Solicitud 012166
Hyūga Hinata
Registro: 012612
Hinata bajó la cabeza desviando la mirada.
—Lo siento, estaba segura de que envíe el mensaje informándote que tenía a Kiba y Shino ocupados—dijo Tsunade sin mirarla.
—No importa —respondió sonriendo con tranquilidad —¿Debo reportarme con otro equipo?
—Yo te llamaré.
—Entiendo...
Dejó la Torre de la Hokage, que era uno de los pocos puntos con actividad en toda la aldea a esas horas del día. Realmente estaba segura de que su último pergamino le decía que debía presentarse esa mañana para partir en una misión. Se imaginó que, aunque muy raramente, siempre podía existir la posibilidad de una falla en el sistema de comunicación.
Regresó al barrio de la familia donde también se acostumbraba empezar actividades temprano. Todos los miembros, sin excepción, pertenecían al cuerpo militar por lo que existían temporadas en las que las únicas personas que había en todo el barrio eran la servidumbre y los más ancianos, que tampoco eran una basta población. Aparentemente, resultaba ser una de esas temporadas según confirmaba la sensación de abandono de las casas. Su hermana debía de haber salido ya para llegar a la escuela a tiempo, así que no mantuvo esperanzas de encontrársela, y aparte de dos chicas que pulían la madera, nadie apareció en su camino.
Siempre tenía cuidado de dejar limpia su habitación. Desde que había entrado a la academia, su padre prohibió a las sirvientas hacer la limpieza a motivo de volverla responsable de su propio desorden. No se quejaba por ello realmente, pero siendo su única ocupación, un imprevisto día libre resultaba en la gran incógnita de ¿qué hacer?
Se sentó frente al escritorio dejando salir un suspiro aburrido y tomó un libro.
—Supongo que puedo terminarlo —susurró, buscando el separador que había puesto justamente al inicio del capítulo dos.
Se detuvo un instante antes de empezar a leer debido a que alguna parte de su mente le recriminaba la falta de productividad que representaba leer Un grito de amor desde el centro del mundo*.
"Solo por hoy", se dijo.
Llamaron a su puerta justo cuando terminaba el capítulo final, y hasta ese momento notó que era algo tarde, ya llegaba la hora de la cena y justamente le informaban de ello con las opciones de ir al comedor o que le llevaran el servicio.
En el salón comedor solo se encontraban dos jóvenes uniformadas, y pronto comprendió el motivo por el que le habían ofrecido el servicio a su habitación: únicamente había puesto un lugar en la amplia mesa, sin decir palabra, tomó asiento, agradeció la comida y empezó por probar la sopa.
—¿Hanabi-chan no va a venir? —preguntó, recordando de pronto que su hermana debía haber terminado sus clases hacía rato.
—Envió un mensaje, cenará en la casa de una amiga.
—Entiendo.
La noche llegó con actitud somnolienta, hasta las aves habían sentido que valía más la pena pasarse el rato en las ramas de los árboles que sobrevolar una última vez los jardines como usualmente hacían. El cielo estaba definido entre las tonalidades del azul añil al negro con un salpicadero de estrellas viendo su brillo insignificante comparado con el de la luna grande y redonda. Hinata miraba el cielo desde la ventana de su habitación, dejándose envolver por la quietud de la casa mientras que crecía una sensación de abandono en su pecho.