Capítulo 18

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Dedicado a: FabiolaSanchezGutier

Tiempo presente...

Rachel, abrió los ojos exaltada, aun podía sentir una mezcla extraña de emociones: de dolor, por la ausencia de William; de coraje, porque la dejó sola y no regresó; y de sorpresa al sentir la dureza del cuerpo de William.

"Está vivo, William está vivo" −su mente repetía la misma frase.

El dolor de cuello interrumpió su pensamiento, y en ese momento, con temor miro a su alrededor buscando a William o indicios de que él había estado ahí. Lo primero que noto, fue que la puerta estaba cerrada, ella continuaba sentada en la silla de la oficina de William, y ambas computadoras seguían abiertas y prendidas. Al no ver las anotaciones que hizo en el bloque de notas de colores, finalmente comprendió que únicamente había sido un sueño.

"Parecía tan real, fue tan nítido" -pensó con pesar.

Se negaba aceptar que únicamente fue un sueño, que probablemente sucedió porque todo en esa casa se lo recordaba y porque él era el tema de conversación de todos. Cuando puso atención a la pantalla de la computadora, vio que eran los estados de cuenta de William; pero ahí no estaban las transferencias de cantidades extravagantes.

−¿Cuánto tiempo dormí? ¿Por qué aún estaban los estados de cuenta en vez de la imagen de fondo de pantalla? −se preguntó, mientras recapitulaba el sueño; el cual le pareció que duro varios minutos.

Rachel no entendía que estaba pasando, sabía que le estaba afectando en sobre manera estar ahí, pero no creía que fuera al punto de hacerla alucinar a William. Ahora, también se sentía mal y molesta consigo misma. Le hubiera gustado en vez de reclamarle en sus sueños, abrazarlo y besarlo; inclusive hacerle el amor. Así al menos, podría quedarse con esa sensación de satisfacción al despertar y no de decepción, como se sentía en ese momento. Sin darse cuenta comenzó a llorar. Se sentía de mal por dudar de él, ella más que nadie debería de defenderlo, de probar que él era inocente.

No podía quitarse la idea de que haber visto los archivos y los números reales de las cuentas de la compañía. Sabía que era absurdo, pero en vez de irse a dormir, continuó indagando y buscando los archivos.

"Si los pude encontrar en el sueño, quizás los pueda encontrar en realidad" −pensó, negándose a irse a la recamara. Cerro los ojos por un momento. Los abrió y los cerro un par de veces viendo hacia la puerta. En una de esas ocasiones, al abrir los ojos le pareció ver la silueta de alguien. No se asustó porque le era familiar, únicamente de quedo observándola.

−No debí hacerte caso... no debí dejarte que te fueras solo. −hablo Rachel triste y pautadamente.

−Me juraste que estaríamos juntos por siempre... y veme aquí, sola... Tú desaparecido y yo teniendo una conversación ficticia contigo; o quizás únicamente sea otro sueño. Sueño o no, por favor ven por mí; no quiero seguir sola, me prometiste que estaríamos juntos por siempre. – al decir aquello, vio como el semblate frio y duro de William por unos segundos cambió a uno de sorpresa y duda. Le hubiera gustado observarlo más, pero estaba agotada, y el ardor de sus ojos la obligo a cerrarlos.

Cuando Rachel volvió abrir los ojos, se vio rodeada de una oscuridad parcial. La habitación estaba oscura al igual que las pantallas, cuando movió el ratón de la computadora vio que pasaba de las tres de la mañana. Estaba físicamente cansada, pero ahora su mente estaba despejada y tenía muy presentes los dos sueños que tuvo. Era raro, todo era extraño; nunca le había pasado eso. Sabiendo que no podría conciliar el sueño, entro a revisar su correo del trabajo y ver si tenía algún mensaje del grupo del trabajo. Sólo le interesaba hablar con una persona y al ver que estaba conectado no dudo en enviarle un mensaje; el cual fue contestado casi enseguida.

Por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora