La arriesgada chica que convivía piel a piel con las carreras comenzaba a estar en un grave peligro. Su amigo Huening Kai era consciente de ello y sin dudarlo se lanzó al ruedo para cuidar de ella pero, ¿Qué pasaba con su fiel amigo SooBin? ¿Correrí...
Al llegar a casa decidí tomar una ducha mientras la comida terminaba de hacerse. Apenas había tardado 15 minutos en asearme cuando bajé aún con el albornoz puesto a revisar la comida y emplatarla. Coloqué el plato sobre la mesa mientras se enfriaba y volví a subir para recoger el desastre que había hecho en el baño.
Al terminar, bajé nuevamente las escaleras para entonces sentarme a comer mientras miraba el teléfono. No sabía por qué exactamente pero mi mente me decía que tuviera algo más de estima y me pusiera bonita, no sabía si para impresionar a SooBin o a mí misma. Es por eso que busqué inspiración para saber que ponerme.
A pesar de darle mil vueltas a la ropa que tenía en el armario opté por algo cómodo, tampoco iba a una fiesta, sólo iba a tomar una clase de historia en casa de un amigo. Unos pantalones y una camiseta estaría completamente bien, casi como solía ir a la universidad de normal, y por supuesto que acertaría con esta decisión.
Adelanté unas cuantas tareas de la universidad, las más urgentes o fáciles de realizar para no cargar mi mente antes de una buena sesión de historia. Mi mente estaba tan distraida en aquel momento entre las tareas y SooBin que olvidé por completo todo lo que había pasado con Huening Kai. Tan distraida estaba que no me di cuenta de que mi teléfono sonaba pensando que formaba parte de la música que escuchaba de fondo. Tomé el teléfono con rapidez: SooBin estaba de camino, y los nervios en mi barriga se acrecentaron.
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Salí de casa encontrándome con un coche aparcado justo frente a la puerta. Me acerqué hasta lograr ver una cabellera azul mirando por la ventana. Su vista se dirigió a mí al ver como tomaba asiento a su lado y una sonrisa se dibujó en su rostro, contagiándomela rápidamente.
—¿Estás lista para una clase de historia? —Más que lista, estoy con el mejor profesor.
Dejó escapar una dulce risotada que denotaba felicidad hasta en sus hoyuelos. Tras eso emprendió camino a su casa y yo me dediqué a mirar por la ventana tratando de reconocer distintos lugares para saber llegar sola, sin necesidad de que SooBin tuviera que venir a por mí.
Apenas un par de minutos habían pasado cuando ya habíamos llegado a su casa, logrando aparcar prácticamente en la puerta de esta. Salió del coche y esperó a que yo hiciera lo mismo para cerrar este y dirigirnos hasta su casa. Abrió la puerta y caballerosamente me dejó entrar a mí primero, dándome el lujo de encontrarme con un pequeño SooBin llorón colgado en cuadro justo en la pared de la entrada, logrando que una carcajada escapara de entre mis labios.
Su rostro enrojeció notablemente al ver que me reía de aquella fotografía de la que él parecía avergonzado. Tiró levemente de mi brazo para que dejara de mirar aquel retrato y le seguí hasta llegar a un amplio salón. Abrió la puerta del patio, pidiéndome que le esperara en la mesita que había preparada para comenzar un agradable estudio juntos. Me senté en la silla que daba de espaldas a la puerta que acababa de cruzar y a los minutos apareció SooBin con un par de bebidas refrescantes para acompañar aquel momento.
—Bien... Entonces tengo que explicarte el conflicto con William D'Orange y el poema de Alexander Pope... —En efecto, apenas me enteré de algo de naranja y la dinastía Stuart. —Bien. —SooBin palmeó sus manos en señal de que iba a comenzar a explicar.— Básicamente, el poema Windsor Forest es un poema nacionalista de un poeta neoclásico, Alexander Pope. Celebra la llegada de la reina Anne al trono, es decir, el comienzo del periodo Augusto; y el tratado de Utrecht, que ponía fin a la guerra de sucesión española. Plantea el poema como Bucólicas de Virgilio y... —Espera, espera... ¿Y que tiene que ver D'Orange aquí? —Le interrumpí con confusión. —Dame tiempo, ahora te lo explicaré. El poema es lo más complicado, tiene muchas figuras retóricas y herramientas como "Concordia Discors" o "Pictura Poesis"—Hizo comillas de igual manera con sus dedos.— Déjame ir primero a lo complejo.
Asentí dándole el turno de palabra en el ritmo y orden que él quisiera mientras que yo, yo simplemente le miraba fascinada por la manera tan ilustrada y culta en la que explicaba todo lo que yo no había sido de captar en clase. Definitivamente SooBin era un erudito de la poesía y se notaba que le gustaba de lo que hablaba.
