Después de la oscuridad

Capítulo 5

Internado Holmes Chapel.

Luego de aquella charla tan profunda Harry solo se puso de pie, observo a Louis durante unos segundos y se fue de allí. Louis aun pensaba en aquel momento tan íntimo que había tenido con el rizado y también se preguntaba el por qué después de aquello no se habían vuelto a dirigir la palabra.

El martes estaba cada vez más cerca y con él la entrega del proyecto. Aunque no le gustaba mucho la idea tendría que buscar a Harry y hacer las remeras.

Louis lo buscó por toda la academia y ya se había hecho de noche. No sabía dónde más buscar estaba a punto de rendirse entonces recordó las gradas y se dirigió hasta allí.

No había nadie, solo varia colillas de cigarro por todo el suelo. Louis bajo las gradas y volvió resignado, tendría que hacerlo el solo. En un momento levantó la cabeza y vio humo y unos rulos volando en lo alto de una de las cinco torres delanteras del edificio.

Maldijo como por un año tener que subir tantas escaleras y juró que mataría a Harry por haberlo hecho hacer tanto ejercicio de golpe.

Cuando llegó lo vio sentado en la cornisa, con su cabello suelto, mirando al frente y con la espalda pegada a la pared mientras apagaba su cigarro.

Con mucho cuidado Louis subió hasta el borde y se sentó enfrentado al rizado observando hacia el enorme campo que había frente a ellos. La noche era fría y el cielo estaba lleno de estrellas.

Louis suspiró cerro los ojos y se decidió a hablar—Como te sientes Harry?—Encendió otro cigarro le dio una calada y se lo tendió a Louis—De puta madre, como crees que me siento Louis? En serio no pensé que harías una pregunta tan estúpida—Harry le encendió el cigarro a Louis poniéndose muy cerca de su rostros ya que había una leve brisa que no lo dejaba encenderlo con tranquilidad.

Louis provechó para leer su mirada. La luz de la luna brillaba en sus ojos y lo dejaba ver con más claridad que si bien el dolor seguía allí muy de a poco iba mejorando.—Odio que hagas eso—Harry en ningún momento dejó de mirar el cielo estrellado—Hacer que?—Louis lo comprendió tarde—Entiéndeme Harry, no me hablas hace dos semanas y la última vez que te vi estabas destrozado. No sé por qué mierdas me angustio y me preocupo por lo que te pasa. Solo quiero estar seguro de que estas bien, pero tu no dices nada y la única forma que tengo de ver en verdad cómo te sientes es leyendo tu mirada, no puedes engañarme—Harry lo miró a los ojos y luego rio—No merezco ese trato Louis. No sé qué tienes conmigo pero en serio que no me merezco todo lo que me dices y la manera en la que me cuidas y si estúpido me doy cuenta de que me andas de guardaespaldas y vigilante, trata de ser más discreto la próxima que quieras andar siguiéndome. No soy un maldito suicida.—Ambos comenzaron a reir mientras expulsaban el humo del cigarro—Vete al demonio—Harry lo miró y le sonrió. Se quedó viéndolo pro un largo rato hasta que Louis se percató—Que tengo en la cara que tanto me miras?—Harry hizo una pequeña risita y lo volvió a ver serio—Gracias Louis, creo que si tu no hubieses venido y no te hubieses hecho odiar en este momento estaría pensando en saltar de aquí. Pero tu logras hacer que solo por un segundo olvide el infierno que es mi vida y reír como si nada estuviese pasando y solo seamos dos amigos disfrutando de un cigarro—Louis se lo quedó mirando y luego comprendió que ni el mismo se entendía como Harry lo hacía e igual al revés. Ellos se complementaban y podían mostrarse tal cual eran sin temor alguno. Se sentían a salvo el uno con el otro.

El taller estaba oscuro y había telas por doquier. Louis y Harry intentaban encontrar el interruptor de la luz. Una vez encendida se adentraron en el gran salón repleto de máquinas de coser y lentejuelas. Comenzaron a buscar instrucciones de como cocer una remera.—Hey Styles que tal te ves con una remera con lentejuelas azules—Harry le tiro con un almohadón a mitad de hacer y todas las plumas salieron volando—Bueno a ti te quedan bien las plumas eh Tomlinson—Los muchachos entre bromas y juegos consiguieron el modelo de remera y la forma de hacerlo.

No sabían por qué pero se les había ocurrido meterse a urtadillas de noche al salón y trabajar tranquilos. Sin darse cuenta habían pasado de odiarse a compartir sus más profundo sentimientos en la noche e ignorarse durante el día, ni ellos comprendían que era lo que hacían pero se sentían bien con ello.

Las remeras estaban terminadas solo faltaba la estampa—Yo quiero ésta en el pecho—Louis había elegido una frase con letras en cursiva que decía "IT IS WHAT IT IS" mientras que Harry eligió una que eran dos pájaros en el pecho quienes se miraban. Uno era grande y el otro algo pequeño, con ciertas diferencias en sus alas pero a la vez igual de hermosos.

Sus remeras estaban terminadas, eran sin mangas. La de Louis era blanca con las letras en negro mientras que la de Harry era negra con los dibujos en blanco. Se las probaron y les habían quedado perfectas su trabajo estaba terminado.

Volvieron a la torre con una cerveza cada uno. Eran las 3:15 am pero a ninguno de ellos parecía importarles solo se sentaron a observar el paisaje y a beber un rato en completo silencio—Zayn siempre había querido llenarse de tatuajes el cuerpo, pero no tatuajes absurdos y sin sentido, siempre hablaba de tatuajes con significados verdaderos y que quedaran con él para siempre, al igual que los recuerdos. Siempre decíamos que íbamos a hacernos un tatuaje diferente pero con el mismo significado y que se complementaran pero no llegamos a hacerlo.—Harry le dio otro trago a su cerveza y miró a Louis quien había cambiado su expresión a una muy triste—A mi padre lo mataron por intentar defenderme de un ladrón y yo jamás se lo perdoné. Cuando estaba en su funeral me tiré sobre su ataúd a gritarle "Por qué mierda lo has hecho? Te odio. Me abandonaste. Me dejaste solo en este mundo tan cruel" pero la realidad es que nunca le perdoné que haya sido más valiente de lo que yo nunca seré—Harry lo quedó mirando y luego acercó su botella a la de Louis— Por que estas noches nunca se terminen—Louis chocó su cerveza con la de Harry y luego ambos tomaron un gran sorbo antes de irse cada uno por su lado para volver a ser dos extraños en la mañana.