quatorze

2.2K 410 36
                                    

«Cuida de él»

Si bien, al principio, no entendió a lo que se refería, ahora creía saber de qué se trataba.

Vegetta había estado actuando raro, se había olvidado varias veces de materiales y, incluso, confundía los mismos a la hora de construir.

En un principio pensó que era por la última llamada que habían tenido con su amigo, por lo que no quiso indagar. Al menos hasta el momento en el que sus quejidos se hicieron más presentes.

—You sure you're ok? —Le preguntó, recibiendo un ligero asentimiento de parte del otro. Hizo un mohin al ver la cara de muerto que llevaba últimamente.

Se dio cuenta que le estaba mintiendo al ver lo distraído que estaba en cuanto a los cuidados de Leo.

—Mija, pásame el oro de ahí —dijo, señalando uno de los cofres donde, al parecer, solo había comida.

Leo frunció su ceño, extrañado ante la falta de atención que su otro papá le estaba dando, escribiendo una vez más lo que ya le había repetido tres veces.

«Pa, ya te dije que hoy soy Leonardo»

Vegetta se quejó y dio un pequeño reproche a sí mismo. Sentía que Leo estaba empezando a hartarse de él.

—Perdón, Leo. No sé qué me pasa hoy…

Cuando su hijo se lo contó supo que algo de verdad estaba mal, así que fue a verlo, dejando su tarea de conseguir más materiales para Vegetta, volviendo con casi nada de material, pero sorprendiéndose ante la deplorable imagen que el otro tenía.

—Oh God, Vegetta are you ok?! —gritó preocupado. Corrió hacia el sofa en el que estaba, viendo como este parecía estar durmiendo.

—¿Foolish, mi friend? —abrió un poco los ojos, viendo al semidiós frente a él, haciéndolo reír— ¡Hombre, cuanto tiempo! Te hiciste más guapo en todo el tiempo que no nos vimos…

Foolish rio incómodo al no comprender del todo lo que el otro decía. Iba a hablar, preguntarle desde hace cuánto estaba enfermo, pero sus manos en su rostro bloquearon toda acción posible.

—Muy lindo… —Sus manos se quedaron en las mejillas del más alto, admirando el rostro del otro, como si tuviera miedo de que fuera a desaparecer.

El otro llevo una de sus manos a sus mejillas, tomando con delicadeza la mano del castaño, acariciando la misma. Su tacto quemaba, lo hacía de una forma tan cálida y tan delicada que lo hacía sentir adicto, las leves caricias que el otro daba eran suaves, tanto así que no quiso arruinar ese momento.

Quería estar así toda su vida.

Al menos hasta que lo escucho estornudar. Contrario a lo que hubiera creído, no le había causado asco que el otro lo hiciera, sino que su corazón se llenó de ternura al escucharlo.

—You sounded like a kitten, gato —confesó, haciendo reír al otro, aumentando su sonrojo (que apenas había notado).

—Tu gato —dijo, empezando a maullar de la nada.

Foolish rio un poco, ladrando al escuchar al otro hacer sonidos de gato, aún con sus manos en sus mejillas. Se sentía un momento tan íntimo que no pudo evitar besar la palma de una de las manos de Vegetta.

Los sonidos pararon, Vegetta se quedó mirando al otro con sorpresa, alejando lentamente sus manos. Quería dejar de mirar a Foolish, sentía vergüenza por lo que pasó, tenía miedo de que se lo hubiera imaginado y evitar su mirada era lo único que podría salvarlo. Pero simplemente no podía apartar su vista de aquellos ojos que lo traían cautivado.

Porque a pesar de la vergüenza, quería que lo hiciera de nuevo, sentir una vez más aquel pequeño salto que su corazón dio al sentir los labios del otro en su palma.

Foolish se alejo de él por un momento, murmurando palabras inaudibles para el otro. Se volteó, dispuesto a irse, pero deteniendose al ver la mirada que su hijo le estaba dando, haciéndolo reír de los nervios, regresando con el hombre enfermo y cargándolo.

—Let's go to bed, mimir tú —dijo, evitando su mirada.

Y así lo hizo, lo llevo hasta su cama, evitando tener más contacto con él. Lo vio de nuevo, negándose a la idea de actuar como si se se tratara de su primer amor, afrontando la realidad y la vergüenza que sentía.

Tener la mirada del otro en él, junto aquel rostro lleno de curiosidad le hacía entender que no estaba listo.

—I… U-Uhm —se aclaró la garganta, mirando la almohada— I'm gonna get some soup for you, uh, sopa, sopa para ti —vio de reojo al contrario asentir, soltando un pequeño suspiro. Se dirigió a la salida, no sin antes de avisarle a Leo—. Hey, I'm gonna get some soup for Vegetta, take care of him.

El pequeño le dijo que ellos estarían bien, que fuera tranquilo por aquella sopa. Eso hizo, salió de aquella torre, avergonzado de lo que acababa de pasar.

Después de unos minutos, sonrió. Tal vez a partir de ahora, con aquel pequeño gesto, las cosas podrían cambiar entre ellos.

Poción || FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora