Hexside

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Espero que les guste~

La mayoría de los daños a edificios y demás fue arreglado por Collector, quien parecía decidido y dispuesto a redimirse todo lo posible, contento de hacer cualquier trabaja si eso significaba ganarse un cumplido genuino y sonrisas de las brujas a su alrededor. Pero incluso si las cosas se estaban arreglando, aunque quedaba todo un sistema que mejorar, decididos a hacerlo mucho mejor de lo que hizo el emperador.

Y para su desgracia, eso caía sobre los hombros de aquellos que habían sido líderes de aquelarres que se revelaron. Esos eran Raine, Darius y Eber. Los demás habían sido demasiado fieles a Belos, escondiéndose como cobardes ante las malas miradas que se ganaron cuando todo terminó y sin mostrar sus caras para no ser bombardeados pro abucheos.

Tenían ayuda, que el Titan bendiga a Lilith y su manía por organizar todo, pero aun tenían mucho trabajo que hacer.

Y para colmo, Darius tenía un problema más.

-¿Con quién se supone que debo dejarte?- se paso una mano por el rostro, sintiéndose tonto. Había estado tan cansado la noche anterior, intentar seguir el nuevo ritmo del hiperactivo niño que cuidaba fue mucho más difícil de lo que había calculado, que se fue directamente a dormir apenas pudo lograr que el menor cerrará los ojos y se olvido por completo que debía trabajar al día siguiente.

-¡Puedo quedarme solo!- Hunter no parecía entender el problema. -Soy un niño grande- palabras que no tenían demasiado peso con su voz infantil, mucho menos mientras agarraba un puñado de esas cosas de colores que llamaba cereal y se lo metían en la boca sin ningún tipo de cuidado, el hombre haciendo una mueca ante la suciedad pero sin decir nada por el momento.

-Un niño muy grande- bufo con burla cariñosa, limpiando las mejillas ajenas con una servilleta. El menor no se quejo, aunque pronto volvió a comer, dejando alguno sobre la mesa a su lado para que su palisman disfrutara también.

-¡Darius!- la puerta se abrió de golpe, haciendo que se sobresaltara y se volteara alerta, bufando con cansancio al ver a la humana allí, parada con orgullo y ya vestida para ir a la escuela.

-¿No tienes respeto por la casa de los demás?- enarco una ceja, agotado de solo verla.

-Vine a ofrecerte mis servicios- Luz decidió ignorar su comentario, adentrándose por completo en la casa y haciendo que él dejara escapar un largo suspiro de cansancio. -Cuidare de Hunter- se acercó al mencionado, dejando un pequeño beso en su frente y aceptando uno de los cereales que le ofrecía.

-Tienes escuela- señaló lo obvio.

-Podemos hablar con el director, explicarle la situación y...¡Boom!...- sonrió, agitando las manos como si estuviera en un show. -...niñera al instante~- por unos segundos, solo se escucho como el menor masticaba, no muy interesado en su conversación al parecer. -No tienes más opciones...- agregó ante la falta de respuesta, pudiendo notar que el brujo no estaba muy de acuerdo con ella. -...Eda se llevó a King a ver a sus padres para una muy necesaria unión familiar. Lilith se llevó a Hooty para revisas los archivos. Raine y Eber van contigo- cada palabra hacia que él se desinflara cada vez más en su lugar. -A menos que quieras dejarlo con Alador y...-

-Para- gruñó, pellizcando el puente de su nariz con cansancio y resignación. Entre el científico y él aun había muchos problemas sin resolver, además de que no confiaba en su mente dispersa para cuidar de su niño y temía lo que pudiera suceder. Ya podía imaginar a su hijo hundido en sustancia de abominable o lastimado de alguna manera por la falta de supervisión. Titan, ya siente el comienzo de un dolor de cabeza de solo pensarlo. -Bien- esta resignado.

-¡Genial! Asunto arreglado- infló el pecho, orgullosa y victoriosa. -Vamos Hunter, es hora de cambiarse para ir a la escuela- el rubio la miro, parpadeando con confusión. -Te daré un libro de aves del mundo humano para que pases el rato- un regalo que de todos modos iba a ser para él.

-¿Aves?- sus ojos se iluminaron, el arrendajo dejando escapar un sonido de emoción. -Voy a cambiarme- se bajo y corrió hacia su habitación, emocionado. Darius solo pudo seguirlo, decidió a no dejar que saliera hecho un desastre, y porque puede que se haya emocionado un poco a la hora de hacerle ropa. Tuvo mucha tela y muchas ideas. Lo dejo solo para acomodarse los zapatos, decidiendo a último momento prepararle un mochila.

-Hay bocadillos allí porque no confío en la comida de la cafetería...- no era nada rico lo que servían allí por lo que recordaba. -...un cambio de ropa...- tenía la manía de ensuciarse. -...y caracoles por si necesita algo- evitó que ella pudiera agarrar la mochila, usando su estatura a su favor. -Si algo le pasa a lo hijo, ni siquiera la Dama Búho podrá protegerte- el que avisa no traiciona dice el dicho.

-Totalmente entendible- la humana asintió, sudando en seco porque tiene la sensación de que dice la verdad y esta totalmente dispuesto a enfrentar a quien sea si el pequeño es herido. Un sentimiento dulce si debe ser sincera. Hunter merecía ese tipo de personas. -¿Me lo das ahora?- suspiro de alivio cuando él dejo caer la mochila entre sus brazos, acomodándola en su espalda. Su momentánea tensión fue rota por los pasos rápidos que se acercaban, viendo al niño que termino de bajar la escalera de un salto, tropezando un poco pero logrando recuperar el equilibrio, trotando para acercarse al par.

-¡Ya estoy!- sonrío, acomodando ligeramente su remera manga corta azul claro, Waffles acomodándose en su hombro.

-¿Listo para un día de escuela?- extendió su mano para agarrar la pequeña y empezar a alejarse, sintiendo la mirada fija del brujo en sus nucas por un tiempo.

Para Hunter, estar en la escuela era raro, y las miradas de todos lo hacían sentir un poco incómodo, pero las clases eran entretenidas. Claro, su mente infantil a veces se desviaba y se perdía algunas cosas mientras se entretenía con ese extraño juego en el teléfono de la humana pero en general, le gustaba escuchar, incluso tuvo la oportunidad de preguntar algunas cosas.

Pero cuando estaba fuera de los salones, era otra cosa.

-Me aburro- pensó con una mueca, levantando sus manos para taparse los oídos en un intento de callar las voces ajenas. Por mucho que amara a Luz y a Amity, estaba algo asqueado por tantas palabras dulce que no entendía del todo, y se sentía muy ignorado. -¿Eh?- miro a Waffles con curiosidad al escucharlo trinar, suave y ligero para no llamar la atención. -¿Explorar?- se lo pensó. Sonaba mejor que estar allí, quizás hasta podía encontrar un lugar tranquilo para ver su libro. -Vamos- sonrío y se bajo del asiento en el que estaba, colocándose su mochila en la espalda, saliendo con su libro en brazos y su palisman al hombro. No llego muy lejos.

-Vaya, Augustus no mentía- se detuvo ante la voz, alzando la vista para ver al responsable, encontrándose con un estudiante de mangas azules y pantalones marrones que lo miraba con extrañeza.

-¡Eres el hermano de Steve!- quien, en alguno de sus encuentros casuales, le había mostrado la foto ajena. -Y amigo de Gus- escuchar a su amigo divagar sobre el chico frente suyo también había sido algo cansador pero en el buen sentido. -Matty, ¿no?-

-Soy Matt- suspiro, resignado ante el apodo. -¿Qué haces aquí?- enarco una ceja.

-Luz me trajo...y bueno...- hizo una ligera mueca y el mayor pareció entender.

-Blight y la humana están coqueteando otra vez, ¿no?- bufo cuando el niño asintió rápidamente. -Siempre se distraen cuando están juntas-

-Eres un constructor- recordó lo que significaba el marrón. -¿Puedes hacer estatuas pequeñas de aves?- abrió en una pagina al azar de su libro para mostrarlo, emocionado ante la idea de poder tener un pequeña estatua de un cardenal y un arrendajo para su cuarto.

-¿Aves?- se inclino para ver un poco más de cerca el libro ajeno, tarareando de manera pensativa. -Por supuesto que puedo- se enderezo con el pecho inflado de orgullo, sonriendo con confianza. -Vamos, hay un salón disponible- hizo un gesto y empezó a caminar. Hunter no pudo evitar animarse, riendo ligeramente cuando Waffles se froto suavemente contra su mejilla. -¿Vienes o no?-

-¡Ya voy!- se apresuro a seguirlo, ignorante de la preocupación y pánico que dejo con su desaparición.

Pequeño HunterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora