Mí Bendición

VIII

Al siguente día tanto Karl como Jimmy estaban en la oficina del abogado personal de la familia Donaldson.

Henry es un señor de 40 años, amigo de la mamá de Jimmy por lo que es de confianza absoluta y el llevará el caso.

Una vez que el señor terminó de leer la cláusula de la demanda, miró con seriedad a la pareja. Dió un largo suspiro y se apoyó sobre el escritorio.

-Tengo malas noticias para ustedes- Karl tragó saliva por lo que vendría.
-Según la demanda que levantó la señorita Isabelle Miller, ella estaba buscando a su hija por casi 4 años-

-¿Y qué es lo que ella busca exactamente?- preguntó Jimmy al ver qué su novio comenzaba a hiperventilar y no podía articular palabra.

-Por el momento ella solo busca ver a su hija. Pero como es un caso especial, ya que las únicas fotos que ella tiene sobre Lottie son cuando era apenas una recién nacida. El juez determinará si se realizarán pruebas de ADN-

Karl comenzó a llorar, pero seguía manteniendo se firme ante la situación.

-Hasta ahora lo que deben hacer es seguir los pasos al pie de la letra, esto si quieren conservar a la niña a su lado- Jimmy asintió.
-El primer encuentro será mañana, deben llegar puntuales a la hora establecida y lleven a Charlotte con ustedes. ¿Entendieron?-

-Sí- contestaron débilmente.

-Tranquilos chicos, todo se solucionará- les sonrió amigablemente.

-Gracias Henry-
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Cuando ambos estaban solos Karl se lanzó a sus brazos y lloró por un par de horas, hasta que por fin pudo calmarse. La pareja se dirigió a casa de los padres de Karl ya que ellos estaban cuidando de la pequeña.

-¿Cómo se lo explicaremos a Lottie?- preguntó el castaño con la mirada perdida.

Jimmy quien estaba al volante miró de reojo a Karl y notó lo hinchado que tenía los ojos y su nariz roja. Se detuvo en el alto y aprovecho para tomar el rostro de su novio y plantarle un beso.

-Lo primero que debes hacer es tranquilizar te, no querrás asustar a Lottie cuando vea que su papá está llorando ¿o si?- el castaño negó varias veces al imaginar a Lottie asustada de verlo así.

-No quiero eso- pronunció tristemente.

-Tranquilo juntos le explicaremos la verdad a nuestra princesa- el semáforo cambió a verde, justo cuando Karl asintió y le dió una sonrisa débil.

Jimmy continuó el camino, hasta que finalmente llegaron a la residencia Jacobs.

-Aquí vamos- se bajó y fue abrirle la puerta a su novio.

-Sabes que puedo hacer lo yo mismo- se bajó de la camioneta y miró serio a su novio.

-Porque sé que huiras- cerró la puerta y tomó de la mano al castaño para brindar le fuerzas.

-¡¡Papis!!- la pequeña corrió hacía ellos una vez que los visualizo y comenzó a revolotear alrededor suyo.
-¡La abuela me enseñó hacer hot dog! ¡El tío Sean me enseñó a jugar carreras en la tele!- y una y mil cosas que le contaba a sus padres.

Karl simplemente la miró con ternura y una mezcla de tristeza, que no pudo evitar abrazar con fuerza a su pequeña.

-¿Papi? ¿Qué tienes?- preguntó la pequeña al sentir como su padre gimoteaba.

-Nada mi cielo. Papi está bien- se separó de ella y le dió una sonrisa hermosa a pesar de unas lágrimas traicioneras, pero esto hizo sonreír a su pequeña princesa.