II

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¡Ah, ya recuerdo!

Estaba pensando en qué poder comentar a quien lea ésto.

¡Es hermoso el amor! ¿A que lo es?

Lo sé, lo sé.

Y si no lo has experimentado, creeme que algún día lo harás.

Oh, si, si. A lo que vengo: he decidido usar mi teléfono móvil para registrarlo todo, como un diario, así que ahora las cosas estarán en presente. Estaba de moda eso de los diarios, antes.

Me siento realmente feliz.

Jugué con mis pobres cartílagos, con el halago de Tomoe endulzando esas cicatrices que se me hicieron para usar la pieza que me falta en los oídos como trofeo, mientras escribía lo que había sucedido.

Al final Mizuki me refunfuñaba cosas como "Quiero saber cómo alguien como tú, Aoi, una compañera de primera clase, una familiar de una de las deidades más amorosas... ¿Cómo es que no te enojas con él?".

Ahora mismo no puedo hacer más que morderme el labio mientras miro por una ventana, pensando en eso.

El cómo no importa, el cuándo es irrelevante, y el por qué es aún menos sencillo de explicar.

No me he dado cuenta de cuando me he acabado sintiendo atraída por la misma persona a la que le he gritado una y tantas veces.

Aprieto los labios, sonriendo.

He conseguido un pequeño trabajo para atender un par de mis codicias personales, y acabé consiguiendo un espejo.

Noto que el uniforme se me ve mejor ahora, he bajado algo de peso. Estoy durmiendo mejor.

Me lo quito y me coloco ropa diaria, no pienso siquiera en lo que me decido a vestir.

Mientras oigo un grito, pienso en los gritos de odio que solían helarme la sangre hasta hace unos meses.

Y debo admitir, con verguenza, que mis notas de antes me muestran como alguien mejor y superior a lo que soy.

No es secreto para nadie que he llegado a llorar de la nada sólo por sentir el cariño de Nanami otra vez. "Aoi, eres una cobarde". Si, fíjate que lo soy.

Puedo usar esa anécdota hoy.

Recuerdo que me había hecho ya la costumbre de peinar el cabello largo de Nanami, con amor y cariño, puesto que mi cabello era incluso más largo que el suyo.

Acaricié sus hebras con el peine, desencadenando los enriedos que su cabello tenía al despertar.

---No tienes que hacerlo, Aoi--- sonrió la deidad, mientras la peinaba.

---Me gusta hacerlo. Es relajante peinar a alguien, ¿lo has intentado?--- simplemente quería hablar con ella de algo. No tenía la intención de nada. No estaba intentando nada.

Ella, sabiendo que mi última y perfecta pasada con el peine sería, si ella quería, la última, se dio la vuelta.

---No...--- me sorprendió un poco.

---¿Nunca quisiste intentarlo?--- admito que, antes de hacerlo por primera vez, nunca pensé realmente en "¡oye, tengo grandes deseos de peinar a alguien!".

---¿En serio me dejarías?--- inquirió con los ojos brillantes. Yo, aún con sueño, y sin notar realmente que eso quería, no lo pensé.

No pensé en nada, y eso es un problema.

Another Date With The Moon || Kamisama HajimemashitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora