Capítulo 3

369 71 37
                                    

Dedicado a: Rosie2530 (gracias por tu apoyo, motivación y cariño)

William no sabía que sentir o que pensar por lo que acaba de presenciar, al final le fue imposible no soltar una risa al ver el rostro de ella tan feliz. Ahora no tenía la menor duda de que Rachel Andrade no era una mujer común, y estaba seguro de que quería conocer mucho, mucho más sobre ella.

Rachel se retiró de la galería un poco antes de lo planeado, le hubiera encantado asistir a la celebración privada que Paul tendría para celebrar el éxito arrasador que tuvo la galería. Sin embargo, tenía la ligera sospecha de que William también iría, y lo que menos quería era tenerlo cerca. No después de sentir su mirada asechándola todo el tiempo como todo un depredador. Era una mujer de principios y únicamente había tenido una relación íntima cuando había estado en una relación amorosa. Con el primero duro tres años y con el segundo un año. No estaba a favor de tener un simple acoston o una noche de aventura con un hombre simplemente porque le gustará o se sintiera atraída a él. Pero William Ferreira no era cualquier hombre; su aura de poder, su presencia, su mirada, su porte lo hacían ser único. Eso sin contar su costosa y seductora loción que parecía tener el pode de seducir y engatusar a cualquier mujer que la oliera. Ella tenía tiempo sin salir con alguien y después de ver como la miraba, no quiso poner a prueba su fuerza de auto control. Sobre todo, no estaba interesada en ser la presa de esa noche de nadie, ni siquiera de William. Además de eso, tenía que reorganizar su agenda del día siguiente y trabajar un poco en los diseños de las personas que vería mañana.

Al día siguiente, por primera vez en mucho tiempo, a Rachel le costó trabajo levantarse de la cama. Ya había saltado su hora de ejercicio matutino para dormir un poco más, algo que usualmente no hacía. No le importo cambiar sus planes porque en realidad sentía que necesitaba descansar una hora más para poder funcionar bien el resto de día. Sobre todo, después de que paso la noche casi en vela intentando no pensar en el apuesto hombre que conoció, en su mirada profunda, su rostro y cuerpo perfecto y el aroma de su fragancia. Además, estaban las ideas que rondaban su mente con los nuevos diseños. Al levantarse no puedo evitar sonreír al recordar al causante de su cansancio; "quizás estaría menos cansada si hubiera pasado la noche al lado del Adonis porque no estaría perdiendo el tiempo pensando en él. O por la forma en la que la miraba quizás estaría más cansada pero feliz porque no lo desaprovecharía ni un instante." Soltó la carcajada por los pensamientos pervertidos que llegaron a su mente. Sin duda ese hombre causo estragos en ella, los cuales pronto quedarían en el recuerdo ya que no creía que volvería a verlo.

Después de un darse un baño y maquillarse opto por un sencillo pantalón negro de vestir con una blusa del mismo color. Le gusta usar algo más casual y con color cuando salía con amigas o conocidas, pero como también se reuniría con dos posibles clientes opto por algo más formal y profesional. La bolsa y los zapatos amarillos junto con la joyería dorada que uso le dieron a su atuendo el color que necesitaba.

Se reunió con una conocida que tenía en común con Paul, para desayunar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Se reunió con una conocida que tenía en común con Paul, para desayunar. A las diez de la mañana se encontró con el primer posible cliente que conoció la noche anterior, y al medio día con la otra clienta. Después de ver los lugares y de hablar de las expectativas, quedaron de acuerdo para volver a encontrarse en un par de días con la presentación de los proyectos y los contractos en caso de que aceptaran. De ahí Rachel se fue directo a la casa de una de sus amigas y un par de horas después llego directo al restaurante del hotel en donde había quedado de verse con una prima y su esposo. Al ver que aún no llegaban decidió subir a su habitación a dejar la bolsa con el logo de una prestigiosa tienda y con los artículos que había comprado. Mientras las puertas del elevador se cerraban, le pareció ver a lo lejos al apuesto hombre que le quito el sueño la noche anterior.

Por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora