Y si... [daemyra] Rhaenyra Reina, daemon, aemma

Capítulo 4: Los sueños de una futura reina

(Revisen la descripción de la historia que le agregue algunas cosas, también agregué marcadores y mejore los capítulos 1, 2, 3, 4 y 5)

"¿Yo... seré reina? ¿Cuándo el mundo dio un giro tan inesperado?" Me encontraba sumida en pensamientos confusos mientras la realidad de mi destino como reina comenzaba a asentarse en mi mente. Jamás había aspirado a gobernar. Se esperaba que me casara con alguna casa noble y que cumpliera el rol de esposa y madre, algo con lo que estaba en total desacuerdo. Mis sueños eran volar en Syrax, comer pasteles de limón en las ciudades libres, o incluso emular la valentía de la reina Visenya y alcanzar la gloria a través de la guerra, tal como mi tío había hecho.

Nunca se me había ocurrido la idea de ser reina. Ese título siempre había sido reservado para los hombres, o al menos eso es lo que mi madre solía decirme. Sin embargo, ahora ella era quien me animaba a asumir ese papel. Al principio, creí que se debía a su descontento con Daemon como posible rey, una opinión que también compartía mi padre. Pero mi tío no parecía estar en desacuerdo con la idea de que yo ocupara el trono. Él prometió brindarme su apoyo, al igual que mi madre.

Quizá nunca anhelé la corona, pero ahora la deseaba con fervor. Había escuchado a mi tío hablar sobre el poder de nuestra dinastía, mientras que mi padre, como rey, parecía apagar lentamente nuestro fuego. Como reina, junto con la ayuda de mi madre y de mi tío, podríamos traer de vuelta la grandeza de nuestra casa, como en los días de la antigua Valyria.

Sin embargo, ser reina implicaba casarme. Desde niña, soñaba con casarme con Daemon, pero cuando me enteré de que ya estaba casado, mi sueño se desvaneció. No obstante, revivió cuando él me aseguró que su matrimonio no fue por elección propia. Y cuando le pregunté si se casaría conmigo, respondió que quizá en el futuro. Aunque sé que sus palabras no fueron dichas en serio, después de todo, era solo una niña en aquel entonces, ahora podríamos concederle la anulación que tanto deseaba. Siempre hablaba de una "novia Valyria", y ¿qué mejor opción que yo? Sé que a sus ojos, aún soy su pequeña sobrina, pero mi cuerpo está cambiando y he notado cómo los hombres en la corte me miran. Quizá lo mismo podría ocurrir con Daemon.

Aunque... quizá a él no le guste la idea. Tal vez solo anhela la libertad o busca a alguien con más experiencia.

Pero yo lo quiero como esposo. Sé que él nunca me haría daño, a diferencia de los hombres en los matrimonios arreglados que he escuchado susurrar en los pasillos. Necesito hablar con mi madre; ella sabrá qué hacer.

***

"Madre" entré en su habitación y ella me permitió pasar.

"Hija, ¿cómo te encuentras? Sé que han ocurrido muchas cosas y podrías sentirte abrumada" me dijo mientras me abrazaba.

"Estoy triste por la muerte de padre. Si bien ya no hablábamos y solo lo veía cuando servía como copera, él sigue siendo mi padre. Y ahora, seré reina, algo que claramente él nunca deseó. "

"Oh, hija... esas cosas suceden por las reglas y leyes andalas, pero ahora nuestra casa no estará atada a ellas. Tú serás una gran reina. "

" Y tú serás una gran reina regente. No podría hacer esto sin tu ayuda. Pero vine a hablar de algo contigo."

"Dime, ¿qué ocurre? " Me miró con preocupación, separándose de nuestro abrazo y encontrando mis ojos.

"Sé que debo casarme, que es mi deber, especialmente ahora que seré reina. En algún momento, necesitaré tener herederos. "

"Hija, no tenemos que hablar de eso ahora. Ni siquiera has alcanzado la mayoría de edad" me respondió con calma.

●- Sé que aún no es el momento, pero es algo que tendré que hacer en algún momento y he elegido a Daemon. Él fortalecerá mi reclamo, y sé que él nunca me haría daño. Pero al mismo tiempo, no sé si querría casarse conmigo. 

"Siempre supe de tus sentimientos hacia tu tío - dijo conmocionada - También creo que es una gran elección matrimonial, a pesar de lo que puedan decir los demás. Además, creo que a él le agradará este matrimonio. 

"¿De verdad crees eso?" pregunté emocionada.

"Pues, claro. ¿Acaso dudas de su amor por ti?"

"Sé que me ama, pero no de la forma en que un hombre ama a una mujer."

"Lo sé, pero aún no te casarás con él. Hablaré con él y estoy segura de que aceptará. Podríamos anunciar el compromiso en tu coronación, pero no se casarán hasta dentro de dos años, cuando alcances la mayoría de edad. Hasta entonces, podrán tener un cortejo."

"Esa es una gran idea."

"Entonces, si estamos de acuerdo, iré a hablar con él. ¿Me acompañas?"

"Mmm... creo que deberías ir sola. Me da un poco de vergüenza" dije con pena.

"¿Tú? ¿Vergüenza? ¿Desde cuándo sientes vergüenza con tu tío?"

"Es diferente a cualquier otra cosa."

"Lo sé, no te preocupes por nada, ya es tarde. Ve a descansar. Mañana te enterarás de todo."

Agradecí a mi madre por entender mi incomodidad y decidí retirarme a mi habitación. La idea de un matrimonio con Daemon me llenaba de emoción y ansiedad a partes iguales. No sabía cómo se desarrollaría todo, pero tenía la certeza de que este era solo el comienzo de un nuevo capítulo en mi vida.

Mientras me acostaba en la cama, me preguntaba cómo reaccionaría Daemon ante la propuesta de casamiento. A pesar de que siempre había sido cariñoso y protector conmigo, el hecho de que ahora considerara la posibilidad de ser su esposa cambiaba las cosas. Debía recordar que él aún me veía como una niña y tal vez no compartiera mis sentimientos románticos.

Cerré los ojos, sintiendo la calidez de las mantas envolverme mientras me sumergía en un sueño lleno de expectativas y esperanzas. Mañana sería un nuevo día, y en él comenzaríamos a dar forma a nuestro destino como futuros monarcas. Juntos, Rhaenyra y Daemon, forjaríamos un legado que perduraría en la historia de los Siete Reinos.

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