Princesa

1 1 0
                                    

El tiempo siguió avanzando demasiado rápido y así llego el día de San Valentín, para nuestra suerte ese día iba a ser en fin de semana, así que nuestro plan fue ir a un museo, porque su exposición seria de princesas y sus historias de amor por el día de San Valentín; pero un día celebrarían en la escuela esa fecha.

Ese día la escuela estaba adornada con los típicos colores rojo y rosa, en el transcurso del día estuve con mis amigas, ya que decidimos Lucas y yo que ese día cada quien estuviera con sus amigos debido al siguiente día que nos la vamos a pasar juntos lleno a un museo, el día transcurrió normal como los otros días a excepción que a Kenia le pidieron ser novia de alguien, a lo que ella lo rechazo y ya; Ese día nos dejaron salir un poco más temprano, nos despedimos como siempre, para después decidir irnos al transporte para sentarnos y apartarle su lugar a Lucas, mientras él llegaba estuvimos platicando Kanu, Sheccid y yo, hasta que llego un poco agitado y guardando lo que parecía ser una carta, cuando se subió y me vio se puso nervioso y procedió a decirme.

-hola 

 -hola, ¿Qué es lo que guardaste? – le pregunte intrigada

-no es algo importante 

 -bueno entonces, ¿puedo ver lo que es? 

 - es una simple carta 

 - déjame verla 

 -no 

 - ¿hay algo que no quieres que lea?

 -no, pero...

no encontró una excusa para decir, así que saco la carta para ex tendérmela con su mano, la tome y me percate que tenía un olor a perfume frutado y un poco empalagos, después de eso empecé a leerla

- ¿Quién te la escribió?, si es que pudo saber 

 -Una amiga 

-¿por qué dice que te ama?, y que quiere volver a besar esos labios 

 -porque así nos llevamos y por favor no empieces 

 -como no voy a empezar, no sé si confiar en ti después de que te besaste con otra ese día de la fiesta 

– nada más sentí por la espalda las miradas de impactados de Kanu y Sheccid 

 - confía por favor, ese beso con esa chica fue igual que este que dice mi amiga, no importaron porque fueron de fiesta y sabes que esos besos no importan, por favor confía en mí, si hubieran sido importantes te lo hubiera dicho 

 -está bien, te creo 

 -en otras noticias, ¿estas lista para el día de mañana? 

 -si 

 - ¿Qué van a hacer mañana? - pregunto la chica atrás de mí que no había proclamado ni una palabra hasta ahorita 

 -vamos a ir a un museo- le respondí

Esa misma tarde nos la pasamos platicando de lo que haríamos al siguiente día, quedamos en que el pasaría temprano por mí ya que queríamos aprovechar el día; por la mañana del siguiente día como habíamos quedado paso por mi Lucas, al llegamos al museo nos dimos cuenta que ya había fila así que nos formamos, no duramos mucho en la fila porque abrieron las puertas y ya nos dejaron entrar, la exposición que tenían ese día por San Valentín era inspirada en princesas.

Mientras veía las solo podía pensar en los cuentos hadas, mientras Lucas era el héroe de las mil batallas y yo soy la princesa que por fin se quiere despertar, lo único que deseaba en ese momento era que se quedara en mi cuento de amor y así llegara el felices por siempre, seguimos caminando por el museo hasta llegar a un pequeño balcón del museo y ahí nos quedamos un momento apreciando la vista de la ciudad que había, el tomo mi mano y la sostuvo hasta que decidimos irnos, en la salida del museo nos dieron algodón de azúcar.

Esa tarde después de estar en el museo toda la mañana Lucas me dijo que tenía preparada una sorpresa, así que me tapo los ojos con una venda y me subió al coche, pasaron unas horas en las cuales me quede dormida, después empecé a escuchar voces y era Lucas tratándome de despertar, así estuvo varios minutos hasta que desperté, me quite la venda y me di cuenta que estábamos en un campo, Lucas tomo mi mano y me llevo caminando hacia unos caballos que se encontraban ahí.

- ¿vamos a montar caballos? – le pregunté 

 -si como dijiste que nunca te habías subido a uno pensé en traerte aquí, ¿te gusta? 

 -claro que me gusta – le conteste emocionada para después abrazarlo

Lo que quedaba de la tarde nos la pasamos en los caballos, al principio me dieron nervios, me subí en el caballo y me caí rompiéndose mi cárdigan favorito, al ver esto Lucas prefirió que nos subiéramos a uno los dos para que me enseñara a cabalgar, una vez que maso menos aprendí ya cada quien estuvo en uno, así nos la pasamos el mayor tiempo que se pudo, el salir con Lucas es una sorpresa y eso me gusta.

Para los siguientes meses algunas de nuestras citas empezaban a repetirse, pero, aunque se repitieran nunca se sentían iguales, así fueron los siguientes semanas hasta que empezamos a no vernos tan seguido.

Dos ExtrañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora