Poción || Fooligetta

trente

—Isn't a way to make it faster?

—They could try, but you know that if that happens then the chances are less effective —suspiró—. Look, I know this is unfair…

—Yes, it is! —Lo interrumpió, irritado por la situación.

—But you can't rush the process unless you don't want to see her again. —Tomó el hombro del semidiós, intentando transmitirle tranquilidad— They told me that it wasn't sure if that's the amount of time they'll gonna need, I'm gonna talk with them about it and I'll let you know once I know more, alright?

—Ok, fine… —Aceptó a regañadientes. Quitó la mano de Quackity de su hombro y miró atrás suyo— Could you… tell him? —susurró, casi como si tuviera miedo de la reacción del otro.

Vegetta podía escucharlos hablar, pero el solo se dedicaba a mirar su traductor. Su vista no había salido de ahí desde que llegó Quackity a explicarles la situación con su hija, queriendo entender lo que sucedía y, al mismo tiempo, ignorar todo. Tal vez por eso es que las palabras perdieron significado cuando leyó que no tendría a su hija por tres meses mínimo.

Quackity solo asintió y se acercó al mayor, sentándose a un lado de él, mirando sus propias manos jugando entre ellas debido al nerviosismo.

—Creo que ya estás al tanto de lo que pasa… —susurró al ver cómo la mirada del otro se encontraba enfocada en el traductor. Se rascó su nuca al no recibir respuesta del mayor— Escucha, sé que te parece injusto, pero te prometo que…

—La maté —interrumpió a su compañero, su vista aún fija en el traductor—. Es mi culpa.

Quackity se quedó mirando al otro, intentando encontrar las palabras correctas para hacerlo sentir mejor. No podía. No es que no quisiera, simplemente no podía mentirle, no cuando la verdad era bastante clara: él tenía razón. Mordió su labio inferior en busca de concentración para así darle una respuesta no tan hiriente la otro.

—No es… la primera vez que uno de los huevos mueren así —Contestó, recordando la muerte de su propio hijo y la de Juana Flippa—. Podemos traerla de vuelta.

—¿Entonces por qué ella tiene que tardar más que los demás? —Preguntó con ligera desesperación en su voz— Si no fuera por mí…

—El cuerpo de los otros no fueron dañados tan… severamente —explicó—. Según los registros: Leonarda fue envenenada antes de que tú… bueno, al parecer tomó un cubo de leche, pero su cuerpo no pudo purificarse debido a la abrupta interrupción —miró como el rostro del otro solo se fruncía ligeramente, sus manos temblando, notó su respiración cortante y cómo se escondía con su cuerpo—. Cuando ella vuelva… —mordió su mejilla interna, poniendo una mano sobre la espalda del otro, dándole leves caricias para tratar de consolarlo.

Vegetta no se negaba ante el tacto, no le importaba si fuese de Quackity o de alguien a quien no conocía, él necesitaba ese consuelo. Se acercó ligeramente al otro en busca de más, buscando con desesperación algo de paz.

—Volverá a ser un huevo, lo sabes, ¿no? —Vió como el otro asentía ligeramente—… Pero su eclosión va a tardar más de lo normal, ellos dijeron que aproximadamente un mes, puede que tarde más o menos, pero no será el mismo tiempo que los demás a los que pudieron volver a traer —Suspiró, colocando su mano en su hombro, dándole un ligero apretón—. Sin embargo, cuando eclosione, su cuerpo no será el mismo, debido al daño de, no solo su cuerpo sino, su alma… bueno, habrá más peligro, su cuerpo ya no tendrá la misma resistencia que llegó a tener, por lo que si otra situación así vuelve a pasar… —Cortó, sabiendo que Vegetta sabía muy bien a lo que se refería.