Au human. (capítulo soft)
Volver a Noruega no era un decisión buena a su parecer, no le gustaba el frío, ni la nieve en exceso, no le gustaba comer pescado, ni las sopas calientes que su madre lo obligaba a tomar todos los días, no le gustaba tener fiebre, no poder respirar sin que los pulmones se le congelaran por las bajas temperaturas, no le gustaba usar exceso de ropa, ni los gorros, pero su madre había tomado la decisión cuando su padre fue ascendido como capitán en una expedición a Noruega del que él no podía entender para su corta edad, así que inevitablemente habían tenido que mudarse allí; tampoco entendía la razón pues su padre solo los podía ver una vez cada dos semanas, no es que no lo quisiera pero para verlo una vez en tan largo tiempo prefería haberse quedado en Australia, junto a las olas del mar, sus amigos, el sol radiante en su piel, la libertad de ropa que podía usar y los baños de piscina que se daba todos los sábados.
Ya no tenía nada de eso, había estado de mal humor desde que llegaron hace dos semanas y lo peor era que en una semana comenzarían las clases, pensar en aquello lo hacía tener el peor mal humor que su madre había experimentado en él desde los últimos 14 años, realmente no podía creer que solo le hubiesen dicho que se iban a mudar dos semanas antes cuando la casa ya estaba embalada de cajas y montones de ropa, tuvo que despedirse de sus amigos casi con lagrimas rogando por quedarse con su abuela pero la petición fue negada por su madre, y los llevo lejos de su hogar, ahora tendría que volver a empezar desde cero en otro lugar, sin conocer a nadie o al menos eso pensaba; Su madre había comentado que una de sus amigas de la universidad vivía allí y tenía hijos de su edad y la de su hermanita, pero la idea de conocer personas nuevas no le agradaba e incluso habían quedado en un absurdo almuerzo el día siguiente en donde los conocerían, era irritante.
Tomo su chaqueta y un gorro rojo de lana, para nada de su agrado, miro todo al rededor de la sala, las cosas revoloteadas en cajas inmensas, mantas por doquier, pues al no estar acostumbrados al clima helado habían pasado días durmiendo en la sala en donde se acurrucaban en busca de calor, su padre había enviado a alguien para que arreglara la calefacción pues al parecer esa era la razón de el frío constante en aquella casa, así que después de aquello todo se había estabilizado y cada quien pudo volver a su habitación; La casa era bonita no iba a negarlo tenía un patio gigante en donde Drux había corrido sin cesar, ese perrito era muy enérgico a veces, también sus habitaciones eran más grandes que las de su antigua casa, tenían incluso balcones, por aquella parte estaba algo feliz pero el mal humor no se le iba a quitar así de rápido.
Miro a su hermana con el celular entre las manos, estaba envuelta en una frazada polar de cuadros rojos y verdes. "Iré a dar un paseo con Drux." Avisó en un tono neutro.
Ella le devolvió la mirada con ojos celestes y la nariz roja del frío. "Mamá dijo que no salgamos, Aonung." Respondió.
Divagó entre sus pensamientos ignorado por completo lo dicho por su hermana y rebusco en su cabeza alguna buena excusa para que lo dejase en paz, la halló después de un rato. "Mamá tardara en regresar y Drux debe ir al baño." Miro a su lado, el pastor Australiano lo miraba con ojos grandes y la cabeza ladeada, llevaba un suéter tejido y una linda correa roja que decía "Drux."
Tsireya miro a Drux y luego a su hermano, enseguida se dio cuenta que era una total mentira pero tampoco refutaría más, después de todo el problema no era de ella si su madre llegaba antes, se encogió de hombros. "Está bien pero si vuelve mamá no te cubriré."
Tampoco le importaba mucho, su madre había tenido mucha compasión con ellos esas dos semanas pues al parecer el cargo de conciencia había llegado a ella cuando se dio cuenta del error en el que metió a sus hijos por no haberles avisado antes de que se mudarían, lejos, a un lugar nuevo, a un país nuevo; así que consintió cualquier actitud, cualquier antojo y cualquier pedido de estos, decir que estos dos se había aprovechado mucho de la situación era poco, pues desde aquel día almorzaban y cenaban fuera de casa, pedían dulces en montones y hasta habían visitado el acuario en el centro de la ciudad, fue genial.
ESTÁS LEYENDO
One Shots • Aonung x Neteyam
RomanceRecopilación de pequeñas historias sobre Neteyam y Ao'nung, en su mayoria con contenido explícito.