LARA
Dormí como un bebé esa noche. Todo se sentía tan...diferente, pero a la vez miraba a mi alrededor y parecía como si no hubiera ocurrido nada.
Me levanté en silencio para no despertar a Susana, aunque fue en vano, sus ojos se abrieron y me miraba fijamente.
Esperé pacientemente sus palabras.
- Hola- Gruñó.
- Buenos días.
- ¿Qué haces?
- Voy al baño, como todas las mañanas.
Se sentó aún aturdida del sueño pero seria.
- Tenemos que hablar.- Me indicó que me sentara frente a ella.
Lo hice sin decir palabra y la miré fijamente a los ojos.
Quiero dejar claro que en otra circunstancia hubiera hecho un chiste o me hubiera preocupado, pero solo la veía con total calma.
- ¿Qué hiciste anoche?
- No entiendo...
- Me refiero a Daniel. ¿Qué le hiciste?
- ¿De qué hablas? ¿Sigues dormida?
Respiró hondo.
- Lara, sabes bien que te portaste súper inmadura con nosotros, después apareces buscando a Daniel diciendo no se qué de Dios. Dime que eso no es razón para preocuparse.
- Ah- Sonreí ante la imagen.
Claro, Susana no sabía nada de lo que había pasado.
- ¿Entonces? - Insistió.
- No me vas a creer.
- Inténtalo.
- Dios me habló.
Se puso una mano en la cara con resignación.
- Ves...no me crees, pero es verdad.- Continúe - Ayer me porté inmadura, lo acepto. Me sentía incómoda con lo tuyo y de mi hermano; ver todo en frente de mi hecho realidad, mi mejor amiga y mi hermano, digamos que era difícil de gestionar.
- ¿Lo aceptas? ¿Eres consciente de que aceptas decir que fuiste una inmadura?- Dijo sorprendida.
- Sí, lo fui. Me porté como una idiota; pero lo siguiente a eso fue increíble. Entré a la habitación muy molesta. Hasta me bañé sin pedirte ayuda por orgullo, y pensé en las relaciones, el amor, hasta recordé a Brandom.
- ¿Por qué pensaste en ese?
- Ese no es el punto, el punto es que después de eso, Dios me habló de verdad. Escuché su voz y sentí su presencia. Fue algo especial, único. Anasus, Dios es real, tan real que te lo estoy diciendo yo y sabes que yo no creía ni en mi madre. Y aún lo pienso y no lo creo, pero a la vez mi corazón está totalmente convencido.
No dijo nada, solo me miraba escrutando mi rostro.
- Lara, ya puedes parar la broma.
Me puse de pie.
- Susan, te prometo por todo lo que tengo, que estoy diciendo la verdad.
Seguía mirándome con el ceño fruncido.
- Vale...
- No estoy mintiendo.- Repetí.
- Digamos que te creo. ¿Qué se supone que te dijo?
Me sentía incómoda. Ver que mi mejor amiga creía que estaba mintiendole o quizá que estaba loca me provocó un pequeño dolor.
- Cuando me creas de verdad, con gusto te lo contaré, mejor amiga.
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Me invitó a mirar el cielo🌠
RomanceLara tiene una vida como cualquier otra joven de 18 años, salidas, amigos y aunque ha hecho una que otra locura, se considera una chica muy sana; pero, todo lo que ella cree que es la Vida, en realidad es un camino de vacío. Daniel, llega a su vecin...