<12:45 a.m>>
Han pasado 2 días desde que Susana y yo nos encontramos con Daniel y Laurie en el café.
Decidí ignorar a Daniel y olvidarme de su existencia, al fin y al cabo, mi vida no gira entorno a el. Entendí que estaba dándole demasiada atención, tan solo por el hecho de verlo atractivo (lo admito) y diferente a los chicos que he conocido.
En este caso, Susana tenía razón. A pesar de que Daniel es irritante y hago énfasis en "Irritante " nunca me ha siguido el juego, si se le pude llamar así, y eso me molesta más.
Daniel-1
Lara-0En cuanto a la cuestión de sus creencias, no negaré que le tengo rechazo a todo eso de Dios y las Iglesias. Jamás imaginé que un chico como él estaría metido en eso, así que por ahí aumenta su capacidad de "irritarme".
Así que, por amor a mi salud mental, he evitado cualquier situación en la que pueda terminar teniendo interacción directa con él, a pesar de lo que le prometí a mi madre.
Aunque se que ya es tarde, me acerco a la ventana para mirar la luna; y no negaré que también quiero mirar hacia el cuarto de Daniel, que irónicamente, está justo frente al mío.
Desde aquella noche que lo vi salir, he estado mirando a su ventana instintivamente, solo, por si lo volvía a ver saliendo a escondidas.
<<<Con que decidiste ignorarlo ¿no?>>>
¡No me culpen! Solo es curiosidad.
La luna estaba preciosa como siempre, pero mis ojos no estaban fijos en ella, sino en Daniel, que estaba en su ventana, con los codos apoyados en ella y las manos juntas, hablando al aire y con la vista al cielo.
<<<¡Está rezando!>>>
Antes de pensar en esconderme, su mirada cayó sobre mí, y por primera vez, vi el asombro en su rostro y algo de vulnerabilidad.
Por alguna razón, le doy una leve sonrisa de labios cerrados y veo que el también lo hace, respondiendo a mi gesto.
Lleva una camiseta negra y el pelo alborotado. Se ve cansado, triste, y tiene marcadas ojeras en su rostro. Sus ojos se ven más oscuros bajo la luz de la luna.
Él mueve su boca sin hacer ningún sonido, y leo en sus labios lo que dice.
- ¡Hola!
- ¡Hola! - Hice lo mismo en respuesta.
De repente Daniel mira hacia un lado de su cuarto, se gira y se agacha. Solo puedo ver su silueta por unos segundos hasta que se levanta con una blanca bola de pelos en sus brazos.
<<<¡Awww un perrito!>>>
Tengo una gigantesca obsesión con los perros desde que era niña. Daniel me mira y, a pesar del cansancio, la tristeza que había en sus ojos hace unos momentos se había atenuado.
El perro le intenta lamer la cara mientras este lo esquiva y ante la adorable imagen que tengo al frente, mi cerebro reacciona de la mejor manera posible a esta hora.
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Me invitó a mirar el cielo🌠
RomanceLara tiene una vida como cualquier otra joven de 18 años, salidas, amigos y aunque ha hecho una que otra locura, se considera una chica muy sana; pero, todo lo que ella cree que es la Vida, en realidad es un camino de vacío. Daniel, llega a su vecin...