13.

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A la mañana siguiente de aquella noche en el hospital, me encaminé a la universidad para usar la biblioteca. Los sábados solía abrir desde por la mañana temprano hasta las dos del medio día. Paseando lentamente mientras disfrutaba del soleado y matutino día decidí cruzar por el parque que quedaba cerca de mi universidad.

Iba ensimismada con los cascos puestos y tan ida iba que un balón chocó contra mi, tirándome el libro que debía devolver al suelo. Un agudo "ay" escapó de mis labios y me agaché rápidamente a recogerlo. Le quité toda la suciedad que pudiera tener y entonces giré mi vista buscando a quién había sido. Entonces un niño con un rostro de arrepentimiento estaba a mi lado.

Disculpe, señorita. Estaba jugando y no me di cuenta de que estaba pasando.

Me enterneció ver la pequeña y rechoncha carita del niño con esos pequeños ojitos brillantes y sonreí negando.

No pasa nada, no te preocupes, yo tampoco te vi.

El niño sonrió más tranquilo y dos notables hoyuelos resaltaron hundiendo sus mejillas. De fondo se oyó un "JungWon", el cual supuse que sería su nombre y me agaché para hablarle.

Corre, me parece que tu papá te llama.

El pequeño asintió y volvió corriendo por donde había venido. Pude entonces distinguir una cabellera roja a lo lejos que me hizo recordar por un momento a TaeHyun pero negué pensando que el chico sería demasiado joven para un niño por lo que seguí caminando en paz.

Llegué finalmente a la universidad y en la puerta me encontré con Huening Kai y SooBin, cosa que me parecía más que extraña puesto que Kai odiaba madrugar, teniendo en cuenta la noche anterior, y más aún para ir a la universidad. Piqué su costilla para hacerle saber que estaba allí y su respuesta fue un agudo grito acompañado de un salto que lo alejó unos tres pasos de SooBin. Estallé a carcajadas al ver como su rostro enrojecía como una pequeña manzana.

¡Yah, no me asustes así! ya sabes que me ausento de la realidad rápidamente.
Ya te veo ya, ¿qué hacéis aquí? Pregunté colocando mejor el bolso de mi hombro.
Precisamente por ausentarme de la realidad. No entiendo nada sobre Historia y SooBin se ofreció a explicarme un poco.

Volví a dejar escapar una pequeña risa en un suspiro y negué lentamente mirándole con una increíble ternura para luego dirigir una mirada de "no tiene remedio" a SooBin, a la cual respondió asintiendo con una pequeña sonrisa.

Vamos a sentarnos en uno de los bancos de allí, voy a devolver un libro de la biblioteca y vuelvo con vosotros.

El hawaiano asintió y tomó la mano del peliazul tirando de él hasta conducirlo a uno de los bancos que yo le había señalado, tomándome por sorpresa que SooBin entrelazara los dedos con el moreno.

El hawaiano asintió y tomó la mano del peliazul tirando de él hasta conducirlo a uno de los bancos que yo le había señalado, tomándome por sorpresa que SooBin entrelazara los dedos con el moreno

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Tras dejar el libro de la biblioteca bajé las amplias escaleras de mármol hasta llegar al vestíbulo y tras eso al patio. Ahí seguía el chico en una incómoda posición de fotosíntesis mientras que el otro se empeñaba en hablarle seguramente sobre historia, podía deducirlo por la angustiada forma en la que le hablaba. Solté una risa y me acerqué a ambos,  tapándole así el sol a Kai. Un suave quejido escapó de él y entonces me senté al lado de SooBin guardando el carné de la universidad en mi bolsa.

Bien, ¿qué no entiendes? ¿Qué te estaba explicando SooBin?
Am... nada, no entiendo nada. Me estaba explicando algo de rosas.

Mi mandíbula cayó casi al suelo de lo impresionada que me quedé al oír eso y él rió de manera ruidosa mientras que SooBin se llevó la mano al pecho ofendido al sentir que no le escuchaba.

¡Es broma, es broma! lo que peor llevo es... ¿War of Roses? ¿Hundred Years War? Eso me estaba explicando.
Kai, aclárate, son dos guerras completamente distintas.— Miré a SooBin esperando que me dijera qué le había explicado, pero no apartaba su vista del menor.
AH... ¿No que la Guerra de las rosas estaba dentro de la Guerra de los cien años?

Llevé una mano a mi frente completamente incrédula, pues se había perdido lo más imprescindible de ese momento.

No Kai, no. La Guerra de los cien años acabó en el 53 y la de las rosas comenzó en el 55.
Bueno, pues casi. Se encogió de hombros.
Le estaba explicando eso, la Guerra de los cien años, iba a comenzar con la Guerra de las rosas.—Habló finalmente SooBin mirándome.

Alcé uno de mis dedos, para ser exacta, el índice, a la vez tomé la mano de SooBin haciendo que alzara un dedo, el mismo. Así logré captar su atención tal y como si fuera una explicación para un niño pequeñito, haciéndome morir de ternura ante sus ojos de confusión.

La Guerra de los cien años es Inglaterra. Moví el índice de mi mano.— Contra Francia. Moví el de la mano de Soobin.— Inglaterra reclam- 
—Oye yo no quiero ser Francia. —
Se quejó el peliazul cubriendo su dedo como si lo estuviera protegiendo.
Está bien, yo soy Francia.—Rodé los ojos riendo divertida, tomando nuevamente su mano.— Inglaterra.—Moví la mano de SooBin, que me miraba sonriendo satisfecho.— Contra Francia.— Moví la mía.— Inglaterra reclamó el trono de Francia de vuelta porque el Rey podía ascender y querían recuperar el territorio que había perdido John I.— Uní ambos dedos.

Kai miró nuestros dedos como si fueran la solución a sus miles de preguntas. Nos miró con ojos de corderito y levantó su dedo como si estuviéramos en mitad de una clase y fuera a interrumpir para una duda.

Em... ______, ¿qué dedito es Josh I?
Kai... Es John I, y... supongo que ninguno. A todo esto... ¿Recuerdas quién es John I, verdad?

Él negó rápidamente y yo tendí mi cabello hacia atrás sintiendo la desesperación correr por mis venas mientras de fondo se escuchaba una risa de cansancio, de igual desesperación por parte de SooBin. Apoyó su frente en mi hombro mientras dejaba escapar un falso lloriqueo. Sabíamos que sería una mañana atareada y más larga de lo usual.

Complicated.-Choi SooBin y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora