- Sonrojarse -

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A Marco le parecía realmente interesante Ace; era como si su Fénix estuviera bailando cada vez que lo veía. Quería acercarse, verlo reír, quería cuidarlo.

Marco se encaminó por los pasillos del barco. Ace era un chico bastante esquivo; realmente se veía un gran esfuerzo por parte del chico para no crear un sentimiento enlazado a ellos. Era muy testarudo. Le parecía lógico que Thatch y el pecoso se llevaran bien; después de todo, el cocinero también había sido así cuando llegó al barco.

¿Ace, yoi? - El rubio se estaba dando cuenta del gran control que Ace tenía sobre su Haki. Era bueno; realmente había conseguido esconder su presencia del resto. Y aunque los demás que pertenecían a la tripulación de Ace no tenían el mismo control que él, eran bastante buenos. Pero no lo suficiente como para escapar de la vista de Marco. Al revelarse la ubicación de sus compañeros, también se revelaba la ubicación de Ace.

No creo que él quiera verte en este momento. - Deuce salió de la habitación en la que Ace se encontraba, con una sonrisa socarrona. Le gustaba sacar al médico del barco de sus casillas.

¿Por qué él no querría verme, yoi? - Marco tenía que aceptarlo; la relación entre el vicecapitán y el capitán pecoso lo hacían sentir realmente celoso. Pero aunque tuviera esos sentimientos, no podía hacer absolutamente nada. Ace no era su pareja; tenía todo el derecho de estar con quien quisiera, más aún si lo conocía antes que a él. Se calmó a sí mismo.

Oh, bueno, él en realidad está un poco sensible ahora mismo. - Deuce rió y se alejó por el pasillo, dejando al rubio muriendo de celos. ¿Acaso él y Ace...? No, no era de su incumbencia.

Marco. - Ace apareció en la puerta justo cuando iba a retirarse. No lo recibió con una sonrisa; en realidad, el chico de las pecas no quería verse con ninguno de los piratas de Barba Blanca. Quería pasar estos tres meses sin crear más lazos, no quería encariñarse demasiado. Eran amigos, nada más; no tenía pensado unirse a la familia.

Ace, ¿puedo pasar, yoi? - Ace suspiró. Marco se veía realmente confiado por fuera, pero por dentro estaba muriendo. No sabía qué diablos estaba haciendo.

Claro, pasa. - Las respuestas del chico eran cortas y contundentes, pero eran amables, y eso hablaba mucho del joven.

Yo quería saber si tú estás en alguna relación o algo en el estilo, solo para mi informe. Sí, tengo que ponerlo en mi informe, yoi. - Ace se sonrojó rápidamente. Bueno, era una pregunta básica, pero un poco entrometida para un informe.

¿Para uno de tus informes, Marco? - Ace miró un poco incómodo al chico rubio. Ahora mismo estaba en un terreno hablando y tenía que pisar bien si no quería que las arenas movedizas se lo comieran vivo.

Sí, ya sabes, como Oyaji quiere que te unas a la familia, le gustaría saber si tienes alguna relación importante que deberíamos tomar en cuenta. Y cosas como tu altura, alguna enfermedad y cosas así, yoi. - Bueno, en realidad, cosas como esas tenían bastante sentido para el pecoso, siendo piratas y una familia. Si quieren un nuevo integrante, lo más normal es preguntar sobre sus relaciones para no tocar a un ser querido.

No, en realidad no estoy en ninguna relación. Ya sabes, esto de las marcas de alma gemela y todo eso es un poco difícil. Yo no creo estar dispuesto a una relación, y mucha gente no está dispuesta tampoco, esperando su alma gemela. - Ace miró hacia su cadera. Ahí, en su cadera, no demasiado abajo ni demasiado arriba, estaba la marca de su alma gemela, un fénix azul bastante lindo para Ace, con letras doradas abajo con un nombre. Ace siempre había dicho que tenía mala suerte, y cuando su marca de alma gemela floreció, supo que tenía toda la razón. La letra de su alma gemela era tan jodidamente mala que simplemente no pudo leerla y jamás pudo saber su nombre ni siquiera una referencia.

Oh, tu alma gemela. No, si... ja, bueno, creo que Izo te estaba buscando. Creo que quería hablar contigo sobre tus camisas o algo por el estilo, yoi. - Rápidamente, Marco desapareció de la habitación. Ace no le prestó especial atención; a veces el tema de las almas gemelas ponía un poco nerviosas a las personas. Tal vez a Marco no le gustaba demasiado ese tema.

Ace desapareció de su propia habitación, encaminándose directamente a la habitación en la que debería estar ahora mismo Izo. Tocó la puerta un par de veces, y rápidamente el chico con un kimono le abrió con una sonrisa.

¿Qué haces aquí, Ace? - Era bastante agradable.

Marco dijo que me estabas buscando para hablar sobre unas camisas o no sé qué. - Izo miró al cielo pensando un poco. Él nunca le había dicho a Marco que lo necesitaba ahí para unas camisas, pero bueno, de todas maneras, iba a aprovechar la oportunidad.

Sí, pasa. - El pecoso entró un poco nervioso a la habitación. En realidad, los temas de ropa no le gustaban mucho; él era algo más como salvaje.

Entonces, necesito que te quites la camisa para poder tomar tus medidas. - El capitán pecoso acató la orden sin problemas. - ¿Puedes quitarte el short un momento? Solo para poder sacar las medidas de eso también y tenerlas guardadas. - Ace asintió.

Cuando por fin se quitó la ropa de la parte inferior, quedando solo en boxers, la boca de Izo cayó hasta el piso. No podía creerlo.

Eres el alma gemela de Marco. - Más que una pregunta, fue una completa afirmación.

¿Qué dijiste? - Ace creyó haber escuchado mal.

Eres el alma gemela de Marco. - Ahora, el hombre del kimono lo dijo más fuerte, afirmando directo a la cara de Ace.

Por favor, eso debería ser un error. Ni siquiera se entiende bien lo que dice. - Izo comenzó a reír como un lunático. No podía creer que el alma gemela de Marco no lo podía reconocer porque su letra era tan jodidamente mala.

Es la letra de Marco. Mira. - Izo sacó un papel con instrucciones que Marco le dejó. La comparación de la letra fue simplemente perfecta; coincidían. Ace se sentó en la cama de la habitación con las manos en la cara, totalmente sonrojado. ¿Esto de verdad le estaba sucediendo? El mundo tenía algo contra él, tenía pruebas y tampoco tenía dudas.

brazas [TERMINADA][corregido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora