Despertar en un mundo pirata,
con recuerdos premonitorios,
pero sin recuerdos de esta es... problemático.
Corriendo para que no me maten, escapando para que no me atrapen.
-¡¿Cual es su manía por tenerme en su barco?!
-¡Ahí está! - grita un chico, e...
Para sorpresa de Céline, Garp la lleva a Marineford, para así darle los cuidados que necesita, además de conversar con Akainu sobre aquel problema que le estaba molestando.
Céline quedó pensando en todo el trayecto sobre que Garp haya hablado una lengua conocida en otro país, en otro mundo, otro universo.
Demostrando que eso no fue un sueño, sino una realidad; es un hecho que vivió en aquella ciudad, junto con su madre y amigos... Que respiró hasta en sus últimas horas de vida, sin arrepentirse de haber vivido hasta el máximo.
Pero ahora ya no está en ese lugar, sino en Marineford.
Arribando suelo firme, Céline nota la fortaleza de aquel cuartel general de la marina, una isla de media luna compuesta por ladrillos y acero, propios de la imperturbable voluntad de aquellos marines.
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Al menos, la mayoría
Garp la invita a pasear por un campo de entrenamiento, para que vea cómo los marines se hacen fuertes. Ciertamente sus métodos de entrenamiento eran bastantes impecables, sin embargo no eran lo suficientemente fuertes para los Mugiwara.
- Espera - Dice Céline al notar sus intenciones -, ¿me mandaste aquí para entrenar?
- Claramente, estás muy flaca - A pesar de ser cierto, a Céline le duele oír eso-. Así que tendrás que entrenar y comer cinco veces al día, comerás mucha carne.
-No me gusta la carne.
- Eso está fuera de discusión.
Un marino habla con Garp y se aleja, al parecer tenía cosas que hacer. Mientras tanto, Céline observa a su alrededor, reclutas riéndose y aconsejando a sus cadetes, instruyendo a estar pendiente con los otros como compañeros. Céline, sabiendo lo que pasará, realmente quiere sentirse parte de esto. Koby le insta a caminar para poder socializar con los reclutas. Sin que Céline o Koby notaran un hombre se acerca hacia ellos, ella nota su presencia cuando éste ya está frente a ella. Su mirada de resentimiento da a entender que ella le ha hecho algo.
-Ah, Hellmes -dice Koby - que haces por aquí?
-Vi tu horroroso cabello y me dio curiosidad - Koby, quien es un buen chico, ríe ante esa incómoda situación a pesar de ser Sargento mayor. Pero Céline, quien ha pasado esas situaciones por años y ve por el uniforme que el tipo es un recluta de tercera decide no callar.
- Que falta de respeto ante un sargento mayor.
- Quien eres tú para hablar con un superior... no eres más que un aprendiz. Mereces castigo. - Sonríe ante eso, mirando unos segundos a Koby quien no se percata, debido a que está más pendiente de la salud física de Céline.
- Un momento... - dice Koby.
Maldita sea -Se reprende ya sabiendo sus pretenciones -, yo y mi bocota.
