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SooBin ese día se sintió la persona menos valorada en el mundo, casi un estorbo, y en su mente volvió a ver al pequeño SooBin al que nadie quería acercarse.

SooBin había sido un niño muy tímido desde su infancia. Tenía problemas para hablar y eso lo hacía más vulnerable a la hora de comunicarse con los demás niños. Era una persona pura e inocente que no veía el mal en nadie. Siempre había chicos en su clase que se dedicaban a humillarle y a burlarse de él, pero él pensaba que sólo eran bromas y trataba de reír con ellos sólo para intentar sentirse incluído. Gracias a que nadie quería acercarse a él, el pequeño SooBin comenzó a aislarse por sí mismo, haciendo que poco a poco sus inocentes hoyuelos dejaran de asomarse. 

Era un niño amado en casa, jamás tenía problemas con sus padres y su familia estaba muy unida, es por eso que ellos rápidamente pudieron notar lo que estaba pasando con él. Con esfuerzo y trabajo lograron llevarlo a un pedagogo, quien fue la única persona capaz de sonsacarle al pequeño qué estaba pasando con él. 

Sus padres, consternados al enterarse el acoso que sufría su pequeño en clases, decidieron cambiarlo de escuela para hacerlo cambiar de aires y comenzar de cero. Pero no todo fueron soluciones, pues al igual que comenzaba a desarrollar más su capacidad comunicativa, su manera de comportarse de volvía sospechosamente afeminada. Su madre sentía que miraba a los chicos con otros ojos más allá de "amigos" y eso le asustaba. Ella no lo rechazaría por eso, jamás, su padre tampoco, pero la juventud es cruel, y cada día esperaba en la puerta, mordiendo sus uñas, a que su niño volviera sano y salvo a casa.

SooBin había pasado de no tener amigos por no saber hablar, a no tener amigos por mostrarse más receptivo de los chicos a lo normal. Nunca faltaban insultos como "maricón" o "muerde almohadas" pero SooBin nunca entendía por qué, para él era normal sentirse así, es más, siempre lo había hecho.

El instituto fue una época dura a lo largo de su vida. Ya sabía que era homosexual, no necesitaba etiquetarse como tal, pero lo sabía. Sabía que había sido rechazado siempre por los chicos por esa razón: todos se creían irresistibles para el "maricón" de la clase, cuando por su puesto SooBin no iba a caer por imbéciles como los que asisitían a aquella escuela. 

A pesar de su condición sexual, siempre había tenido gran fama entre las chicas, puesto que era un chico verdaderamente apuesto que sabía cuidarse, sabía mantenerse y sus facciones andróginas siempre estaban en boca de todos. A SooBin le sentaba mal ser el centro de todas las miradas fuera a donde fuera. Todos querían saber de él, todos creaban rumores, pero nadie se acercaba verdaderamente a conocerle.

Fue así que un día, un chico un curso mayor que él se acercó a conocerle. A SooBin le daba mala espina, pero gracias al tiempo que el chico le dedicaba logró que el menor confiara en él. Poco a poco SooBin volvía a recuperar su sonrisa. Le gustaba pasar tiempo con él y siempre buscaban un hueco para verse. Aquello estaba marcando su corazón a níveles extraordinarios, SooBin se estaba enamorando de aquel chico, y él le mandaba señales que le hacían creer. 

Llegó el día en el que el chico se lanzó a besar los labios de SooBin. Aquel había sido su especial y primer beso, las mariposas que recorrían su estómago lo estaban haciendo sonreír a mitad de este, pero... debió haber asumido antes que aquello sería un beso de despedida. 

—No quiero mezclar sentimientos con amistad cuando yo sé que soy heterosexual.—Espetó el mayor.— Por favor, no vuelvas a cercarte a mí, sólo me has comido la cabeza, todo era morbo.

Aquello había dejado el corazón de SooBin hecho pedazos: no sólo había perdido al chico que le gustaba, sino a su único amigo también, quien hablaba de su orientación sexual como si SooBin hubiera podido "contagiársela".

Esta fue la primera vez que le rompieron el corazón. 

Dos años más pasaron hasta su acceso a la universidad. Había entrado en la carrera que quería, pero no sentía felicidad, sino alivio. No sabía qué le depararía al entrar en aquel lugar. Había mirado las asignaturas con rigurosa atención y había escogido las horas que mejor le convenían, él sólo quería llegar cuanto antes a casa. Toda clase de idea se nubló cuando un chico moreno, de nariz aguileña y aspecto de extranjero se acercó a él con una pequeña y tímida sonrisa.

—Am... ¡Hola, soy Huening Kai! Acaban de transferirme a la universidad y me encuentro algo perdido... ¿Sabrías donde está el Aula 201? 

Un pequeño ápice de luz se volvió a posar en los ojos de SooBin al saber que puede que compartieran algunas clases.

—Tengo clase ahí ahora, vayamos juntos  si quieres.

Ambos chicos partieron con una sonrisa hasta aquel aula. SooBin no quería creer en el amor a primera vista, le parecía ridículo, pero su corazón de alguna manera había bombeado con curiosidad al ver al chico junto a él. Tenía esperanzas en conseguir un amigo... A pesar de que sus hoyuelos volvían a mostrarse inconscientemente. Quizá el amor a primera vista... No estaba tan mal.


Complicated.-Choi SooBin y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora