Another Date With The Moon || Kamisama Hajimemashita

XV

Les pido perdón pq anoche no hice un pingo ahre.

O sea no

Pero sí, me faltaba la mitad del capítulo jajan't

EN REALIDAD he estado traduciendo algunas cosas q subo acá para mandarlas a un blog para q green goes y personas q necesiten comis o traducciones me contacten pq soy cool y tomé la mejor (no lo hagan) decisión q puede tomar un aficionado a los idiomas: TRADUCIR COMO UN IMBÉCIL

no lo hagan xfavor hagan otras cosas

pero bueno chicos si quieren que les traduzca textos, les escriba producciones para la tarea o les haga comisiones escritas, me hablan por ig q es flandepalta owo

pq LA COSA ES no quiero dibujar furros y vender escritos cuestionables para poder comer!!!! aunq la posibilidad está siempre, xfavor no me juzguen vivo en argenDÓLAR

capaz el año q viene me hago un kofi por si algún alma caritativa me quiere donar dos pesos juas juas

***

---Oye--- una voz me sacó de mi propio vacío mental, donde pensaba esa mañana sobre si realmente merecía lo que tenía. Cuando consigo estabilidad, a veces tiendo a cuestionar si realmente la merezco.

Si valgo la pena, o si realmente tiene sentido que yo siga existiendo en un sistema donde no se me necesita. 

A veces, es difícil, pero no tanto como cuando estás por tu cuenta en un lugar físicamente oscuro, donde no hay nada salvo tu pobre alma esclava de los horribles pensamientos que tu corazón como tal parece no aguantar.

Es difícil, siempre lo ha sido. Pero cuando hay gente, como Tomoe, para molestarte y, gente como Nanami, para besarte la frente y entretenerte con charlas emocionantes de la vida diaria; todo es más fácil.

Ahora todo lo es, pero en aquél momento, yo me creía que no. Sin embargo, ya he comentado que Nanami me ordenó ganar, y a ella no le gusta dar órdenes, es así de sencilla. Pero a mí me ayudaba bastante que lo hubiese hecho, porque me mantenía un poco ocupada en cumplir con algo.

---No quiero--- fue lo que se me ocurrió decirle, no sabía exactamente a qué, pero me negaba de todas formas. 

Y sé que van a juzgarme por esto.

---Oye, Aoi.

---Que no quiero, no me molestes ahora.

---Aoi, por el amor de Dios.

---¿Qué quieres, Tomoe?--- me levanté de golpe en el abismo de oscuridad que en realidad era mi cuarto. El problema era que me sentía... presionada.

---¿Te sientes bien?--- no le respondí, aunque en un sólo segundo, él portaba ahora una voz mucho más seria--- No, no te sientes bien. Bien, lo siento mucho. Pero tienes que levantarte.

---No quiero.

Tomoe se sentó al lado de mi cuerpo, cubierto con una delgada capa de vieja ropa tradicional hecha de telas que, seguramente, habrían perdido a su artesano hacían décadas.

Sentí que él tomaba mis manos y colocaba algo en ellas.

---Pues tendrás qué.

---¿Qué es esto?

---Lo sabes perfectamente--- me dijo. Acto seguido me tocó la nariz por un segundo con dos de sus dedos. Algo sobre Tomoe que quizás no... todos saben, es que tiene un extremo cuidado con sus uñas. No sólo porque le gustan, sino porque sabe que son filosas---, tu nariz siempre te dirá la verdad. Aunque yo te mienta.