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Si de algo se culpaba Vegetta, era haber dejado que Rubius hubiese llegado a su vida, dejándose llevar por todos aquellos sentimientos de nostalgia y recuerdos que ni siquiera estaba seguro que fueran suyos.

Todo lo que estaba presenciando, era culpa suya de cierta manera, tal vez era por eso que estaba más sensible ante el demonio, sentía que, si hacía todo lo que decía, así habría menos problemas.

«Es mi novio, y puedo hacer lo que yo quiera»

Aquella declaración lo hizo sentir disgustado.

Su mente le decía que tendría que estar feliz ante aquello, que aquel demonio tenía razón, dando paso a recuerdos vagos y borrosos volviendo a él, como si él mismo se intentará convencer de que eso era lo correcto, que ser pareja de aquel demonio era el objetivo de su vida y que debía estar feliz por aquello.

El problema era que odiaba esa idea.

Se empezó a sentirse mareado y abrumado ante la idea de que ese podría ser el único objetivo de su vida. Miró a aquel demonio una vez más, dándose cuenta de lo enojado que estaba Foolish, pero sin tomarle tanta importancia. Su cuerpo empezó a caminar hacia ellos, negándose a la idea de siquiera estar en una relación con el demonio.

Algo dentro de él sabía que ese podría ser un gran error.

Al estar cerca de ambos, no dudo ni un segundo en darle un puñetazo al demonio, negando una vez todos aquellos recuerdos, enfadado con los Dioses y con aquel demonio por intentar que hiciera algo en contra de su voluntad. Decidido, estaba a punto de volverlo a golpear, deteniéndose al escuchar un disparo atrás suyo.

Sintió los brazos de Foolish abrazándolo, tomando sus muñecas para no seguir con aquella pelea iniciada por él. Vegetta miró al demonio, quien se veía furioso, el golpe no le había dolido, pero que fuese él quien lo golpeara lo había sorprendido. Dejó de prestarle atención para fijar su mirada a donde se había escuchado el disparo, encontrándose con su hija con una expresión de molestia dirigida a aquel ser rojo.

Leonarda se había despertado con el primer grito en aquella habitación, se dedicó a espiar a los adultos, con su arma en mano, lista por si es que aquel desconocido se atrevía a tocar a sus padres. Cuando vio que su papá Vegetta lo golpeó, para ella fue luz verde para disparar. Y eso hizo. Apuntó a la cabeza de aquel demonio, pero este se movió rápidamente ante la sorpresa del golpe, por lo que la bala paso a su lado.

—Tienes suerte de que aún te tenga cierto aprecio, Vegetta —dijo, mirando al mencionado—, porque si no fuera así, tu hija ya estaría muerta. —declaró, mirando a la niña, sin una pizca de miedo al ver el arma.

Leonarda no tembló ante esas palabras, apretó aún más el agarre en su arma, dispuesta a volver a disparar. Prefería perder una vida por sus padres, antes que volver a ver cómo es que los trataban.

La sola mirada de la menor decía claramente lo disgustada que estaba ante la presencia del desconocido, queriendo gritarle que se alejara de su familia ahora mismo si es que no quería morir.

—Get out of my house —hablo sin pensar muy bien en sus palabras—. NOW. —exclamó, aun teniendo entre sus brazos a Vegetta, quería que se sintiera protegido.

La mirada enfadada de Rubius se fue casi al instante al mirar con detenimiento al semidiós, sonriendo con sorna, como si hubiera encontrado divertida la situación de un momento a otro.

—Ok, I'm gonna leave —respondió— but this isn't over yet —miró al amante del morado, lanzándole un beso con cierta gracia—. Volveré, Vegettita.

Sintió su alma regresar a su cuerpo cuando vio al demonio irse. Se concentró en aquellos brazos que lo protegían, en el calor que estos le brindaban, junto al aroma que el otro tenía.

¿Foolish siempre había olido así de bien?

Su atención fue desviada al sentir a alguien tirar de su ropa, su pequeña princesa quería su atención, tal vez incluso decirle que nada le pasaría si ella estaba con él.

«¿Estás bien, pa?»

A Vegetta se le hizo pequeño el corazón al notar los ojos llorosos de su hija mientras sostenía aquel cartel. Al sentir que Foolish lo soltaba, se agacho para estar con su hija frente a frente, limpiando todo rastro de lágrimas que veía. La abrazó con delicadeza.

—Estoy bien, mija, tranquila —Pudo sentir a su hija temblando entre sus brazos, suponía que estaba aguantando las ganas de llorar—. Estoy bien...

—Vegetta, necesito... uh, ¿necesitamos? hablar —dijo, mirando a su hija para buscar aprobación de su español, ella asintió levemente, tomando así más confianza para repetirlo—. Necesitamos hablar.

Bueno, tal vez Vegetta no estaría tan bien.

[🍌] uyuyuy, ¿qué es de lo que Foolish querrá hablar? 👀

les doy doble actualización porque puede que mañana publique nueva historia fooligetta y quería su ayuda, solo elijan un número del 1 al 4 para elegir <3

tengan un buen día <3


Poción || FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora