cinq

2.8K 457 32
                                    

Durante toda la aventura, Foolish se sintió raro.

Y le encantaría decir que era un raro bueno, sin embargo, ni siquiera sabía lo que le pasaba a sí mismo.

Por alguna razón, Vegetta se había vuelto más atractivo a sus ojos, cada cosa que él hiciera, inclusive si solo era para curarse, le parecía atractivo. Al principio lo relacionó con que su mente le estaba jugando sucio después de admitir que quisiera enamorarse de Vegetta, pero al percatarse que una simple acción, como lo es comer, le parecía… provocativa, supo que algo no andaba bien.

La primera hora estuvo consciente de todo eso, tratando de ignorar todo lo que pudiera de aquel hombre, pero cada que lo escuchaba reír junto a su hija era muy difícil poder apartar su mirada. A la segunda hora empezó a rendirse, dejó que varios pensamientos intrusivos inundarán su mente, consumiendolo a paso lento. De regreso a casa, todo se había ido a la mierda.

Vegetta era un hombre sencillo en varios aspectos, pero era esa sencillez la que lo hacía ver poderoso, su ambición solo lo ayudaba a hacerlo ver de esa manera. Foolish jamás se había dado cuenta de aquello, no hasta que, regresando a su casa, vio cómo aquel hombre se obsesionaba con tener tantos animales para su hija, dominandoles y atrapandolos tan fácilmente que pareciera un simple juego.

Y mientras que Leonarda estaba encantada de que su padre la mimara mucho, él trataba de evitar cualquier contacto visual o interacción en general con Vegetta, porque el semidiós sabía que si ese hombre era amable una vez más con él, iba a caer rendido a sus pies. Tal vez era por eso que se alivio cuando vio que sus caminos se separaban una vez llegaron a su dragón.

—Oh well, I guess this is it, I hate to leave you from here but I'm so tired —fingió un bostezo ante lo dicho—, so I'm gonna go to get some rest, bye! —Entró a su casa, ignorando el hecho que el otro hombre probablemente no había entendido nada. Suspiró al no escuchar ruido fuera, se sentía tan aliviado de no estar cerca de él.

—¡Foolish, my friend, come here, please! —gritó. El mencionado cerró los ojos, volviendo a sentirse débil con la sola mención de su nombre por el otro— I have a present for you —pudo lograr oír algunos murmullos de fastidio, no sabía si era por el idioma o porque no salía—. Así se dice, ¿no, Leo? —escuchó, muriendo por dentro al entender que estaba buscando ayuda de su hija para poder hablarle.

No quería salir.

—Supongo que no aguanto el sueño y se quedó dormido… —Apenas lograba percibir el ruido de un lápiz, supuso que Leonarda le estaría diciendo algo— Ya, se me hace rarísimo… lo intentaré una vez más, sino nos vamos, ¿si? —Foolish, al no entender casi nada, decidió alejarse de la puerta para alejar esa tentación— Foolish, I just want you to… see me —Su corazón dio un vuelco al escuchar aquello. Quiso mirar atrás suyo, pero se contuvo.

No iba a salir.

—Ugh, no, ¿cómo era? —Silencio— …¡Oh, gracias mi niña! Por eso eres la consentida de tu papa —La risa de Leonarda lo hizo sentir tranquilo por un momento— I just want you to see my gift for you… it's a… —Se quedó callado por un momento— ¿reparation book? Uh, sí, algo así —Se rio de sí mismo ante su poco conocimiento en inglés— I'm going to put the book here, afuera —Hizo lo que dijo, tomando un poco de tiempo antes de alejarse de aquella puerta—. Espero y lo veas, I hope you can see it, también espero no haber estado hablando con la pared… Oh, bueno, ¡bye!

Se negaba a salir.

No es que no le gustará cuando Vegetta le daba algún regalo, al contrario, sentía que le daba demasiados y que estaba en deuda con él, pero sabía que si abría aquella puerta, tal vez despertaría algo que no estaba dispuesto a afrontar. Así que ahí se quedó, pensando en todo lo que estaba pasando y lo que empezaba a sentir, porque todo se sentía tan apresurado que se negaba a aceptar que fuese verdad.

Y bien dicen que la curiosidad mató al gato…

Foolish no se resistió, abrió la puerta, encontrándose con un cofre decorado de forma sencilla pero bonita. Sonrió al ver el esfuerzo que Vegetta siempre ponía en sus regalos. Al abrir el cofre, se encontró con dos libros, uno encantado y otro que parecía más una nota, decidiendo leer la nota antes que nada.

—He… remembered… —susurró.

Fue en ese momento que cedió ante lo que sea que lo venía consumiendo, aceptando todo cambio de sentimientos que pudiera tener.

Porque con ese pequeño gesto, hizo que Foolish terminará por aceptar que, tal vez, estaba enamorado de Vegetta.

Poción || FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora