdido el partido, por ejemplo.

Eso. Debe ser la falta de sueño. Y no que mis niños estén más idiotas de lo normal y hayan perdido contra los demás idiotas.

— Uh. El capitán te estará restregando esto los proximos tres siglos

Seungmin se acerca a mi a pasos perezosos.

— No me lo recuerdes

Hago que lloro, poniendo mis manos en mis ojos y haciendo ruidos de sollozos.

— No podré aguantarlo, Seungmin, haz algo — Él ríe — En serio, ayúdame

— Pues no haber perdido

— Vete a la mierda

Se sienta a mi lado. En el suelo, estirándose, con sus brazos bajo la cabeza y cerrando los ojos para no quedarse ciego por el sol.

El partido fue reñido, sin duda alguna, pero en los últimos minutos, Minho se apoderó de la pelota e hizo el gol que desempató el uno a uno. Ganando el partido y la apuesta. La actividad física me da un poco igual, pues al fin y al cabo, estoy entrenado como aora no morirme al hacerlo, pero lo que me fastidia es tener que chupar su pene y que se corra en mi boca. Él. Correrse en mi boca. Dios. Que bajo he caído.

¿Porque tuve que caer ante sus provocaciones? Normalmente no soy así, pienso lo que digo antes de que salga por mi boca. No al revés.

Realmente te odio Minho.

Me tiro a su lado. Lo oigo reír de nuevo y suspiro con fuerza.

La relación de amistad con Seungmin sólo ha hecho que mejorar desde que intercambiamos números, hablando de vez en cuando, tanto por mensajes como en las clases que compartimos, que son bastantes, pero que hasta ahora no me había dado cuenta de su presencia.

— ¿Desde cuándo os conocéis?

Minho.

La persona que más me gusta en el mundo entero. En especial ahora mismo, está parado frente a nosotros.

— Quédate allí capitán, que me tapas el sol

Río.

— Cada día te quiero más, Minnie

— Me halagas — Dice. Oigo al castaño chasquear la lengua — Minhooooo, no te muevas

— Vete a la mierda

Vuelvo a reír sin abrir los ojos. Tirado en el suelo, intentado pasar por una estrella, descansando y mentalizando me para lo que me toca hacer.

Siento mi cuerpo cansado y ahora que por fin me he estirado y descansado por primera vez en el día, mis párpados se sienten pesados y me duele todo el cuerpo. Supongo que es lo que tiene dormir dos horas por estar estudiando, entrenar, asistir a todas mis clases y tener que soportar a las personas.

— ¿Podrías dejar de mirar a mi amigo de forma tan aterradora?

Pregunta otra voz. Y antes de ni siquiera poder abrir los ojos, mi estómago es golpeado con fuerza y unos brazos me atrapan.

Felix.

Muevo mis manos hasta que quedan en su cabello y lo acaricio. No siquiera tengo fuerzas para protestar.

— No lo estaba mirando de ninguna forma

— Seguro — Se aprieta más a mi

¿Y a este que le pasa ahora?