Will you be good to me?

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Au human (omegaverse)

Neteyam había tenido una vida desastrosa desde que llego al mundo trabajando día y noche para mantener un departamento en el apenas y cabía él mismo, cuando un amigo en el bar donde trabajaba le recomendó un night club que no quedaba muy lejos y le dijo que estaban buscando  personas para hacer table dance primero se había ofendido ante esa insinuación presuntuosa de aquel pelirrojo frunciendo el ceño enojado y golpeándolo en el pecho, sin embargo este le comentó que pagaban bien y había intento entrar pero solo aceptaban omegas, casualmente él lo era, así que esa misma noche cuando acabo su turno cerca de las 2am fue a tal lugar mirando la tarjeta rosada entre sus manos dar vueltas con nerviosismo. 

Él que no arriesga no gana pensó y se unto de valor forzando a sus piernas a ir dentro de dicho club cuando el alfa de traje negro y semblante oscuro le abrió la puerta para dejarlo pasar, indicando que el gerente estaba en su oficina al fondo, con una mirada curiosa entro a aquel lugar con luces ultravioletas, el olor a alcohol y cigarros se impregno en él causándole arcadas tan grandes que tuvo que disimular tapando ligeramente su nariz con agobio, no podía seguir allí ni un minuto más, pensó, pero alguno de esos terribles olores lo obligo a seguir caminando hasta la oficina ya indicada y cuando toco la puerta negra con perilla dorada un gran y voluminoso alfa con lentes oscuros y cuadrados le abrió la puerta, tenía el cabello muy rizado untado en lo que Neteyam podía ver como litros de laca en rulos, su nariz era ancha y no tenia una mirada dura pero si imponente, un cigarrillo se alojo en la comisura de sus labios y se movió al formar palabras. 

"¿Quien eres?." 

Y Neteyam no supo que ni en sus sueños más macabros y temerosos lo que sucedería al aceptar entrar luego de esa frase, pues el infierno más agridulce había comenzó así; Trabajo allí por seis cansados meses en los que su animo había decaído pero sus deudas se habían acabado mudándose a los suburbios y  comprando cosas que nunca antes había podido imaginar, se había tratado de convencer muchas veces que esta era la solución a su miserable vida, ganando en una noche lo que normalmente generaba en dos semanas de jornada normal pero esa no era ni el mínimo de lo que sucedería después, pues Neteyam tenia alfas que babean por él cada vez que salía, se sentía asqueado ante las miradas imponentes y sucias que caían sobre su voluminoso cuerpo pero había una en especial que no siempre lo miraba pero cuando lo hacia sus piernas temblaban, incluso su mirada decaía al piso sintiéndose abrumado en algunas ocasiones y en otras solo podía retarlo a mirar más, moviendo sus caderas de la forma más vulgar y descarada en busca de esa media sonrisa que se alojaba en los labios ajenos, no sabía su nombre pero sabía donde se sentaba exactamente; al fondo con un vaso de whiskey y hielos, un cigarrillo entre los dedos y una mirada cazadora, el gerente casi siempre estaba a su lado, los veía conversar tranquilamente y al final de su jornada el gerente le daba un fajo de dinero sin decir nombre ni dar indicios de quien era, pero no era necesario, él lo sabía. 

Ya había pasado más de tres meses en los que no iba al nigth club, solo se dedicaba a mirar por las altas ventanas blancas el gran jardín que se hallaba tras ellas incluso a veces bajaba de puntillas a hablar un poco con el beta que regaba las plantas, con suerte si es que el alfa que ahora era su dueño no estaba despierto lo dejaba regar las flores de jazmín que invadían casi todo el jardín verde y floreciente frente a él, en algunas ocasiones solo se echaba allí observando el cielo mientras su cabeza volaba en ideas de lo que le podría pasar por las noches porque así era; Aonung el alfa que lo miraba desde la oscuridad en el nigth club lo había reclamado con un fajo de dinero grueso en los que podía ver los dólares de 100 impregnados de verde y amarrados con una liga negra, se la había entregado al gerente con una media sonrisa y se había llevado a Neteyam lejos de ese lugar, él no grito, tampoco utilizo la fuerza, no peleo ni pataleo, solo se dejo llevar y se odiaba por ello, tal vez fue porque muy dentro de él sabia que tarde o temprano eso pasaría o que nadie podía dar tanto dinero sin esperar algo a cambio, de todas formas, si lo mataba tampoco le importaba, ya no le encontraba sentido a la vida.

One Shots • Aonung x NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora