Los sonidos de dolor se escuchaba por toda la habitación, pues la princesa Rhaenyra estaba dando a luz a su tercer hijo con el príncipe consorte Jaehaerys. A quien también se le podía escuchar alguno que otro quejido, ya que su cabellera lo estaba padeciendo.
- Amor -hablo el príncipe- ¿Por qué no mejor mi mano? A este paso voy a quedar calvo-.
Su respuesta fue otro grito de dolor y una mirada fulminante por parte de su amada, así decidió que guardar silencio era lo mejor. A parte de su apoyo moral Jaehaerys le limpiaba el sudor y le movía el pelo para que no le estorbara, cuando escucho finalmente el llanto del bebé, no cabía de la felicidad al ver como su hijo recién nacido era dado a su esposa. Veía a los dos embobados por la imagen que le estaban dando, a pesar de que la haya visto antes con sus hijos mayores.
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- Su alteza -dijo una de las parteras- ¿quisiera sostener al bebé? Todavía falta que la princesa expulse la placenta-.
- ¿Eh? Ah si, por supuesto -salió de su ensoñación y sostuvo al bebé.
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Al terminar de asistir a Rhaenyra la trasladaron a un lugar cómodo y le devolvió al niño a sus brazos, pero su felicidad se vio interrumpida por la entrada de una sirvienta.
- Su majestad la reina pide que se le presente al niño - dijo la sirvienta.
Ambos miraron a la joven y después cruzaron miradas, hartos de los caprichos de la reina de poner en duda que sus hijos no era legítimos de Jaehaerys, a pesar de que todos tenían los rasgos Targaryen y era un matrimonio de puro amor. Rhaenyra estaba por ceder a la petición cuando su esposo la detuvo.
- Dile a la reina -exclamó enojado- que como paso anteriormente, si quiere verlo tendrá que venir-.
La sirvienta intimidada por su mirada salió rápido del lugar, Jaehaerys volvió su atención a sus amores viendo la sonrisa de Rhaenyra, no se pudo contener y beso sus labios.
- Nunca dejas de ser fuerte y hermosa- la alago.
La heredera se río con un poco de vergüenza por sus palabras para luego devolver el beso a su amado. Como sabían que la reina iba a llegar en unos momentos Rhaenyra decidió estar un poco más presentable así que pidió que la vistieran y unos momentos después se hizo presente la reina Alicent en sus aposentos.
