Al día siguiente decidí ir a ver a Susana. Después de haberla dejado en su casa el día anterior, no habíamos vuelto a hablar.
Ya estaba en la puerta de su casa, y justo cuando la puerta se abrió. La madre de Susana estaba a punto de salir de casa y deduje que iba a trabajar, porque iba con su uniforme de enfermera.
- Larita mi niña. ¿Cómo estás?- Saludó.
- Hola Tía Lila. ¡Estoy bien gracias!¿Vas al hospital?
- Si- Asintió - Tengo guardia a partir del medio día. ¿Vienes a ver a Susana?
- Si. ¿Está en casa?
- Sí, está en su habitación.
- ¡Gracias Tía!
Nos despedimos y pasé por la sala, donde el padre de Susana estaba viendo televisión. Ambos nos saludamos con una combinación de puños y palmadas, como si fuéramos dos viejos amigos.
En realidad Johnny, el padre de Susana era la única persona mayor que había conocido en mi vida, que se comportara como un adolescente. Eso hacía que lo viera como uno más de mis amigos.
- Oye, luego quiero comentarte algo de aquello.- Me dijo con complicidad.
Sonreí.
- ¡Dime que ya tienes los permisos!- Exclamé emocionada.
Johnny siempre soñó con tener un cine propio, lleva meses esperando papeles y autorisos para tenerlo.
Me guiñó como respuesta y yo di un salto de felicidad.
- ¡¡¡ No puede ser!!! ¿En serio? ¡¡¡ Eso es genial Johnny!!! ¡Al fin!
Ambos nos abrazamos dando saltitos de felicidad.
Gracias a el, Susana y yo teníamos esa pasión por el cine. Le debemos mucho de nuestros conocimientos.
- Ahora solo tengo que comenzar a organizarlo todo. Quiero inaugurar a finales de agosto, para que estén ustedes aquí.
- Espera...eso es poco tiempo, solo quedan unas semanas.
- Hoy es 6 de agosto, si trabajamos duro, el sábado 31 de agosto podremos inaugurar el CineCar.
Ah...otro detalle importante. Johnny es mecánico y en realidad, su idea de un cine no era convencional.
Tenía guardados una gran cantidad de asientos viejos de los autos que le llevaban para arreglar. Le ponía muebles nuevos y el guardaba los viejos, porque soñaba con hacer su cine. Pensaba tapizar y arreglar los viejos asientos, colocarlos en un espacio abierto donde todos pudieran sentarse y ver una película.
Era un poco extraño, pero el decía que eso le daba un toque especial.
- ¿Crees que nos dé tiempo? Eso es menos de un mes Johnny.- Expresé preocupada.
- Ya te dije, hay que trabajar duro, pero creo que sí se puede. Ya tengo algunas cosas adelantadas, solo necesito ayuda.
- Te ayudaremos, yo y Susana, y todos nuestros amigos. Ya lo verás.
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Me invitó a mirar el cielo🌠
RomanceLara tiene una vida como cualquier otra joven de 18 años, salidas, amigos y aunque ha hecho una que otra locura, se considera una chica muy sana; pero, todo lo que ella cree que es la Vida, en realidad es un camino de vacío. Daniel, llega a su vecin...