Poción

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Espero que les guste~

Nota: ¡No pude resistirme, lo siento! T-T

Nota-2: Leí muchos fanfic pero no encontré ninguno sobre convertir a Hunter en un niño, así que decidí hacerlo xD

Nota-3: Si alguno tiene alguna idea, no duden en dejarla en los comentarios

Mucho a cambiado con la muerte de Belos pero de una buena manera. La gente parece más tranquila, sin el miedo de ser petrificados por cualquier razón, y hay una libertad palpable a su alrededor, aunque sin llegar a enloquecer y hacer locuras.

Adaptarse es sorprendentemente fácil para la mayoría pero Hunter no puede ocupar contra la ligera incomodidad. Todo se siente nuevo y frágil, la amabilidad de todos siendo tan sincera que aun lo sorprendía, sintiéndose como un extraño ahora que puede asistir a la escuela y luchando contra los instintos auto conservadores mientras vive con Darius.

En general, todo está bien.

-¿Eh?- Amity se detiene en seco, enarcando una ceja al notar al rubio demasiado quieto frente a los casilleros, el suyo aun con la boca bien abierta. -¿Hunter?- decidió acercarse, algo preocupada al notar la botella redondeada llena de un líquido azulado brillante y la mirada concentrada ajena. -¿Estás bien?- preguntó suavemente, logrando que los ojos castaños la miraran.

-Creo que alguien está intentando envenenarme- dice con tanta seriedad que ella no puede evitar sobresaltarse un poco.

-¿Por qué?- el chico es paranoico, es difícil no serlo conociendo su historia, pero quiere darle la oportunidad de explicarse.

-Encontré uno de estos en la ventana de mi cuarto...- hizo un gesto hacia la botella. -...otra sobre mi mesa en clases y ahora está en mi casillero- frunció el ceño. -¿Crees que sea un seguidor del emperador?- hay un toque de terror en su voz y la chica lo entiende porque, incluso si la mayoría parecía estar aliviado ante la falta del dictador, aun tenia algunos seguidores bien escondidos.

-No te preocupes...- Amity estira las manos con mucho cuidado, una sujetando la de él con amabilidad y lo otra quitándole la botella con suavidad. -...lo averiguaremos...- le dio una ligera sonrisa. -...juntos-

-Juntos- eso parece relajarlo hasta mostrarle una ligera sonrisa que ella no duda en devolver. Ahí es cuando su instinto le grita en señal de alarma y alza la vista, abriendo los ojos con alarma al notar un portal pequeño en el techo, por el cual ya esta cayendo otra de esas botellas con liquido azul, justo sobre ambos. -¡Amity, cuidado!- Hunter no duda en empujarla para alejarla del peligro y levantar los brazos para protegerse la cabeza, justo a tiempo para que la botella se rompa contra su brazo, quejándose entre dientes ante la sensación de ser cubierto por el contenido que resultó ser más viscoso de lo que aparentaba, una nube de humo cubriendo momentáneamente el pasillo. Eso llama la atención de los alumnos a su alrededor y los murmullos, junto a los llamados de algunos por profesores, no tardan en resonar pero la chica, quien cayó de sentó ante el empujón, esta más centrada en otra cosa.

-Oh no...- Amity se apresura a levantarse, viendo la escena con los ojos bien abiertos. -¡Hunter!- tosió, avanzando, agitando las manos en un intento de alejar el humo. No puede ver a su amigo, tampoco puede escucharlo, y eso solo aumenta su preocupación. -¡Hunter!- para su suerte, el humo se aplaca rápidamente. -¡Hunter!- lo primero que nota son los zapatos tirados junto a un pantalón y antes de que cualquier tipo de vergüenza pudiera llenarla, lo ve. Un niño rubio y pequeño sentado en el suelo, quizás de 6 años o más, con sólo la parte de arriba del uniforme de Hexside cubriendo su pequeño cuerpo y con algunos machones azulados producto de la poción de antes. -¿Hunter?- eso hizo que el niño levantará la vista para mirarla. Ella sabe que es Hunter, reconocible no solo por el mechón de cabello rebelde y los ojos marrones pero aun así, no puede evitar analizarlo solo para terminar de estar segura. Lo que más le sorprende es que no hay cicatrices ahora, la piel pálida limpia y lisa, como si nada le hubiera pasado.

-¡Amity!- sonrió enormemente, mostrando que aun había un pequeño espacio entre sus dientes superiores, y trayendo alivio a la mencionada al ser reconocida. Se ve tan feliz de verla, extendiendo sus cortos brazos cubiertos por las coloridas mangas, que es lo que la impulsa a terminar de acercarse y arrodillarse a su lado.

-Hey- esta sorprendida cuando el menor agarra su mano para acercarse a su rostro pero no duda en acunar con mucha suavidad la mejilla de él, ignorando la sensación pegajosa a favor de observar la muestra de confianza pura e infantil. -¿Estás bien?-

-Me siento pegajoso...- murmuró con un puchero, restregando su mejilla contra la de ella. -...no me gusta-

-Estoy segura de que no- se atrevió a mover muy ligeramente su pulgar en forma de caricia, aguantando las ganas de arrullar al verlo sonreír y sentirlo apoyarse pesadamente en el toque.

-¡Amity!- ella alza la vista, notando a Gus acercarse a ellos con apuro. -¿Qué fue lo que paso? Escuche que una poción explotó y...- ahí es cuando parece notar al niño, su voz muriendo rápidamente mientras expresión mostraba su sorpresa. -¿Es...?- señaló, anonadado.

-Si, es él- asintió y justo en so, Hunter decidió prestar atención al recién llegado, moviendo ligeramente las orejas con curiosidad antes de sonreír.

-Hola Gus- también lo reconoció, eso era bueno.

-Hola Hunter- se recuperó rápidamente, sonriendo mientras se inclinaba para estar a la altura ajena, viéndolo jugar con los dedos de la chica. Gus y Amity se miraron entre ellos, teniendo una conversación silenciosa, antes de llegar a una especie de acuerdo. -Hey, amigo- Gus llamo la atención del niño, mostrándole una sonrisa mientras le extendía las manos. -¿Quieres darte una ducha?-

-Por favor- casi rogó pero en vez de intentar levantarse, extendió las manos hacia el chico en un gesto muy claro y uno muy raro viniendo de alguien tan independiente como Hunter pero ninguno está dispuesto a comentar.

-Esta bien, si, todo está bien- el ilusionista alzó al niño con algo de duda, decidiendo ignorar la sustancia azulada y pegajosa, dejándolo apoyarse en su hombro. Era sorprendente liviano. -¡A las duchas~!- exclamó mientras se enderezaba rápidamente, sacándole una risa al niño.

-¿Amity?- el rubio llamo al no verla moverse. -¿Ya te vas?- preguntó, su tono triste y con los ojos suplicantes mirándola fijamente.

-No, no- ella se apresuró a negar, sonriendo con nerviosismo. Romperle el corazón al niño no estaba en sus planes. -Iré a ver si puedo conseguir algo de tu tamaño...- bendita sea la magia. -...y te esperare afuera-

-Ok- eso pareció tranquilizarlo, tarareando mientras se dejaba llevar por el ilusionista.

-Luz va a este encantada- pensó Amity antes de poder detenerse, riendo ligeramente al imaginar la reacción de su novia.

Pequeño HunterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora